UNIVERSIDAD › OPINIóN
› Por Sergio Provenzano *
Faltan 48 horas para que la Universidad de Buenos Aires elija un nuevo rector, lo que representa un hecho histórico que nos enaltece a todos los que le dedicamos nuestra vida. En este sentido, este acto eleccionario fortalece la institución, sin soslayar que la comunidad universitaria podrá expresarse nuevamente en las urnas gracias a una democracia que ya cumplió 30 años.
La UBA encara una nueva etapa en este profundo proceso de reconstrucción que lleva adelante en esta última década. Tal como ocurre con un paciente que fue desatendido durante mucho tiempo, fue necesario aplicar un difícil y complejo proceso de rehabilitación y de reconstrucción del tejido social, que incluyó fortalecerla en su infraestructura, a la par de analizar y comenzar con la aplicación de cambios académicos que hacen a la inteligencia de la universidad.
Es así que se le ganado una importante batalla a la desorganización institucional hasta lograr cumplir, plenamente, con los postulados que caracterizan a la universidad pública, desde el mismo día de su fundación. El pluralismo de ideas, la promoción de la investigación, del debate y especialmente mirando siempre hacia la sociedad, son postulados que nos hacen sentir orgullo y un profundo respeto por la UBA.
Se viene un nuevo paso en este proceso, y es cuando, finalmente, el paciente es rehabilitado; no sólo ha comenzado a caminar sino que, además, corre. Y esta carrera la conforma la articulación con la enseñanza, el prestigio académico, la investigación y la docencia. Es, en conclusión, la síntesis de la carrera universitaria que lleva 192 años de historia y que se encamina hacia una nueva meta: la del Bicentenario de la UBA.
Para esta nueva etapa emerge una sólida mayoría, plural, abierta y democrática, que se consolida como garantía de autonomía, gratuidad, excelencia académica, investigación y extensión, que coincide en llevar adelante un plan de trabajo que aspire a la transformación de la universidad y debe ser producto del diálogo, de la suma de esfuerzos y reflexiones que se dan en el intercambio con todos los claustros. El respeto por las diferencias y la construcción de consensos son máximas irrenunciables cuando se intenta generar políticas institucionales que redunden en el bienestar colectivo.
Y ese conjunto de decanos, profesores, graduados y alumnos –que nos hemos impuesto el mandato de continuar profundizando la transformación en la Universidad de Buenos Aires– entiende que es el doctor Alberto Barbieri, vicerrector de la UBA y decano de la Facultad de Ciencias Económicas, la persona adecuada para encabezar este grupo que ama profundamente a la UBA y, a través de ella, a toda la sociedad argentina.
* Decano electo de la Facultad de Medicina para el período 2014-2018.
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