La toma del Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) por parte de militantes estudiantiles del PO generó ayer dos reacciones entre las autoridades académicas. El vicerrector Aníbal Franco anunció que hoy presentará un recurso de amparo, buscando que la Justicia garantice las sesiones del consejo. Además, la protesta dio nuevo impulso al acuerdo promovido por los decanos para conformar un gobierno de consenso y, finalmente, intentar elegir rector por sexta vez en siete meses. “La actitud de estos alumnos nos demostró que hicimos todos los esfuerzos para acercar posiciones y no sirvió de nada. Nos vamos a tomar el fin de semana para seguir analizando una plataforma y el lunes vamos a presentar públicamente nuestra propuesta de acción”, dijo a Página/12 Rubén Hallú, decano de Veterinarias y candidato a rector por la inminente fórmula de consenso.

Fue casi un calco de lo ocurrido hace tres semanas. A las 9 de ayer, un grupo de militantes de la FUBA ocupó los sillones reservados para los consejeros superiores. Su objetivo: impedir que el cuerpo aprobara la presentación de las carreras de Ingeniería ante la Coneau, el órgano oficial que evalúa la calidad universitaria, al que los alumnos –entre otros sectores de la academia– consideran parte de las políticas educativas neoliberales.

Para evitar la protesta, justamente, los decanos habían acordado no tratar ayer el conflictivo tema. Por eso, el MST y el PCR –las otras agrupaciones que conducen la FUBA– desistieron de participar de la protesta. Ante la ocupación del salón por alumnos del PO, Franco suspendió la sesión cerca de las 10.30. Poco después, los estudiantes abandonaban el edificio de Viamonte 440. Quedaron sin poder tramitarse unos 300 expedientes de concursos docentes, convenios, creación de posgrados y otros asuntos.

“Así la UBA no puede seguir. Decidimos avanzar en el acuerdo para generar condiciones de gobernabilidad en la universidad”, dijo Hallú. Con la sola ausencia de las autoridades de Derecho, los decanos se volvieron a reunir ayer en la Facultad de Odontología. La idea que sostienen desde hace algunas semanas es proponer a Hallú como rector y a Jaime Sorín, decano de Arquitectura, como vicerrector. El primero llegaría en representación del bloque de radicales, peronistas y aliados que integran siete facultades. El segundo, por el espacio de centroizquierda y peronistas de las otras seis facultades. La postulación implicaría que declinen sus candidaturas Alberto Boveris y Alfredo Buzzi, quienes ya dieron su apoyo. También supone que renuncie el actual vicerrector, punto que viene demorando el cierre.

Los decanos resolvieron anunciar este lunes la fórmula junto a un programa que incluirá propuestas como reforma de los estatutos, pedido de aumento presupuestario y de inversión en infraestructura, revisión del CBC, renta para los docentes ad honorem al frente de cursos y otras. “Estamos todos de acuerdo, va a ser una decisión política fuerte que va a marcar qué quiere la mayoría de la UBA –agregó Hallú–. Esa base sólida nos va a ayudar a hacer la asamblea antes de fin de año.” Los decanos aspiran a que el cambio del escenario neutralice la oposición de la FUBA. Este diario consultó al decano de Veterinarias sobre la eventual negativa de Franco a renunciar como vicerrector, tal el rumor de los últimas días: “Ante una crisis única en la historia de la universidad, habiendo un consenso mayoritario, cada uno sabrá qué hacer. Confiamos en que todos van a actuar en beneficio de la UBA, dejando de lado intereses personales”.