Vie 06.12.2013

UNIVERSIDAD  › LA IZQUIERDA ESTUDIANTIL SE ENFRENTO CON LA POLICIA Y BARBIERI FUE ELECTO EN LA UBA

Un contador en el sillón del rector

Tras los incidentes afuera del Congreso, Alberto Barbieri recibió 146 votos, frente a los 44 que obtuvo Federico Schuster.

Después de un intenso enfrentamiento entre militantes y policías en la calle, dentro del Congreso nacional la asamblea de la Universidad de Buenos Aires (UBA) eligió a Alberto Barbieri, decano de la Facultad de Ciencias Económicas, como nuevo rector para el período 2014-2018. El candidato del actual oficialismo de la UBA –radicales, peronistas, macristas y aliados– recibió 146 votos de los 236 asambleístas convocados a sesionar. Federico Schuster, el otro candidato, apoyado por el bloque de oposición –centroizquierda y kirchnerismo–, obtuvo 44 votos. Hubo cinco abstenciones y numerosos ausentes. En las afueras del Congreso, estudiantes de agrupaciones de izquierda, nucleados en la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), manifestaron su rechazo a la asamblea y al sistema de gobierno vigente en la UBA y exigieron la “democratización de la universidad”. Al terminar la sesión, el flamante rector electo se manifestó partidario de “una universidad abierta y plural” y sostuvo que los incidentes ocurridos eran fruto de “un grupo minoritario que acude a una metodología violenta, que la mayoría de la UBA reprobamos”.

La asamblea universitaria, que reúne a representantes de profesores, graduados y alumnos de todas las facultades de la universidad, comenzó a sesionar pasadas las 9 en la Sala de Convenciones, en el segundo piso del anexo del Congreso de la Nación.

Acompañado por el secretario general de la UBA, Carlos Mas Velez, el rector Ruben Hallu dio por iniciada la asamblea tras comprobar el quórum. Aún se acomodaban los consejeros de los distintos bloques en el recinto cuando llegó un grupo de representantes estudiantiles de la FUBA, que fueron ubicados por el personal del Rectorado en unas sillas al fondo, a bastantes metros del rector y los candidatos. En el centro mediaban largas mesas en las que se encontraban los consejeros y los decanos. Una catarata de comentarios entre los presentes interrumpió al rector Hallu, que en ese momento designaba a Glenn Postolski y a José Luis Giusti, decanos electos de Sociales y de Económicas, como encargados de labrar el acta de la sesión. Mientras un estudiante vestido de ambo chiflaba a los recién llegados, un profesor de Económicas le mostraba a otro un video en su smartphone sobre los incidentes ocurridos en la calle, minutos atrás, entre estudiantes y policías.

En la calle

Más tensa era la situación en la calle. Como en 2006 y en 2009, la elección del rector de la UBA estuvo signada por incidentes alrededor del Congreso. El edificio estaba vallado y un operativo de seguridad, que reunió a casi 500 efectivos policiales, cerró al tránsito las avenidas Rivadavia y Entre Ríos y las calles Combate de los Pozos, Riobamba e Hipólito Yrigoyen. A las 8.30 comenzaron los enfrentamientos, que duraron entre 20 y 30 minutos, entre militantes de la FUBA, muchos con las caras tapadas, y las fuerzas de seguridad. Hubo pedradas, baldosas rotas, palazos, tachos de basura y gomas incendiadas, de un lado, y del otro, balas de goma, gases lacrimógenos y carros hidrantes.

Los cruces habían comenzado cuando los grupos de militantes –principalmente de La Mella y de los partidos que integran el Frente de Izquierda–, que habían acampado en la plaza del Monumento de los Dos Congresos desde la noche previa, expresando su repudio a la elección, intentaron derribar las vallas. Una estudiante de Ciencias Políticas también consejera, mostraba su credencial pidiendo que le permitieran entrar a la asamblea a votar. Finalmente, la Guardia de Infantería logró replegar a los manifestantes antes de las 9. Voceros de la Policía Federal informaron más tarde que diez efectivos habían resultado heridos por los enfrentamientos, nueve habrían sufrido politraumatismos y el restante quemaduras en una pierna. Si bien no dieron cifras, los dirigentes de la FUBA aseguraron que también hubo estudiantes heridos. No hubo detenidos.

