UNIVERSIDAD
La FUA elige si seguir bajo mando morado o pasarse a la oposición
La federación define su futura conducción. Franja aspira a continuar y la izquierda e independientes negocian un frente amplio.
› Por Javier Lorca
¿Seguirá Franja Morada conduciendo al movimiento estudiantil nacional? La respuesta la deletrearán unos 9 mil estudiantes entre el viernes y el sábado próximos, cuando se reúnan en un congreso de la Federación Universitaria Argentina (FUA). Si bien la agrupación radical se mantiene como la primera minoría y confía en retener la conducción, diferentes sectores de la izquierda, el centroizquierda, los independientes y el peronismo kirchnerista intentan construir un arco opositor con posibilidades de lograr la presidencia de la FUA. Aunque eso depende de un acuerdo nada sencillo que seguirá negociándose hasta último momento.
El congreso ordinario número XXIII de la federación se hará en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Además de los miles de estudiantes que participarán de las diferentes comisiones, habrá unos 900 delegados acreditados en representación de las 35 federaciones universitarias regionales. Deberán definir quién será el nuevo titular de la FUA en los próximos dos años, cómo se constituirá la mesa ejecutiva y cuál será el nuevo contenido político de la organización que representa a casi un millón de alumnos universitarios.
Franja Morada aspira a conservar el lugar que hegemoniza desde la restauración de la democracia. En el último congreso de la FUA, en 2002, tuvo el voto del 38 por ciento de los delegados. Ahora, los dirigentes morados creen que pueden rondar el 40 por ciento (entre 300 y 350 delegados). “Vamos a recuperar a la federación como actor sociopolítico nacional. Y no nos parece que a la oposición le alcance para ganarnos. Hay sectores muy heterogéneos y no creemos que lleguen todos juntos al congreso. Estamos tranquilos”, comentó Mariano Cejas, secretario general de la mesa nacional de Franja. Parte de la mentada tranquilidad se consolidó cuando Franja logró cerrar su propio frente interno, abierto cuando diversas regionales se plantaron ante la conducción de la agrupación acusándola de encarnar la “vieja política”. “Condicionada por el crecimiento de la oposición, la dirigencia se vio forzada a discutir la reconstrucción orgánica de la agrupación. Ahora cambió el marco político”, confió un militante.
En la vereda de enfrente, los opositores intentan conformar un frente amplio que dé por terminado el dominio de Franja. Aunque, por el momento, hay claramente dos grupos.
“Estamos tratando de armar un acuerdo con todas las fuerzas democráticas. La Franja está absolutamente sola, aislada, y logramos achicarle los márgenes de fraude”, dijo Maximiliano Moreno, de la guevarista Venceremos. “Hoy están dadas las condiciones objetivas para que un frente opositor pueda ganar a partir de un marco nacional, popular y antiimperialista”, agregó Alejandro Alborino, delegado de la federación de la UTN. Este bloque está integrado por los independientes, la Venceremos y parte de la Juventud Universitaria Peronista. Fragmentada, la JUP aportará desde sus sectores kirchneristas, que cuentan con apoyo del Gobierno. Queda por saberse qué harán los otros grupos justicialistas.
El otro bloque opositor lo forman la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA), el MST, el PO y otras agrupaciones de izquierda. “Queremos armar una lista común con un perfil opositor a Franja y también al Gobierno –planteó Fernando Villoslada, del MST–. Porque, aunque reconocemos que Kirchner implica un cambio, hay muchas cuestiones irresueltas, como la necesidad de mayor presupuesto.” Ese el punto que posterga el consenso opositor. Al margen de los dos grandes bloques, otras listas de centroizquierda (el MNR, por ejemplo) aún no decidieron qué harán. Las negociaciones seguirán hasta avanzado un congreso cuyos resultados pueden ser tres: o gana Franja, o gana un megafrente opositor, o –no hay que descartarlo ante un virtual empate– se fractura la federación.