La mayoría de radicales y peronistas quería nombrar mañana secretarios para gobernar. Pero no hubo acuerdo y se temía una protesta.
› Por Javier Lorca
La posibilidad de otra protesta estudiantil y la falta de acuerdos dentro del bloque de consejeros radicales, peronistas y aliados terminaron por aligerar el temario que mañana tratará el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires. El vicerrector Aníbal Franco y el bloque de mayoría aspiraban a designar mañana a varios secretarios para profundizar su gobierno de la UBA, pero los diferentes sectores no lograron ponerse de acuerdo sobre el reparto de cargos. Igual, las agrupaciones de izquierda que conducen la FUBA habían advertido que impedirían la sesión si se avanzaba con la elección de funcionarios. Mientras continúan las negociaciones en pos de “una candidatura de consenso”, en forma incipiente se analiza un sexto llamado a la asamblea universitaria, que podría concretarse entre mediados de octubre y fines de noviembre.
Después de varias sesiones acotadas a trámites administrativos y asuntos académicos, la reunión del Consejo Superior llamada para mañana a las 9 prometía abordar cuestiones conflictivas (ver aparte “El vicerrector”). Para preparar el terreno, ayer a la mañana se realizó una reunión de decanos, convocada por el vicerrector. Franco hizo dos planteos. Advirtió que la situación presupuestaria de la universidad aún no está resuelta, aunque estimó que el Ministerio de Educación colaborará con las arcas de la UBA, como se viene asegurando en forma extraoficial. Según confió un decano del bloque que postula a Alberto Boveris, “los fondos para garantizar el funcionamiento de la UBA llegarán, está el compromiso del ministerio”, pero se evitará hacer un anuncio que “podría despertar malestar en las demás universidades”. Pero al no haber confirmación oficial, la inquietud persiste en la UBA, pese a que, con los fondos de refuerzo, esta semana empezarán a pagarse las paritarias docentes y no docentes.
El otro planteo del vicerrector se refirió a su gestión. Dijo que tiene serias complicaciones para gobernar al no contar con colaboradores y al carecer de asesoramiento técnico. Cuando en mayo concluyó el mandato del último rector, Guillermo Jaim Etcheverry, todos los secretarios renunciaron. Sólo permaneció en funciones, a pedido de los decanos, la secretaria de Hacienda, María Luisa Aicardi. La idea de Franco y del bloque de radicales y peronistas –que cuenta con mayoría en el Consejo Superior– es designar algunos secretarios en forma transitoria, hasta que se pueda elegir al demorado rector. Para ocupar las secretarías y subsecretarias del rectorado tienen aspiraciones las siete facultades del bloque: Derecho, Económicas, Veterinarias, Ingeniería, Psicología, Farmacia y Odontología. Pero, tras varias reuniones, ayer fracasó la búsqueda de un reparto que deje a todos conformes. En principio, se aceptaría que la Secretaría General quede a cargo de un graduado de Derecho. Un problema es el área de Hacienda: Franco querría que prosiguiera su actual titular, y Económicas desea allí a uno de sus graduados o jóvenes docentes. Otro problema es la de Ciencia y Técnica, que se disputan Ingeniería y Farmacia.
La cuestión quedó, entonces, afuera del temario de mañana. Se postergó, por ahora, un conflicto con dos frentes. Uno, con los decanos y consejeros de centroizquierda que postulan como rector a Alfredo Buzzi, de Medicina, quienes sostienen que la designación de secretarios debe realizarse a propuesta del rector y que, en las circunstancias presentes, se debe esperar a que se normalice la situación política. Y dos, con la FUBA: “No vamos a dejar que elijan secretarios. De ninguna manera se puede poner ahora en funciones al mismo gabinete que iba a acompañar a Atilio Alterini (decano de Derecho y fallido candidato a rector). La salida de la crisis no puede quedar en manos de las mismas personas que generaron esta crisis”, dijo ayer el copresidente de la federación, Juan Pablo Rodríguez (PO), quien confirmó que los militantes de la FUBA estarán mañana en la sesión.
En forma paralela continúan las negociaciones para organizar un sexto llamado a la asamblea universitaria que debe elegir rector y para intentar consensuar una candidatura que supere los bloques, todavía sin resultados. El asunto sí entrará mañana en el temario. Para una eventual asamblea, en el espacio de Buzzi se confía en contrarrestar las protestas estudiantiles con una movilización social, acompañada por organizaciones de derechos humanos. El bloque de radicales y peronistas, en cambio, trabaja otra opción: “La democracia necesita de la Justicia –dijo Boveris–. Pensamos hacer una presentación judicial pidiendo garantías para que sesione la asamblea. Y si la FUBA no deja que se reúna el Consejo Superior, vamos a extender el pedido de garantías para las sesiones del consejo”.
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