En el recinto

La asamblea se desarrollaba con interrupciones, con idas y vueltas. Primero fueron propuestos los dos candidatos a rector. El decano electo de Odontología, Héctor Alvarez Cantoni, postuló al contador Barbieri y el profesor de Medicina Jorge Geffner al filósofo Schuster. Después, en cuanto pudieron tomar la palabra, los consejeros estudiantiles del bloque de izquierda denunciaron la represión policial afuera del recinto y pidieron que se votara una moción de orden para “disolver” la asamblea y convocar a una nueva para mayo de 2014, en la que se discuta la “democratización” de la casa de altos estudios, la incorporación de los docentes auxiliares e interinos (contratados) al claustro de profesores (el que detenta la mayoría de representantes en el gobierno académico y que hoy sólo integran los profesores concursados), así como la inclusión de los trabajadores no docentes en el cogobierno, entre otros puntos. La solicitud de los representantes de la FUBA originó algunos silbidos, luego de que los estudiantes declararan que la asamblea era “una farsa”. Entre gritos y discusiones dos estudiantes del Movimiento Sur se pararon frente al rector mostrando unas pancartas que decían “Ultima elección sin reforma de los estatutos” y “Democratización de la Ley de Educación Superior de los ’90”.

El rector saliente de la UBA, Hallu, rechazó la moción y les dio la palabra a los candidatos para que se dirigieran a la asamblea. Schuster empezó a hablar, mientras los estudiantes seguían gritando. Hallu convocó a votar para elegir a su sucesor rápidamente y terminar con la asamblea, como reclamaba insistentemente el decano Giusti. Ya habían votado dos asambleístas cuando los estudiantes de izquierda decidieron abandonar la asamblea, se entremezclaban sus cantos que pedían que “se vayan todos” con los aplausos irónicos de otros. Entonces se suspendió la votación y, nuevamente, se pasó a escuchar las propuestas de Schuster. Para ese entonces, la asamblea ya llevaba un record: iban más de 40 minutos de sesión, la mayor cantidad de tiempo en ocho años. Apenas 15 minutos tomó en el 2009 a los consejeros reelegir a Hallu.

El decano Barbieri ya fue electo y los asambleístas aplauden, incluido su rival, Schuster.

Schuster hizo un diagnóstico crítico del estado de la universidad, planteó la necesidad de discutir un profundo cambio institucional y la necesidad de reformar el estatuto. “No queremos destruir la universidad que tenemos, la tenemos que relanzar y potenciar”, dijo y puso como modelos a los rectorados de Risieri Frondizi y Rodolfo Puiggrós. También alertó sobre la creciente distancia burocrática entre el Consejo Superior de la UBA y la comunidad académica. “Quiero ser un rector que camine las aulas, los institutos de investigación y que escuche a todos los estudiantes”, propuso.

Luego fue el turno del vicerrector Barbieri. Habló de “repensar la universidad desde todas sus áreas” y de “dar un debate de ideas de cara al siglo XXI”. Defendió el actual régimen de gobierno de la UBA, aunque se mostró de acuerdo con incluir a los llamados no docentes. Insistió, también, en que hay que “profundizar la articulación de la universidad y el nivel secundario para preparar a los alumnos que ingresan”, y en reforzar “la extensión universitaria y la relación con los sectores vulnerables de la sociedad” entre otros puntos.

Antes de votar se expresaron tres consejeros graduados que replicaron las posiciones imperantes en la asamblea. Sebastián Rey, de Derecho, explicó por qué las agrupaciones kirchneristas de Unidos y Organizados apoyaban a Schuster y reclamó una pronta reforma estatutaria: “No es posible que 236 personas elijan por 300 mil” y pidió que la universidad “se ponga del lado de los necesitados y no de las corporaciones”. Desde el bloque de Barbieri, Jorge Pasart, de Odontología, habitual aliado del radicalismo, se definió como independiente y defendió “la grandeza de la UBA por ser un ejemplo de universidad para toda Latinoamérica”. Finalmente, desde la izquierda y el gremio docente AGD, Lucía Maffey, egresada de Exactas, cuestionó la escasa representatividad de la asamblea.

La votación fue nominal. Cada uno de los 236 consejeros fueron nombrados para que emitieran su voto. Una pequeña sonrisa comenzaba a esbozarse en la cara de Barbieri a medida que los electores pronunciaban su nombre. Pronto fue claro que era el ganador. Barbieri manifestó su “emoción” por haber sido votado por 146 de los 214 asambleístas presentes y llamó a los estudiantes que protagonizaron los incidentes a “la reflexión y al diálogo”. “Respetamos sus posiciones políticas pero no compartimos sus metodologías”, dijo el rector que asumirá su mandato en marzo.

Informe: Laura Guarinoni.

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