UNIVERSIDAD
Los profesores quieren que se haga la asamblea universitaria
La agrupación docente mayoritaria de la UBA reclama que se convoque la postergada asamblea para debatir el rumbo de la institución. Hoy, el rector Jaim Etcheverry presentará un informe de su gestión.
› Por Javier Lorca
La mayoría de profesores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) reclama la realización de una asamblea universitaria para discutir el futuro de la institución. El pedido de los profesores se produce cuando el rector, Guillermo Jaim Etcheverry, está convocando a los representantes de los docentes, graduados y alumnos de todas las facultades a participar de una reunión que se hará hoy en la Facultad de Derecho. La idea de Jaim Etcheverry para el encuentro de esta mañana es hacer un balance de su gestión y, a la vez, presentar sus proyectos para el próximo año, el último de su período. Y ése es, justamente, el marco general de los movimientos políticos que comienzan a registrarse en la UBA: el proceso electoral que en 2005 seleccionará a las nuevas autoridades de las facultades y determinará el nombre del futuro rector.
En una nota enviada a Página/12, los profesores de la agrupación mayoritaria del claustro expresaron: “Los integrantes de la lista Reconstrucción Universitaria manifiestan su beneplácito por la reunión que, con motivo de la finalización del ciclo lectivo 2004, convocó el Sr. Rector... y en la que están invitados a participar los consejeros superiores y los consejeros directivos de las facultades”.
“Si bien durante la misma el Sr. Rector presentará un informe de las actividades desarrolladas durante el año que concluye, los integrantes de la lista y quienes apoyamos su integración en las trece facultades de la UBA y en el ciclo básico queremos reafirmar nuestra propuesta de convocar a la brevedad posible a la asamblea universitaria, por entender que es imprescindible debatir y resolver sobre cuestiones de fundamental trascendencia para nuestra universidad”, concluye el texto firmado por los decanos Juan Giglio (Odontología), Rubén Hallú (Veterinarias) y Fernando Vilella (Agronomía); los consejeros superiores Juan Azcoaga, Gabriel Binstein, Fortunato Mallimaci, Ernesto Podestá, Oscar Santanatoglia y Juan Vilas; los consejeros directivos Norberto Alayón, Aníbal Franco, Lía Gerschenson y Agustín Nápoli, entre otros.
La reclamada asamblea debería haberse realizado en noviembre de 2002, incluso hay diversos proyectos presentados esperando ser tratados, pero el Consejo Superior ha postergado indefinidamente el llamado basándose en la opinión de la asesoría legal de la UBA, según la cual al abrirse un proceso de reforma estatutaria la universidad correría el riesgo de tener que adecuar su estatuto a la Ley de Educación Superior. Cabe recordar que la asamblea es el máximo órgano de gobierno de la universidad.
En diálogo informal con este diario, uno de los profesores firmantes hizo su lectura del comunicado: “Cuando se eligió al actual rector, la asamblea manifestó la necesidad de convocar a una nueva asamblea para reformar los estatutos y definir el rumbo de la UBA. Pero Jaim no ha querido hacerlo. Ahora le estamos pidiendo definiciones. Hay que discutir con todos los representantes qué universidad queremos”. A la reunión que se hará hoy los profesores le critican que no incluirá ningún espacio de debate. El otro eje del reclamo son los cambios que precisaría el estatuto de la UBA: “Entre los temas a discutir están la forma de elección de autoridades, directa o indirecta; la organización académica; el Ciclo Básico Común y el ingreso en las facultades; la edad de jubilación de los profesores, que hoy es los 65 años”.
Pese a la moderación del tono, el planteo es el primero en que los profesores que elevaron la candidatura y la posterior elección de Jaim Etcheverry marcan públicamente ciertas diferencias con él. Y lo hacen cuando el rector estaría definiendo postularse para ser reelegido por otros cuatro años.
Fuentes del Rectorado comentaron que hoy Jaim Etcheverry dará un informe de su gestión, presentará sus futuros planes y describirá la compleja situación de la universidad frente al escaso presupuesto aprobado por el Congreso, apoyándose en los nuevos datos provenientes de los censos de alumnos y docentes recién realizados.