“Vamos a encarar la discusión para modificar la currícula de la carrera”, aseguró la flamante decana de la Facultad de Psicología de la UBA, Nélida Cervone. En diálogo con Página/12, Cervone explicó que en sus planes de gestión figuran la “profundización de las tareas de investigación” en la unidad académica, así como la conformación de “grupos interdisciplinarios para hacer una gestión más participativa y con una mirada integral”. Anunció que, en el receso invernal, comenzarán los trabajos de refacción para mejorar las sedes de la facultad.

–¿Cuál es la situación de los auxiliares docentes?

–Este es uno de los puntos que vamos a abordar fuertemente. En el corto plazo nos proponemos concursar la mayor parte de los cargos de auxiliar docente. En la facultad tenemos casi 17 mil alumnos y las cátedras que tienen materias obligatorias en los primeros años son cursadas por cerca de mil estudiantes. Ahora, durante las vacaciones de invierno, va a funcionar la facultad con concursos para ir redondeando esta idea, pero los docentes que están frente al grado son todos docentes rentados, y es algo que nos propusimos. Nos hemos propuesto concursar al menos el 70 u 80 por ciento de la planta docente.

–¿Contempla realizar alguna modificación en los planes de estudio?

–Existe la propuesta de encarar el estudio en profundidad de la currícula de la carrera. El programa es de 1985. Va a ser una tarea ardua y difícil porque hay que lograr un grado de institucionalización de la facultad, buscar procesos institucionales de convivencia y modelos académicos que lleven a un intercambio para el debate académico en un tema tan importante. Esta va a ser una meta a conseguir.

–¿La reforma está vinculada con la presentación de carreras ante la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau)?

–Sabemos que hubo en los últimos años un proceso de reuniones para conformar los estándares de acreditación en el que quienes estamos en esta gestión no hemos participado, sino que lo hizo la anterior gestión de Psicología. Nos enteramos un poco abruptamente de que estaba por salir la acreditación para las carreras de Psicología, pero no había ninguna comunicación al respecto, sólo la hubo cuando ya estaba todo listo. Por lo tanto, no nos consideramos preparados para tomar una determinación en este tema, porque debe ser fruto de un debate del que no participó la facultad.

–Su gestión cuenta con el aval de una mayoría propia como para gobernar...

–Sí, pero llegamos a esto porque desde el inicio todos los proyectos que encaramos los fuimos desarrollando colectivamente. Además, la propuesta era que no solamente la gestación de los proyectos fuera muy participativa, sino también con mucho intercambio y con docentes provenientes de diversos campos disciplinares. Por supuesto, todos son psicólogos, pero algunos más psicoanalistas, otros cognitivos, psicólogos sociales, neuropsicólogos. Esto marca un estilo, nos diferencia de otras gestiones más unipersonalistas. Fundamentalmente, somos un grupo que se propone la inclusión y el debate para que exista un ida y vuelta entre la gestión y los que forman parte de esta facultad.

–¿Qué planes tiene para la investigación en Psicología?

–Con la limitación de las pocas dedicaciones semiexclusivas que tenemos, y aun cuando sabemos que muchos de los psicólogos no viven solamente de la universidad, sino también de la profesión, es muy fuerte el impulso que tiene la investigación en la facultad. Es un propósito fundamental alentar la investigación, tenemos más de ciento treinta proyectos en curso, muchos investigadores del Conicet y muchos becarios Ubacyt y Conicet. También queremos la regularización del instituto de investigaciones de la Facultad de Psicología, a través del concurso de sus cargos. El instituto es muy importante para la inclusión de los estudiantes en la iniciación de la investigación.

–¿Cuánto influye el tema presupuestario?

–Tenemos problemas presupuestarios como casi todas las facultades, pero aun así vamos a encarar algunos problemas edilicios. En el receso invernal vamos a refaccionar las aulas para que estén acondicionadas, arreglar las ventanas rotas, que funcione la calefacción, que haya pizarrones en condiciones, que haya mesas. Hay aulas grandes que están en muy mal estado y, por ejemplo, en las aulas chicas durante el curso de verano fue muy difícil soportar el calor, con poca ventilación y con ventiladores que no funcionaban.