UNIVERSIDAD
› DEBATE SOBRE EL CLAUSTRO EN LA UBA
Estimular al graduado
Ante la baja participación de los egresados en el cogobierno, el rector Jaim Etcheverry pretende facilitar el empadronamiento e incluir a los auxiliares docentes. Los argumentos en contra.
› Por Javier Lorca
La participación de los graduados en la vida universitaria es ínfima. Muy pocos son los que se empadronan para integrar el claustro y muchos menos todavía son los que participan de las elecciones y actividades académicas. El rector de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry, ha planteado que uno de los objetivos de su gestión es “estimular la vinculación de los graduados con la universidad” y que, para eso, “una herramienta apropiada es ampliar su participación en el proceso de elección de sus representantes” en el gobierno universitario. Con ese propósito presentó un proyecto para modificar el reglamento electoral del claustro. A escasos tres meses de los comicios obligatorios que prometen cambiar el escenario político de la UBA, el proyecto del rector encontró oposición y se está debatiendo en el Consejo Superior.
Desde la Reforma de 1918, la participación de los graduados en el cogobierno universitario ha apuntado a estrechar el vínculo entre las casas de estudios y la sociedad, entre el saber de los profesores y la práctica profesional de los egresados.
En el caso de la Universidad de Buenos Aires, el claustro de graduados de cada facultad puede ser integrado por “quienes hayan obtenido su diploma habilitante de carrera universitaria expedido por la UBA” o por quienes hayan egresado de otra universidad nacional y tengan dos años de ejercicio profesional en el “ámbito cultural” de la UBA, según reza el estatuto. Hasta ahora, para sumarse al claustro, los egresados deben empadronarse en formal personal.
Pero lo cierto es que la participación real es muy baja. Por ejemplo: en las últimas elecciones del claustro (2001), obligatorias como todas, no votó el 80 por ciento de los 6469 graduados empadronados de la Facultad de Ingeniería, ni el 74 por ciento de los 5337 de Derecho.
El proyecto presentado por Jaim Etcheverry el mes pasado pretende simplificar “el proceso de inscripción al padrón correspondiente... ya que ha sido habitual escuchar en el pasado críticas ante la complejidad y restricciones que, en muchos casos, caracterizaban al proceso de inscripción”. La propuesta consistía en que el trámite no fuera personal y pudiera cumplirse vía fax o correo electrónico, relegando el control y la identificación de las personas al acto eleccionario. En voz baja, en el entorno de Jaim Etcheverry se asegura que, para manejar el padrón, en algunas facultades se suele reducir al máximo los horarios de atención y poner diversas trabas al empadronamiento.
Otro de los cambios propuestos busca que puedan integrarse al claustro de graduados de cada facultad los docentes auxiliares de las respectivas unidades académicas, sin importar dónde se hayan graduado. Esto permitiría, de algún modo, subsanar la falta de representación de los auxiliares, ya que el claustro docente sólo integra a los profesores regulares.
Al igual que la anterior, esta propuesta encontró oposición entre varios miembros del Consejo Superior de la UBA, por lo que todavía no hay ningún despacho de comisión consensuado. Todo indica que el tema se discutirá a principios de agosto, tras el receso invernal.
La propia mayoría de los consejeros superiores graduados se opone a los cambios propuestos por el rector. “El empadronamiento tiene que ser personal, el graduado tiene que expresar su voluntad de inscribirse. Y si en algunos casos hay restricciones para empadronarse, hay que solucionar esos problemas”, dijo la consejera Ana González. “Tampoco nos parece correcto que se involucre la representación de los docentes en el claustro de graduados. Eso no reflejaría el ejercicio profesional –agregó–. En todo caso, habría que analizar una reforma estatutaria para que los docentes auxiliares también tengan representación.”
Mientras el debate se prolonga, se acercan los comicios obligatorios de octubre, cuando graduados y estudiantes de todas las facultades de la UBAdeberán elegir a sus representantes en los consejos directivos de todas las facultades. Una elección cuyos resultados, previsiblemente, traerán muchos cambios: basta recordar que los actuales consejeros fueron elegidos antes de diciembre del 2001.
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