Por J. L.

Las obras sociales de las universidades nacionales “están en el peor momento de su historia”, según denunció el Cosun, el consejo que agrupa a las 24 entidades existentes. La crisis es financiera y se debe a que, en los últimos cinco años, los insumos y servicios del sector aumentaron un 270 por ciento, mientras que los ingresos de las obras sociales apenas se incrementaron, en promedio, un 15 por ciento.
La situación podría terminar afectando las prestaciones que reciben unas 400 mil personas que integran la comunidad universitaria argentina. “La ecuación ya no cierra –le dijo a Página/12 el titular del Cosun, Roberto García–. Desde 2001, los gastos de salud aumentaron muchísimo, algunos medicamentos más del 200 por ciento. Y este año se nos vinieron encima los prestadores, que entre 2002 y 2004 se habían mantenido a la expectativa.”
Las obras sociales se financian con el aporte de los afiliados (3 por ciento del salario) y de las universidades (6 puntos). El desfinanciamiento se debe no sólo al prolongadísimo congelamiento que sufrieron los salarios de los docentes y los empleados universitarios, sino también a que los aumentos otorgados fueron –en su mayoría– mediante sumas no remunerativas. Tras fuertes reclamos sindicales, hace pocos meses el Gobierno aceptó comenzar a incorporar aquellos adicionales en el básico, en forma paulatina. “Los aumentos recién se están empezando a blanquear desde agosto pasado. La velocidad con que llegan esos incrementos es muy inferior al crecimiento de nuestros gastos. Nos estamos desfinanciando... Los precios van por el ascensor y los aportes van por la escalera.”
Con particularidades, el crítico escenario incluye a todas las obras sociales de las universidades nacionales: desde las de Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Litoral, Luján, hasta las de Entre Ríos, Comahue, Santiago del Estero, Misiones, Río Cuarto, Cuyo, San Juan, San Luis, Centro, Nordeste, La Rioja, entre otras. En promedio, cada afiliado le aporta a su obra social entre 40 y 45 pesos mensuales. En el mismo período, cada afiliado le genera un egreso de entre 50 y 55 pesos. “No pedimos un auxilio, ni un aporte extra del Estado, sino que se cumpla con la contribución que le corresponde a cada uno”, concluyó García.