UNIVERSIDAD
› MUESTRA DE FOTOGRAFIAS TOMADAS EN 1960 Y EN 2004
Imágenes del tiempo en la UBA
En el Rojas se exhiben retratos que permiten leer contrastes y también similitudes en la vida universitaria de los últimos 45 años.
› Por Javier Lorca
¿Qué fue la época dorada de la universidad? Y, sobre todo, ¿qué queda hoy de aquellos años mitificados? En una muestra organizada por el Centro Cultural Rojas se puede leer el ensayo de una respuesta a través del diálogo entre dos series de fotografías que retratan personas, máquinas y espacios de la Universidad de Buenos Aires (UBA), documentos de época tomados en 1960/1 y en 2004. Intercaladas, las fotos reflejan un contraste que habla de pérdidas y rupturas, pero también de continuidades y permanencias.
“Hace unos años, gente de la Fundación Antorchas me comentó que en el archivo de Grete Stern había un álbum con fotos de la universidad. Parece que en la época de Risieri Frondizi (rector entre 1957 y 1962) se le había pedido a Stern un reportaje fotográfico que nunca llegó a publicarse”, contó a Página/12 el rector Guillermo Jaim Etcheverry, que decidió rescatar y exponer aquellas imágenes. La Secretaría de Extensión de la universidad organizó un concurso y eligió a Facundo de Zuviría para tomar nuevas fotos de la UBA. Parte del material es el que se está exponiendo en la fotogalería del Rojas, en Corrientes 2038, con entrada gratuita, hasta el viernes 28 de octubre. El material completo será reunido en un libro que está por publicar la editorial universitaria Eudeba.
Abren el recorrido por la muestra las imágenes tomadas por la fotógrafa alemana, en blanco y negro, en pequeños formatos que respetan los cortes y los marcos, los modos de exhibición de los ’60, según explicó Fabián Lebenglik, director del Rojas.
- Eminencias. Contexto y fondo, visiones de una universidad que todavía no era masiva, permiten el despejado primer plano de profesores con mayúsculas, eminencias posando junto a equipos que entonces eran de alta tecnología no en Argentina, sino en el mundo. Entre otros, Eduardo De Robertis, precursor de la investigación en neurociencias, ante el primer microscopio electrónico del país. Serio y concentrado, aparece Bernardo Houssay, diseccionando una rana ¡catorce años después de haber recibido el Premio Nobel en Fisiología y Medicina! De vivir, ¿estaría hoy en la universidad o sería otro cerebro en fuga? También figura un retrato de Alfredo Lanari, actual hospital universitario. No hay eminencias en las imágenes a color elegidas para escenificar la masificada universidad del presente. Acaso lo que no hay (o no se ve) es algo más general: personas, sujetos individuales.
- Luces. De traje, acodados sobre las mesas de un taller, estudiantes de la Facultad de Arquitectura trabajan en la antigua sede de Perú 272. Circa 1960 –dice el epígrafe– y los techos del taller, de revoques roídos y despintados, recuerdan o pronostican las carencias presupuestarias y edilicias de la UBA versión siglo XXI. El aula es oscura, poca luz, las ventanas son mínimas y niegan la vista al exterior. ¿Universidad de elite, universidad encerrada? Una foto inmediata, tomada el año pasado por De Zuviría, propone la antítesis: un enorme ventanal de la sede actual de Arquitectura ilumina y comunica las maquetas blancas de los estudiantes con los colores del afuera. Pero hace falta otra imagen de Stern para completar la historia, su germen: armazones y materiales de construcción prueban que hace 45 años se empezaba a construir la Ciudad Universitaria, donde hoy luce aquel ventanal. La universidad de los ’60 proyectaba la universidad de hoy. ¿Qué proyecta la UBA presente? La única obra en construcción que muestra la muestra se dibuja como fondo de un retrato de Jaim Etcheverry, asomado al balcón del rectorado. Son los andamios desde los que se está reparando la fachada del edificio de Viamonte 440. La restauración de un pasado.
- Atención. En un calmo diálogo personal, cara a cara, la funcionaria de la UBA toma nota de lo que –se entiende– le cuenta una aspirante a ingresar en la universidad. Con la cabeza gacha, la chica se mira las uñas, tímidamente. “Empleada atiende a estudiante interesada en recibir orientación vocacional”, se describe al pie de la foto obtenida hacia 1960. Muy lejos de esa escena, la foto siguiente, tomada el año pasado. Un pasillo repleto de gente caminando, en tránsito, carteles pegados en las paredes o pendiendo del techo. En ese contexto ruidoso y móvil, una estudiante, una chica sola se enfrenta con un emblema de la burocracia, completa un formulario de inscripción en el Ciclo Básico Común.
- Bares. En una desaparecida cafetería universitaria, alumnos y profesores cuya fisonomía parece provenir de un pasado remotísimo hacen cola, ordenadamente, frente a la barra. Detrás del mostrador, se alinean botellas de vino, sidra, champagne y otras bebidas, hoy impensables. Cerveza es lo más alcohólico que ahora se puede consumir en algún local de alguna facultad, aunque las fotos de 2004 no lo atestigüen. El bar fotografiado por De Zuviría exhibe mesas sin botellas pero rodeadas por enormes y múltiples carteles y afiches de agrupaciones, flagrantemente ausentes en la imagen de aquella universidad. ¿Cuál de ésas es la universidad politizada? O mejor: ¿qué formas diversas de experiencia política las habitaron? ¿Será la iconografía de la militancia sustituto de una falta? Famosamente, Borges sostuvo que la ausencia de camellos prueba el origen árabe del Corán.