UNIVERSIDAD
O un aumento salarial para todos o más plata para las facultades
Las autoridades de la UBA debaten cómo distribuir el incremento presupuestario de este año. Además, se define el futuro del CEA.
› Por Javier Lorca
Las autoridades de la UBA todavía no acordaron cómo repartirán el presupuesto anual de 325 millones. La cuestión se debatió ayer durante horas, pero no hubo consenso entre decanos y representantes de los claustros. El conflicto se centra en qué hacer con el incremento presupuestario votado para este año por el Congreso. Las posturas son dos: o asignar los fondos a un aumento salarial para docentes y no docentes, o distribuirlos entre las trece facultades para que éstas les den destino. Mañana se realizará la primera sesión del año del Consejo Superior de la universidad. Pero, por la falta de consenso, la suerte del presupuesto no podrá incluirse en la agenda. Sí, en cambio, se avanzará en otro tema espinoso, la reforma del Centro de Estudios Avanzados.
La discusión sobre cómo se repartirán los fondos destinados por el Estado a la universidad se prolongó ayer en el marco de la comisión de presupuesto del Consejo Superior. Y no se alcanzó un acuerdo. La disputa se centró en el reparto de los 25 millones que le corresponden a la UBA del aumento presupuestario votado por el Congreso para este año.
“El principal objetivo es fortalecer la calidad académica y eso sólo se puede lograr aumentando los salarios. Con sueldos de hambre nunca vamos a tener una educación de calidad”, afirmó un consejero superior por el claustro de profesores. En ese argumento se apoyaron los consejeros que pretenden un incremento salarial para todos los docentes y trabajadores de la UBA. Los gremios Aduba y Apuba también apoyan esa propuesta. “Queremos que el aumento presupuestario se use para acrecentar equitativamente los salarios. El año pasado perdimos gran parte de nuestro poder adquisitivo –dijo a Página/12 el secretario general de Aduba, Daniel Ricci–. Si la plata va directamente a las facultades, cada una la va a distribuir con diferentes criterios. Algunos darán aumentos, otros nombrarán funcionarios políticos, otros harán nuevas designaciones docentes.” Esta propuesta fue defendida por los decanos de Veterinarias, Odontología, Ingeniería y Farmacia, entre otros consejeros superiores.
La otra postura consiste en distribuir los 25 millones adicionales entre las facultades, en función de la cantidad de alumnos y otras pautas objetivas. “Si bien coincidimos en que es necesario un aumento salarial, algunos decanos entendemos que hay urgencias muy grandes que atender”, dijo el decano de Económicas, Carlos Degrossi. Y detalló: “Habría que incrementar los cargos docentes en las facultades que tienen muchos alumnos”. Otras facultades sostienen la misma postura por la necesidad de cubrir el déficit presupuestario que sufren históricamente. El reparto por facultades fue reclamado, entre otros consejeros, por los decanos de Arquitectura y de Ciencias Sociales.
Ante la falta de acuerdo, se decidió continuar el debate la semana que viene, con el compromiso de consensuar una postura para la sesión del Consejo Superior que se realizará el 9 de abril.
Con respecto al Centro de Estudios Avanzados, todo indica que mañana el Consejo Superior aprobará un proyecto para reubicar en las facultades a los posgrados, maestrías y proyectos incluidos en el CEA. Para resolver los destinos de cada curso y cada programa, se daría plazo hasta fines de junio. Como ya informó Página/12, los científicos e investigadores del CEA se oponen a la disolución del centro. En un texto enviado a este diario, señalaron que se trata del “único ámbito de la UBA cuya finalidad específica, tanto para la producción de conocimientos como para la formación de posgrado, trasciende la lógica disciplinar de las facultades”. Agregaron que “el cierre de una unidad académica de la UBA no tiene precedentes en períodos democráticos” y que la aprobación del proyecto de redistribución en las facultades “constituiría un paso decisivo para el vaciamiento del CEA y su posterior liquidación”. Un consejero superior retrucó: “La UBA necesita un espacio transdisciplinario, pero debe surgir de un debate entre todos y debe incluirse en un plan de ciencia y técnica general. No puede ser un centro aislado de las facultades”.
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