UNIVERSIDAD
› CONCLUYEN LOS COMICIOS EN TODAS LAS FACULTADES
A escrutar urnas en la UBA
Hasta esta noche pueden votar los profesores, alumnos y graduados. Las agrupaciones y sus estrategias. Huelga de hambre en Ingeniería.
› Por Javier Lorca
Al habitual despliegue de energía universitaria, de carteles decorando facultades y militantes recorriendo incansables los pasillos en busca de votos, las elecciones que terminan hoy mostraron nuevas formas de profesionalización de la política académica: militantes uniformados como promotores, afiches a color con la cara de los candidatos, refuerzos para volantear. Pero la nota la dio Ingeniería: con las puertas cerradas para evitar cualquier fraude, con una profesora en huelga de hambre. Después de una semana de desarrollo, los primeros comicios simultáneos de profesores, estudiantes y graduados de la Universidad de Buenos Aires llegan a su última jornada. Hasta esta noche se puede cumplir con el voto obligatorio. Durante la noche se abrirán las urnas y comenzarán los escrutinios. Los resultados finales definirán los nombres de las futuras autoridades, decanos y consejeros directivos, en todas las unidades académicas de la UBA.
–¿Acá siempre hay tanto movimiento durante las elecciones?
–No sé, yo no soy de la facultad –se sincera la chica que, en el hall de Farmacia y Bioquímica, intenta convencer a los estudiantes de las bondades de votar por La Fórmula. No es tan raro que, en táctica de organización, los militantes se distribuyan por las facultades para sumar fuerzas donde quieren sumar sufragios.
“Sí es raro –confirma un empleado de maestranza– que en Farmacia haya tanto bullicio electoral.” Un enorme cartel de la Alianza por los Estudiantes difunde sus logros de gestión y muchos otros, más pequeños, dibujan la oposición: El antídoto, La célula. Adentro del edificio de Junín 956 hasta los graduados han puesto sus pancartas.
A la vuelta, en la misma manzana, otro planeta: el microclima de Odontología se mantiene en calma. Sin los afiches, sin los gritos y los susurros cómplices, sin las colas para votar que se multiplican en la sede que, sobre Marcelo T. de Alvear al 2200, tiene Ciencias Sociales, la única facultad que escrutará las urnas recién mañana. Las paredes exteriores muestran afiches de Megafón y una carta a la comunidad sociológica. La entrada está cubierta por carteles de Oktubre, el frente de izquierda que ganó las elecciones anteriores. Adentro están los anuncios de las demás agrupaciones. Unos cuantos militantes tratan de seducir a los indecisos y, además, explicarles el intrincado asunto: boletas para elegir consejeros directivos, aparte otras para juntas de carrera, aparte otras para centro de estudiantes. Informado por los fiscales que reponen boletas en el cuarto oscuro, un estudiante que milita en Oktubre le comenta a otro que hace la cola: “Parece que gana el FEU (Frente Estudiantil de Unidad). Es una cagada, porque hace falta un centro más combativo”. ¿Una confesión o una estrategia de seducción?
Ya desde sus escalinatas, la Facultad de Medicina también muestra un despliegue importante. Pero está claro que el target es otro, y otro el presupuesto: los afiches del QRS, la agrupación mayoritaria, son a color y retratan a los estudiantes candidatos posando. Cruzando Plaza Houssay, Ciencias Económicas no luce carteles en su exterior. Pero, apenas entrando, surgen los militantes uniformados como promotores. “Es para que nos vean más”, dicen. De naranja se ve a los ex morados de Nuevo Espacio y de azul a los de la socialista Belgrano.
Lejos del constante movimiento que ayer transitaba la mayoría de las facultades, Ingeniería se mantenía cerrada, igual que hoy, sin clases ni actividad administrativa para evitar suspicacias y posibles maniobras fraudulentas. Sólo profesores, alumnos y egresados pueden entrar a votar. Hasta el miércoles en el hall principal, y desde ayer bajo las columnas de la fachada, la profesora Alicia Roviglione mantiene una huelga de hambre. Reclama su derecho a votar y ser elegida como consejera directiva: no puede porque la lista docente opositora fue impugnada por no cumplir el requisito de contar con ocho profesores titulares regulares. “En toda la UBA hay menos de 700 profesores titulares regulares, cuando por estatuto debería haber uno por materia. Y es claro que hay más de 700 materias –dice a Página/12 una profesora que teme divulgar su nombre–. Hay un claro manejo para mantener el poder entre las mismas personas. Y no es un problema de una sola facultad, sino de toda la universidad.”