UNIVERSIDAD
La explosión de la matrícula pisa el freno en las próximas décadas
La “comisión Juri” presentó ayer su diagnóstico de la educación superior. Sugiere un ciclo básico para todas las carreras, con título intermedio, y avisa que se detendrá el aumento de alumnos.
› Por Javier Lorca
Con siete meses de demora, ayer se presentó el informe final de la Comisión para el Mejoramiento de la Educación Superior. Organizada un remoto año atrás por el entonces ministro Andrés Delich para desarrollar un diagnóstico y propuestas, la comisión integrada por tres decenas de especialistas y universitarios locales produjo un abultado documento cuyas principales conclusiones son la necesidad de crear un ciclo general común para todas las carreras que, al término de dos años, otorgue a los estudiantes un título intermedio; la tendencia a la desaceleración del crecimiento de la matrícula universitaria en los próximos años; y la flagrante ausencia de políticas públicas para la educación. Entre otros tantos datos, el informe detectó que existe un profundo pesimismo entre los actores vinculados al sistema educativo superior: el 85 por ciento no cree que en el futuro mejore el acceso de la población a la universidad (ver aparte).
Desde mayo del año pasado se venía reuniendo la comisión presidida por el ex ministro Hugo Juri. Trabajó dividida en cuatro subcomisiones y su resultado debería haberse concluido en noviembre. Ayer, al fin, fue presentado, pero ya sin el aura de eje de las futuras políticas oficiales que portaba en su origen. En la sede de la cartera educativa, ante numerosos rectores, universitarios y ex funcionarios, la ministra de Educación, Graciela Giannettasio, recalcó que el informe “no es un dogma” y dejó claro que no lo hará suyo: “Lo más valioso que tiene el informe es instalar este debate”. Un párrafo le dedicó al omnipresente tema del arancelamiento: “Sé que fuera de este recinto deben estar pensando que un informe sobre la educación superior está hablando o no del arancel... Que quede en claro que ese no es un problema a analizar en este momento”.
Con abundantes datos, el extenso informe indica que hay 1,7 millón de alumnos en la educación superior, sistema que incluye 91 universidades y más de 1500 institutos no universitarios (terciarios y colegios universitarios). La oferta global supera los 11 mil títulos. “Si bien ambos subsistemas han mostrado una significativa expansión, el no universitario ha tenido un crecimiento mayor... pasó de atender 93.645 alumnos en 1980 a 439.909 en el 2000 (crecimiento del 369,7 por ciento).
El subsistema universitario que atendía a 393.828 alumnos en 1980 pasó a atender, veinte años después, a 1.285.361 alumnos (incremento del 226,3 por ciento)”, dice el estudio. El crecimiento habría sido producido por la alta desocupación y el aumento de requerimientos para acceder al mercado laboral, y también por los requisitos de la llamada “sociedad de la información”.
“Para los próximos años, se prevé una desaceleración del crecimiento de la matrícula”, diagnosticó María Catalina Nosiglia, a cargo de la subcomisión rotulada Demanda Social de la Educación Superior. “Las hipótesis más plausibles de evolución futura del ingreso a las universidades indican como más probable una tendencia a la desaceleración del fuerte ritmo de crecimiento registrado en el último quinquenio”, concluye el estudio, que sitúa en 370 mil la cantidad de nuevos inscriptos para 2005. Graciela Riquelme, integrante de la comisión, apuntó que esto se debe a que “está llegando a un techo el egreso de estudiantes de la escuela media”. En la hipótesis media que manejó la comisión, en el período 2000-2020 el crecimiento de la matrícula será del 56 por ciento: de los 343 mil nuevos inscriptos que hubo en 2000, se pasaría a 429 mil en 2010, y a 537 mil en 2020.
Pese a la mayor dispersión territorial y a la diversidad de carreras y títulos que ofrecen los terciarios, el 74,5 por ciento del alumnado de nivel superior estudia en universidades. Además, son muchos los jóvenes que dejan sus lugares de origen para seguir estudiando: casi el 24 porciento de los alumnos universitarios hizo sus estudios secundarios en una ciudad distinta de la que concentra sus estudios superiores.
Una de las pocas propuestas que será impulsada por la Secretaría de Políticas Universitarias es la de crear un Ciclo General de Conocimientos Básicos. Sería una primera etapa de todas las carreras, de dos años, que daría formación básica y se dictaría tanto en universidades como en terciarios y colegios universitarios. A su término, los alumnos recibirían un título intermedio, válido para seguir una carrera de grado en cualquier universidad. “Dicho ciclo podrá incorporar la posibilidad de orientaciones (por ejemplo, en ciencias sociales y humanas o en ciencias naturales y exactas)”, señala el estudio. El ciclo inicial serviría para: facilitar el paso de la escuela al nivel superior, articular universidad y terciarios, favorecer la movilidad de alumnos entre instituciones y carreras. “El ciclo podría contar con un cuerpo docente especializado en atender a los alumnos que recién ingresan –dijo Carlos Pérez Rasetti, coordinador de la subcomisión de Diversificación Institucional y Estructura–. Así se podría aumentar la retención.” El 50 por ciento de la deserción se produce en los primeros dos años de las carreras. El ciclo general también sería una forma de atender “la necesidad de fortalecer los conocimientos básicos para preparar a los estudiantes a afrontar la rápida mudanza de los saberes”, como dijo Mario Albornoz, a cargo de la subcomisión de Tendencias del Conocimiento, que a la vez propuso mejorar la articulación entre las universidades y el Conicet.
La subcomisión dedicada a la Organización Institucional del Sistema de Educación Superior concluyó que hay “ausencia de una política pública para el sector”. El coordinador, Adolfo Stubrin, resumió: “Hay que generar leyes de base que den lineamientos para fijar un plan nacional de educación superior, sin entrar en conflicto con las autonomías provinciales y universitarias... El eje sería que las universidades se conviertan en unidades de planificación de políticas educativas”. Asimismo, se sugirió crear una agencia descentralizada para administrar los planes de desarrollo. Todas propuestas que las universidades empezarán a debatir en los consejos regionales.
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