A un mes de la fecha prevista para que la asamblea de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se reúna para tratar la postergada reforma estatutaria, el encuentro parece generar pocas expectativas en la comunidad académica. Mientras desde el rectorado garantizan que la asamblea “se va a realizar en tiempo y forma”, los sectores de oposición observan la situación con descreimiento. Los estudiantes de izquierda que conducen la FUBA estiman que la asamblea “se va a reunir”, pero para “reagruparse y zanjar cuestiones internas de las camarillas”; mientras que para otros sectores estudiantiles “está todo muy frío y, si se hace, va a ser de compromiso”. Una cosa es segura: los asambleístas no tocarán los artículos referidos al cogobierno de las facultades y la universidad.

El compromiso de modificar las normas institucionales de la UBA selló el final de la crisis de 2006, cuando la izquierda estudiantil bloqueó durante ocho meses la elección del rector, en reclamo, justamente, de una democratización de los estatutos vigentes desde 1966. El año pasado se reunieron las comisiones de reforma para discutir y consensuar las diversas propuestas, pero la destinada a la reforma del gobierno institucional no logró acordar propuestas comunes. Una primera convocatoria a la asamblea fue suspendida por incidentes y, finalmente, los 236 asambleístas sesionaron en agosto, en el Colegio Nacional de Buenos Aires, aunque no se llegó a convalidar ninguna modificación y el encuentro terminó pasando a un cuarto intermedio por falta de quórum.

La nueva convocatoria tiene fecha y sede: el 13 de junio, en la Facultad de Medicina. Hasta ahora, las comisiones de trabajo no volvieron a reunirse para avanzar en los acuerdos. Ante la consulta de este diario, las autoridades del rectorado sí aseguraron que ya comenzaron con la organización para que “la asamblea se realice con normalidad”. Según informó un vocero, “el rector estuvo sondeando a los distintos sectores y todos coinciden en que, si están dadas las condiciones para el debate, la asamblea se va a realizar en los tiempos previstos”.

En el espacio opositor conocido como de los “cuatro decanos” –agrupa a las mayorías de Filosofía y Letras, Ciencias Exactas, Arquitectura y Ciencias Sociales– ven lejos la posibilidad de que se concrete la demorada reforma. “A pesar de que el rector estuvo trabajando en el tema, designando un equipo para que organice las propuestas, no se ve mucho movimiento. Hoy tengo que desconfiar de que se pueda alcanzar el quórum necesario en la asamblea. Las expectativas son bajas a pesar de que, salvo en la comisión de gobierno, existe consenso en las propuestas”, dijo a Página/12 Hugo Trinchero, decano de Filosofía y Letras. El espacio de los “cuatro decanos” prevé reunir el viernes 30 un foro –ya lanzado el año pasado– para debatir los ejes vinculados a la reforma de los estatutos de la UBA y la modificación de la Ley de Educación Superior.

Para Cristian Bay (La Vallese), consejero superior por la mayoría estudiantil, la asamblea “todavía está muy fría. Lo que sí es seguro es que no se va a avanzar sobre los temas importantes, como el tema del gobierno. No vemos que vaya a ser una reforma que quede en la historia, parece más de compromiso que otra cosa”. Para Cristian Henkel (PO), copresidente de la FUBA, es “probable” que sesione la asamblea “porque se acercan las elecciones de decanos y, más adelante, del rector. La asamblea es la excusa para reagrupar sus espacios, por supuesto que no va a ser para resolver los problemas profundos de la UBA”. Por lo pronto, la FUBA se va a reunir en un “plenario general abierto en donde la idea es discutir la posición que se va a llevar a la asamblea –dijo Henkel–. La FUBA empuja una reforma profunda del estatuto, apuntando al gobierno y la representación de los claustros, pero vemos que difícilmente será posible si se tiene que decidir en una asamblea representada por las minorías reunidas en camarillas que solamente quieren mantener su cuota de poder en la universidad.”