La UBA les aumentará el sueldo a sus 24 mil profesores y 10 mil empleados, cuyos ingresos estaban congelados hace una década. Tras un arduo debate, las autoridades y consejeros de la universidad acordaron destinar el incremento presupuestario recibido este año a recomponer los magros salarios. Los docentes y no docentes empezarían a cobrar el aumento con el sueldo de abril. Para concretarse, el incremento deberá ser aprobado mañana por el Consejo Superior de la UBA. Y todo indica que así será.
“Como hay una pequeña diferencia de presupuesto, un grupo de consejeros consideramos que la prioridad de la universidad debía ser sostener los sueldos de los docentes y no docentes, que son los más atrasados de la administración pública nacional”, dijo a Página/12 el decano de Agronomía, Fernando Vilella. “Si bien hay graves problemas de funcionamiento en las unidades académicas, hay que privilegiar el capital humano.” El último aumento salarial se había producido en 1992; y en el ‘98 los empleados y profesores habían recibido un aporte mediante sumas fijas variables.
Entre la semana pasada y ayer, la comisión de presupuesto y hacienda del Consejo Superior, ampliada con la participación de decanos y representantes de claustros, tomó la nueva decisión. Como informó este diario, desde el mes pasado se venía debatiendo cómo distribuir hacia dentro de la casa de estudios los 325 millones de pesos incluidos por el Congreso en el presupuesto de la UBA. En particular, la disputa se centraba en cómo usar los 25 millones de aumento respecto del 2002. Las posturas en conflicto eran dos: o asignar los fondos a un aumento salarial, o repartirlos entre las trece facultades para que éstas les den destino.
Al final, la comisión consensuó destinar casi 20 millones a mejorar los sueldos (10 para los docentes, 9 para los no docentes). La porción restante se usará para cubrir el déficit de la mayoría de las facultades. Y otra parte del incremento presupuestario corresponde a la devolución del 13 por ciento de los sueldos recortados en 2001.
El aumento salarial consistirá en una suma fija para cada cargo. En promedio, rondará el 15 por ciento. Sin computar el plus por antigüedad, el incremento trepará –según los más optimistas– hasta un 29 por ciento del sueldo de bolsillo. La suma se cobrará como un adicional no remunerativo, es decir que no estará incorporado al salario, por lo que a partir de ese monto no se harán aportes sociales y patronales. Algunos ejemplos entre los docentes. Un profesor titular con dedicación exclusiva recibirá 245 pesos más. El aumento para un ayudante de primera con una exclusiva será de 158 pesos. Para un jefe de trabajos prácticos con dedicación simple será de 26 pesos. Para un ayudante de primera pero con una simple será de 22 pesos. Claro que la recomposición de los salarios no alcanzará a los más de 6600 docentes que trabajan ad honorem en la UBA, quienes seguirán con muy pocas posibilidades de acceder a un cargo rentado.
“La decisión de las autoridades es muy importante porque permite recuperar en parte lo que se perdió por la inflación del año pasado –dijo el titular de la Asociación de Docentes de la UBA, Daniel Ricci–. Lo ideal hubiera sido que el aumento fuera parte del sueldo. Además, la recomposición sigue siendo insuficiente: el año pasado nuestro sueldos cayeron un 40 por ciento.” El dirigente sindical añadió que, dado que la UBA no tiene más recursos, los reclamos apuntarán a conseguir más fondos del Estado nacional.
Desde la Asociación Gremial Docente (AGD), Néstor Correa ratificó el paro convocado para el jueves y viernes próximos. “Seguimos reclamando un aumento de emergencia de 200 pesos para cada docente y un aumento general del 30 por ciento –dijo–. Además, nuestro reclamo era que los más de 24millones que la UBA recibió de incremento se usaran íntegramente para mejorar los salarios, y no sólo 19 millones.”