Vie 30.06.2006

UNIVERSIDAD

Cruce por la toma del Buenos Aires

Los alumnos y el rector polemizaron por la ocupación del Colegio Nacional.

Las banderas desplegadas en la entrada del Colegio Nacional Buenos Aires proponen “Enseñar, no imponer”. “Basta de autoritarismo”, reclaman. “¿Por qué la toma? Para que nos escuchen”, explican. Cada consigna fue pintada por los alumnos del Centro de Estudiantes que desde la noche del miércoles mantienen tomado el colegio en protesta “por las políticas autoritarias del rector” Horacio Sanguinetti. Los reclamos estudiantiles incluyen la eliminación de una resolución que prohíbe las tomas, que se revean sanciones a alumnos que consideran “arbitrarias”, la puesta en funcionamiento del Consejo de Convivencia y mejoras en el Departamento de Orientación. Mientras que los chicos anunciaron que la toma se prolongará al menos durante hoy, el rector suspendió las clases. Sanguinetti indicó que en la toma “participa gente que no es del colegio” e indicó que no va a negociar “con la presión de la toma”.

“En este colegio forman gente sólo en lo académico y no en lo personal ni en lo humano. Ponen trabas en todo lo que querés hacer, ya sea político, artístico o acciones solidarias. Hace cuatro años nos prohibieron las tomas y no podemos hacer asambleas. Hay una política de miedo”, dijo a Página/12 Pablo Colombo, vocal 1º del Centro de Estudiantes, mientras algunos de sus compañeros acomodaban los carteles sobre la vereda.

Una visión diferente tiene Horacio Sanguinetti: “Podría contar historias muy conmovedoras de la contención que brinda el colegio. Nos ocupamos de los alumnos y los contenemos. Ellos saben que siempre estoy dispuesto a recibirlos cuando lo necesiten”, afirmó a este diario.

Según los estudiantes, el conflicto no es nuevo, pero algunos hechos recientes guiaron la situación hacia la toma. Uno de los detonantes fue la sanción con 23 amonestaciones a un alumno de la décima división del 5º año. “Acá el Consejo de Convivencia (que debería resolver los conflictos disciplinarios) no se reúne. Es el único colegio en el que todavía se aplican amonestaciones. Se eliminan los problemas, no se solucionan”, consideró Colombo.

Para los alumnos, uno de los pedidos centrales es la anulación de la resolución 463, que prohíbe las tomas del colegio. Luego de la última, el 2 de julio de 2002 en defensa del boleto estudiantil, el rectorado estableció que quienes las “practiquen, promuevan, organicen o aconsejen serán sancionados con la pérdida de la regularidad”. “Ni siquiera podemos hablar de una toma, es increíble”, se quejan los estudiantes.

La misma norma señala que “se prohíbe el ingreso y retiro del colegio de televisores, equipos de sonido, altavoces, radios y afines, así como también su utilización dentro del colegio y sus adyacencias, salvo permiso escrito y temporario de los vicerrectores o el rector”. Los alumnos entienden que de ese modo se impide la reunión en asambleas, que “a su vez ya fueron atacadas por otra resolución que establece la necesidad de un permiso de las autoridades para su realización, explicando los temas a debatirse”.

La respuesta de Sanguinetti fue que “la toma es un efecto de lo que estamos viviendo en la UBA. No son todos los alumnos, es el Centro de Estudiantes y alguna gente que no es del colegio”. No obstante, reconoció que los reclamos “tienen que discutirse” y explicó que “la sanción aplicada al alumno de 5º es razonable y no implica quedarse libre”. Y sostuvo: “En el último tiempo hemos mejorado mucho el diálogo, pero yo no voy a dialogar con la presión de la toma”.

Otro de los reclamos apunta a la “insuficiencia del Departamento de Orientación”. Se trata del área que debe ayudar a los alumnos ante cualquier problema. Los alumnos piden una modificación porque “los cinco psicólogos no alcanzan para los dos mil estudiantes que cursan”.

Como ejemplo del autoritarismo, los chicos citan el discurso que grabaron dado por uno de los vicerrectores del turno tarde, Arnoldo Siperman, ante el 5º décima después de que un grupo de ellos participó de una pelea. “En esta división hay un grupo selecto de bad boys, de chicos malos –bramó–. Sepan los chicos malos que no les tenemos miedo. No vamos a hacer buenos a los malos, pero no vamos a permitir que los buenos los soporten. Les ruego que terminemos la fiesta en paz, que terminen el 5º año dentro del colegio.”

Ayer por la tarde, los chicos en asamblea decidieron que la toma continuará al menos durante el día de hoy. La idea de levantarla para comenzar un diálogo no los convenció porque “las promesas que hacen las autoridades nunca las cumplen”. Después de ese tema se debatió informalmente cómo van a ver el partido: si conseguían un televisor o lograban autorización para usar el microcine.

Informe: Lucas Livchits.

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