UNIVERSIDAD
› POR EL RETRASO ESTATAL PARA GIRAR LAS PARTIDAS PRESUPUESTARIAS
Universidad a un paso del colapso
La casa de estudios de La Plata se declaró ayer “al borde de dejar de funcionar”. Un informe interno indica que la crisis afecta a las cátedras, la investigación y la infraestructura.
› Por Javier Lorca
“La Universidad Nacional de La Plata está al borde de dejar de funcionar.” A esa conclusión llegó el Consejo Superior de la institución donde estudian 80 mil alumnos. Un informe interno presentado ayer señala que la deuda presupuestaria que mantiene el Estado (más de 10 millones de pesos) ha provocado la carencia de materiales mínimos para el funcionamiento de las cátedras, la suspensión de subsidios para proyectos, la falta de mantenimiento edilicio y ha potenciado la crítica situación económica de los docentes, empleados y estudiantes, muchos de los cuales ya no pueden mantenerse dentro del sistema educativo. Pese al alarmante panorama, las autoridades universitarias aseguraron a este diario que la UNLP seguirá funcionando el próximo cuatrimestre.
Para el presidente de la UNLP, el radical Alberto Dibbern, la actual es “la situación más difícil que le tocó vivir a la educación pública, que padece desfinanciamiento crónico. Sólo el tremendo esfuerzo de toda la comunidad educativa hizo posible concluir el primer semestre”.
La UNLP tiene asignado un presupuesto anual de 105 millones de pesos. “El Estado no está girando la plata para gastos de funcionamiento. Nos debe 1.800.000 pesos del año pasado y 9.900.000 pesos de este año”, explicó a Página/12 la secretaria de Asuntos Económicos y Financieros, Mercedes Molteni. De hecho, todo el sistema universitario está recibiendo en fecha únicamente las partidas para pagar salarios. Según la secretaria, la UNLP debería recibir 1,6 millón por mes para gastos de funcionamiento (luz, gas, teléfono, otros servicios, mantenimiento, equipos y demás pagos a proveedores). “Si la universidad esperara esa plata, ya debería haber cerrado –dijo Molteni–. Estamos subsistiendo con los recursos generados por la venta de servicios a terceros y, para funcionar, cada mes usamos los 500 mil pesos que nos ahorramos de pagar en aportes patronales gracias a un amparo judicial. Con eso estamos haciendo magia.”
El informe aprobado ayer por unanimidad indica que “hoy no sólo resulta imposible cumplir en forma acabada con las tareas de docencia e investigación, sino que aquellas tareas, también inherentes a esta universidad, como son las de extensión, no pueden ser siquiera abordadas, en un contexto social que no sólo las requiere, sino que las reclama”. El informe fue elaborado por representantes de los claustros y de los gremios de docentes, no docentes y de la federación estudiantil con los datos aportados por las quince unidades académicas de la UNLP. Los resultados fueron los siguientes:
u Aspecto académico: En todas las unidades se sufre la falta de materiales mínimos para el funcionamiento de las cátedras, “así como la imposibilidad de incorporar nuevas actividades pedagógicas por falta de insumos o equipamiento”. Las más afectadas son las carreras que requieren del desarrollo de actividades en laboratorios, o el uso de equipamiento específico, por lo que “se ha tenido que reestructurar el dictado de dichas clases o aportar con recursos propios para el desarrollo de las mismas”. También “se plantea la imposibilidad de mantener mínimamente actualizadas las bibliotecas, con el consecuente perjuicio a estudiantes y docentes investigadores”. Además, las facultades con más vinculación científica nacional e internacional carecen de recursos para organizar jurados externos y convocar concursos de cargos. La misma imposibilidad se evidencia con las tesis doctorales y los profesores visitantes. “Esto no sólo pone en riesgo el proceso de transmisión y producción de conocimientos, sino que también amenaza con afectar gravemente la calidad y el prestigio de la universidad.”
u Investigación: “Se encuentran suspendidos los subsidios, tanto para proyectos como para viajes; no es posible (dado su costo actual) adquirir nuevos equipamientos, como tampoco brindar mantenimiento a los ya existentes, e incluso, en algunos casos, no se cuenta siquiera con los insumos para hacerlos funcionar, ya que mayoritariamente son importados”.Los docentes investigadores no cobran el programa de incentivos desde enero de 2001 y “esto afecta tanto su producción científica como la docencia”.
u Funcionamiento: Este es el punto más crítico. “La falta de mantenimiento edilicio mínimo es un factor común a todas las unidades académicas, y esto no sólo plantea graves problemas en la actualidad, sino que nos expone a enfrentar un profundo deterioro a futuro, que en algunos casos podría resultar irreparable.” El informe detalla la falta de “sillas, materiales para calefacción, iluminación, artículos de librería y de impresiones”, entre otras cosas. “La falta de recursos para pago a proveedores y servicios pone a las unidades académicas permanentemente al borde de tener que suspender las actividades, o las enfrenta a tener que utilizar recursos propios para sostenerlas (en caso de contar con ellos).” También se carece de fondos para pagar becas de experiencia laboral y contratos. “En algunos casos se pone de manifiesto la imposibilidad de contar con la infraestructura necesaria a nivel informático, y también la falta de recursos para seguridad de los bienes y las personas.”
u Extensión: “La falta general de recursos hace que muchas unidades académicas no se planteen siquiera avanzar en este aspecto, y que aquellas que ya tienen proyectos en marcha se encuentran frente a la urgencia de tener que destinar recursos, que podrían poner al servicio de dichos proyectos, a sostener los aspectos esenciales del funcionamiento”.