Vie 25.07.2003

UNIVERSIDAD  › RECLAMO DOCENTE POR EL FUTURO DE UN PROGRAMA DE LA UBA

Ser exclusivo, un sueño para pocos

Unos 90 profesores exigen la continuidad de un programa que fomenta la investigación y mejora sus ingresos. La UBA analiza qué hará.

› Por Javier Lorca

Casi un centenar de profesores de la Universidad de Buenos Aires, apoyados por los gremios docentes, están reclamando la continuidad de un programa que compensa sus salarios para permitirles hacer investigación. “Somos docentes elegidos por concurso y éste es nuestro sostén principal. Cuando den de baja el programa vamos a pasar a cobrar un 40 por ciento de lo que cobramos hoy”, lamentó en diálogo con Página/12 Juan Labiaguerre, docente de Ciencias Económicas y del Ciclo Básico Común (CBC). El “Programa de incremento de cargos”, tal su nombre, tiene vigencia hasta el próximo 31 de agosto y, antes de esa fecha, el Consejo Superior de la UBA debería votar su continuación o su desaparición. Y, según se rumorea, muchos consejeros se inclinarían por la segunda opción, de ahí el temor de los profesores.
El programa fue creado por la UBA en 1993 para promover la investigación mediante el acceso de los docentes a las dedicaciones exclusivas y semiexclusivas (son las mejor remuneradas y exigen 40 y 20 horas semanales de trabajo). Su función era compensar los sueldos de quienes tenían varios cargos de dedicación simple (cada una implica 10 horas de trabajo) en una o más facultades y, no obstante trabajar más horas, cobraban menos que los docentes con dedicaciones mayores. Un ejemplo para que se entienda: trabajando 40 horas semanales, un profesor con dedicación exclusiva y una década de antigüedad puede cobrar unos 1300 pesos; mientras que un docente con la misma antigüedad puede sumar hasta cinco simples (más sería incompatible), trabajar mayor cantidad de tiempo (50 horas) y apenas arañar los 500 pesos.
Para saltar ese bache, los beneficiados del programa (elegidos por concurso) percibían además de sus salarios un plus abonado por el Rectorado: en los últimos años, la partida total rondaba los 2 millones de pesos. Pese a que la gran mayoría de los docentes de la UBA sigue teniendo dedicaciones simples (en esa situación están el 73 por ciento de los 10.600 auxiliares y el 58 por ciento de los 6300 profesores), el alcance del programa se fue limitando por la escasez presupuestaria. Hasta abarcar en la actualidad a sólo unos 90 profesores y docentes, la mayoría de los cuales se desempeña en las facultades de Sociales, Filosofía y Letras, Económicas y en el CBC. Todos enseñan e investigan porque, como uno de los fines del programa era promover la investigación, para ser beneficiario se requiere participar de un proyecto científico de la UBA o del Conicet.
Hace cuatro años el programa casi fue dado de baja, pero la resistencia docente logró su supervivencia. Ahora, el Consejo Superior votó una resolución (Nº 1475/03) por la que sus beneficios se extienden hasta el fin de agosto mientras se analiza qué hacer con el programa.
“En el peor de los casos, deberían llamar a un nuevo concurso para elegir a los beneficiarios, pero no pueden avisarnos de un mes para el otro que nos dejan de pagar –dijo el profesor Labiaguerre–. Sólo con un sustento así podemos investigar los que nos dedicamos a las humanidades. Sin el programa, necesitaríamos otro trabajo para vivir.” En el mismo sentido, una docente de Sociales agregó: “Los profesores que se dedican a profesiones liberales, como Derecho o Arquitectura, prefieren dedicaciones simples para poder ejercer su profesión. En las ciencias sociales y humanas, el trabajo es la docencia y con algunas dedicaciones simples no alcanza”.
Desde la Asociación Gremial Docente de la UBA, Néstor Correa expresó que “el intento de suprimir el programa de unificación de cargos, ilegal y arbitrario ya que agrede condiciones y remuneraciones adquiridas, no es sólo un nuevo ataque al salario docente. También a lo público de la universidad. Quienes lo promueven son las camarillas que adscriben a la ideología y a la práctica neoliberal y privatista que intenta atar el presupuesto no a los fondos públicos, sino a los intereses de los gruposprivados, y la enseñanza y la investigación no a los intereses del país, sino a los de los monopolios”.
Y el titular del gremio Aduba, Daniel Ricci, sostuvo que “si hay muchos docentes que acumulan dedicaciones simples es porque la universidad no les da la posibilidad de acceder a dedicaciones exclusivas”. Y agregó: “Teniendo en cuenta que la UBA es una de las universidades con mayor cantidad de simples, éste es uno de sus programas más interesantes, porque les permite a muchos hacer investigación y mejorar sus ingresos”.

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