UNIVERSIDAD › CONTINUA LA PROTESTA EN EL PELLEGRINI Y EL NACIONAL DE BUENOS AIRES
Después de una reunión en la UBA, el rector del Pellegrini dijo que pudieron “acercar posiciones”. Para los alumnos, no se avanzó.
El Colegio Nacional de Buenos Aires y la Escuela Carlos Pellegrini siguen tomados por sus alumnos en reclamo de la creación de bares gestionados por la universidad y no por manos privadas. La reunión concretada ayer entre autoridades de la UBA, el rector del Pellegrini y alumnos del colegio no logró destrabar el conflicto. El rector Marcelo Roitbarg valoró la mesa de diálogo y sostuvo que pudieron “acercar posiciones”. Los estudiantes, en cambio, dijeron que la UBA no dio respuestas a su demanda. Hoy resolverán cómo continúan con su protesta, ante el inicio del receso de invierno. La misma decisión correrá para los alumnos del Buenos Aires, aunque en su caso no se entablaron aún diálogos con las autoridades ni con el rectorado de la universidad.
La concesión que explotaba el bar del Pellegrini terminó a fines del año pasado, y desde entonces el colegio permanece sin servicio de buffet para sus alumnos. Ante esta situación, el Consejo Resolutivo de la escuela –que reúne al rector con los profesores, los alumnos y los graduados– proyectó un bar con modalidades distintas a las vigentes: un buffet institucional, financiado por la universidad y con personal no docente detrás del mostrador. Hay un acta firmada en este sentido. Sin embargo, el proyecto encontró resistencia en el rectorado de la universidad, que ofreció como salida la conformación de un bar a cargo de la cooperadora del colegio. Según el rector Roitbarg, los alumnos no descartan este camino alternativo, aunque hasta ahora se manifestaron en contra.
“Hay una propuesta del rectorado (de la UBA) de colaborar con la refacción del bar, y quizá haya posibilidad de una asistencia económica a la cooperadora” que podría gestionar el buffet, dijo el rector del Pellegrini, en diálogo con Página/12. “La circunstancia de que los chicos puedan aceptar la intervención de la cooperadora muestra la buena predisposición de su parte”, señaló Roitbarg. El problema aparecería en el deseo de los alumnos de incorporar personal no docente a la gestión del bar: “La escuela tiene carencia de no docentes –aseguró el rector–, de hecho ya necesitamos para otras funciones un 10 por ciento más del personal que tenemos”.
En cuanto a la reunión mantenida ayer con alumnos y con la Secretaría de Asuntos Académicos de la UBA, Catalina Nosiglia, Roitbarg evaluó que “fue un ámbito cordial” y que “en términos generales fue positivo”, porque “pudimos hablar con los chicos y acercar posiciones”. El rector dijo que Nosiglia se llevó la propuesta de los alumnos, para ser transmitida y evaluada. “Lo que destaco –siguió Roitbarg– es que los chicos quieran llegar a una solución. Imagino que mañana (por hoy) podrían levantar la toma.”
La secretaria del Centro de Estudiantes del Pellegrini, Milena González Montaner, le contó a este diario que, al llevar la propuesta, las autoridades de la universidad “argumentaron que hoy el bar no es una prioridad para el Pellegrini”. Pero “¿quién mejor para decidir cuáles son las prioridades que el órgano máximo del colegio (el Consejo Resolutivo), que votó por unanimidad la creación de un bar institucional?”, se preguntó González Montaner. “Es un pedido urgente, se trata de nuestra alimentación”, sostuvo. En cualquier caso, la alumna aseguró que la UBA “no dio ningún tipo de respuesta ni plazos para volver a reunirnos”. Los estudiantes quedarán a la espera de una respuesta, mientras resuelven hoy, en asamblea, los pasos a seguir. Al pedido del bar institucional agregan la instalación de una fotocopiadora.
La demanda de los alumnos del Nacional Buenos Aires es similar, sólo que allí el buffet sigue en concesión privada. Como los precios subían demasiado, los alumnos decidieron armar este año un kiosco paralelo, “donde llegamos a vender a un 50 por ciento más barato”, comentó el vocal del centro Tomás Andrade. Ahora “estamos tratando de elaborar un proyecto en base al presentado en el Pellegrini”, dijo. Al reclamo del bar institucional, los alumnos del Buenos Aires sumaron la defensa de un portero del colegio, Guido Martínez Cornejo, de 78 años, quien habría sido “cesanteado” y ahora “tiene dificultades para comenzar su jubilación”, según la denuncia estudiantil.
Informe: Agustín Saavedra.
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