Una investigación reaalizada por el consejo directivo de la Facultad de Medicina (UBA) concluyó que las autoridades de la carrera de Obstetricia comandaban un complejo procedimiento para darles clases aranceladas a los estudiantes en una entidad privada y, luego, tomarles examen como libres en la universidad pública y gratuita. Obviamente, el título de graduación era extendido por la UBA. “Se detectó una situación irregular y éticamente insostenible”, confirmó a Página/12 Marcelo Torino, secretario de Programación y Planificación de la Enseñanza. El consejo de Medicina resolvió separar del cargo a las funcionarias de la carrera. Todo lo ocurrido se inscribe en el conflicto que enfrenta los grupos de poder de la facultad.
“Por rumores de pasillo, nos enteramos de lo que estaba pasando y empezamos a impulsar una investigación”, contó Alejandro Todaro (QRS), consejero estudiantil. A fines de mayo se formó una comisión investigadora, cuyo informe fue vertido en la sesión de consejo realizada anteayer.
La carrera de Obstetricia forma graduados encargados de atender embarazos, partos y puerperios normales. Hasta 2000, cuando fue modificada la legislación, sólo podían ejercer y estudiar Obstetricia las mujeres, que siguen siendo casi la totalidad del alumnado. Para la misma época se reformó la carrera en la UBA y se creó la Licenciatura en Obstetricia. Hasta entonces, las egresadas se recibían de obstetras. Para darles a las personas que se habían graduado antes la posibilidad de ser licenciadas, la facultad instrumentó una complementación curricular. Según el plan de estudios que se hubiera rendido originalmente, el complemento consistía en el cursado de ocho, cinco o tres materias. La complementación empezó a dictarse el año pasado y con ella empezó también el proceso que terminó estallando esta semana en una larga y debatida sesión.
La comisión investigadora de la facultad detectó que, entre 2001 y 2002, la complementación curricular fue rendida por 455 estudiantes: sólo 12 rindieron en condición regular (es decir, habiendo cursado las respectivas materias en la facultad). Todos los demás dieron examen como libres (sin haber cursado en la facultad). En total, se rindieron 1464 exámenes libres y sólo 51 regulares. “Resulta sumamente llamativa la escasa cantidad de alumnos regulares (3,3 por ciento) y la enorme cifra de alumnos libres (96,6 por ciento) que aprueban las asignaturas que conforman la complementación”, señala el informe, que también agrega que el porcentaje de aplazos fue del 0,2 entre los libres y del 5,9 entre los regulares.
“La directora de la carrera era Rosa Vartabedian, que a la vez preside la FORA (Federación de Obstétricas de la República Argentina). En la facultad restringía las posibilidades horarias de cursar. Mientras que en la FORA ofrecía una amplia oferta de cursos de apoyo para las materias de la complementación. Claro que eran cursos arancelados”, detallaron el consejero Todaro y el secretario de Extensión, Efraín Benzaquén. “Ponían un solo horario, por ejemplo, de 14 a 18 –contó Torino–. Y, a los que no podían cursar, los invitaban a cursar en la FORA. Les garantizaban que eran los mismos docentes y los mismos contenidos que les iban a tomar examen en la facultad.” Esto fue constatado por la investigación: “Los integrantes de las mesas examinadoras de las materias de referencia en la Facultad de Medicina son las mismas personas que enseñan y dictan los cursos de apoyo en la FORA”.
“Extraoficialmente, se sabe que la FORA les cobraba a las alumnas entre 400 y 450 pesos al año por la sumatoria de cursos”, agregó Torino. La federación hizo dos donaciones de 10 mil pesos a la facultad. “Esto demuestra la relación de hecho entre la FORA y la facultad, así como la intencionalidad de las autoridades correspondientes”, indica el informe.
El hecho político que precipitó la investigación fue que, cuando las alumnas se inscribían para dar examen, eran instadas por la dirección dela carrera a empadronarse como graduadas para poder votar en las futuras elecciones. El sector que dirigía la carrera pertenece al que hoy quedó en minoría, tras fracturarse lo que era el bloque de mayoría en Medicina, como ya informó este diario.
Como consecuencia de la investigación, el consejo directivo resolvió el miércoles pasado, por unanimidad, “separar preventivamente del cargo” a Vartabedian y a la vicedirectora de la carrera, Claudia Goano. Las autoridades de Medicina garantizaron que el conflicto no afectará a quienes que ya rindieron los exámenes. También se comprometieron a ampliar la oferta de cursos gratuitos y sin cupos para hacer la complementación curricular.