La renuncia de Atilio Alterini a su candidatura modificó el escenario en la Universidad de Buenos Aires. Los diferentes actores y sectores políticos comenzaron ayer a reposicionarse. Los estudiantes de la FUBA festejaron como un éxito la declinación del decano de Derecho. Mientras parte del bloque mayoritario reclamaba la pronta elección de un vicerrector, otros miembros del grupo preferían confirmar la solidez del acuerdo que los nuclea y postergar la definición del próximo postulante. A su vez, los diversos espacios de minoría insistieron en la necesidad de buscar una salida negociada a la crisis institucional, la misma postura que sostiene Alfredo Buzzi, el decano de Medicina a cargo del rectorado.

“Es un triunfo del movimiento estudiantil.” Así celebró Juan Pablo Rodríguez, copresidente de la FUBA, la declinación de quien contó con los votos para ser designado rector pero nunca pudo verlo plasmado en una asamblea, justamente porque las agrupaciones estudiantiles de izquierda lo impidieron en cuatro oportunidades. “Ahora denunciamos el pacto del Gobierno con la camarilla shuberoffista para mantener el mismo bloque y sólo hacer un cambio de figuritas”, dijo a este diario. Ya sin Alterini como blanco de las críticas, los reclamos de la FUBA quedan reducidos a dos: expulsión de los gremialistas no docentes que golpearon a estudiantes a principios de mes y –el punto clave–“una reforma estatutaria que democratice la universidad”.

“La renuncia del doctor Alterini es una pérdida”, dijo Buzzi, pero estimó que “por lo menos una parte de la tensión existente va a desaparecer”. Para el decano de mayor edad, la elección del rector de la UBA deberá esperar ahora a que se consensúen “condiciones para que las partes en pugna puedan dialogar con respeto mutuo”. Suspendida la sesión del Consejo Superior que ayer iba a intentar designar vicerrector, Buzzi convocó a las comisiones de trabajo para “ir normalizando” el funcionamiento de la universidad. Mañana se reunirán las comisiones de enseñanza, concursos e interpretación y reglamento. El lunes será el turno de la comisión de presupuesto, que deberá comenzar a tratar la demorada distribución de los fondos. Y el miércoles seguirán las comisiones de enseñanza, de posgrado y de bienestar y extensión. “Trataremos de iniciar las sesiones ordinarias del consejo para poner en marcha una cantidad de trámites que están atrasados”, dijo.

El rol asumido por Buzzi ha generado un creciente malestar entre muchos miembros del bloque mayoritario de radicales, peronistas y aliados, en especial entre los primeros. Es que Medicina integraba el bloque, pero se fue distanciando, primero con críticas de sus alumnos a Alterini y luego con la neutralidad declarada por Buzzi al quedar al frente de la UBA ante la caducidad de los mandatos del rector y el vicerrector.

“Lo primero a resolver es el problema institucional –apuntó un graduado radical–. Buzzi no tiene legitimidad, no fue elegido por nadie y debería limitarse a convocar una sesión para que se elija al vicerrector.” Este sector aspira a que Aníbal Franco, ex decano de Veterinarias, sea designado vice y comande la transición hasta que se pueda hacer la asamblea universitaria: valoran su capacidad de diálogo con el Gobierno –dada su filiación peronista– y con los decanos del espacio de izquierda y centroizquierda que postulan a Alberto Kornblihtt.

Pero otros miembros del bloque prefieren no apresurar ninguna designación. En una reunión realizada ayer en la Facultad de Odontología, la mayoría del grupo optó por dejar de lado la nominación de postulantes al rectorado y se concentró en confirmar la continuidad del acuerdo antes encolumnado tras Alterini, quien participó del encuentro. Uno de los propósitos centrales fue zanjar las diferencias planteadas anteayer entre seis decanos y el ex candidato, que finalmente terminó con su dimisión. “Nuestro grupo de consejeros sigue unido respecto de lo que considera las bases de la universidad –aseguró a Página/12 el decano de Económicas, Alberto Barbieri–. Estuvimos charlando diferentes alternativas. Es necesario que comience a funcionar la universidad e ir buscando acuerdos para que se pueda reunir la asamblea y tratar los temas que preocupan a las mayorías y a las minorías.”

Desde afuera, no todos veían tan firme al bloque: “La renuncia de Alterini fue el broche del mal manejo que hicieron de la mayoría que tenían –opinó Fernando Vilella, ex decano de Agronomía y candidato a rector–. Quedan con una cantidad de fisuras internas y no está claro quién va a conducir. Ahora tenemos la oportunidad de dar un tiempo de debate y construcción de consenso para definir el futuro de la universidad”.