Si el inicio de las clases será normal o no en las universidades nacionales empezará a definirse hoy, cuando rectores y funcionarios del Ministerio de Educación se reúnan con los gremios docentes. Será el primer encuentro de la mesa de negociación salarial versión 2007 y exhibirá dos posturas por ahora distantes. Las tres federaciones que nuclean a los profesores reclaman –con diferencias entre ellas– un aumento salarial de al menos el 30 por ciento. En principio, la Secretaría de Políticas Universitarias ofrecería –según lo averiguado por este diario– un incremento del 15 por ciento para la masa salarial anual, una cifra similar a la que el Gobierno estudia para la totalidad de la administración pública. Como se aplicaría desde abril (es decir, no a los 12 meses más aguinaldo), Educación especula con que implicaría una mejora algo superior para los bolsillos académicos.

Más allá de las necesidades puntuales del sector, el reclamo de los docentes universitarios se planteó naturalmente después de los anuncios oficiales de mejoras salariales para los maestros y para los investigadores científicos. Las federaciones Conadu y Fedun exigieron una mejora de 30 puntos, y la Conadu Histórica casi una duplicación. Ya el mes pasado comenzaron los intercambios informales entre sindicatos y funcionarios de Educación, hasta que se formalizó la convocatoria a la mesa de negociación para esta mañana, en la sede del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).

“Nos estamos empezando a preocupar. Para principios de abril debería estar todo resuelto. Nos acercamos peligrosamente al comienzo de las clases y todavía no hubo nada que nos permita ir avanzando”, comentó Daniel Ricci, secretario general de Fedun. Un signo de pregunta parecido abrió Pedro Sanllorenti, secretario adjunto de Conadu: “Esperamos que haya una oferta. Nuestro plenario definió que marzo es el mes de la negociación. ¿Qué pueden estar esperando después de que hubo aumentos para los maestros y para los investigadores del Conicet?”. Con el incremento solicitado por ambos gremios, el sueldo del cargo testigo (ayudante de 1ª con dedicación semiexclusiva) sería equivalente al mínimo anunciado para los maestros de escuelas: 1040 pesos.

En cambio, la Conadu Histórica sostiene su pedido ya tradicional: que el cargo testigo equivalga a la media canasta familiar. Lo explicó Néstor Correa: “Tomamos una canasta de 2500 pesos, así que el docente de 1ª con semiexclusiva debería subir a 1200 pesos de bolsillo, casi el doble de lo que está cobrando hoy”. Para el dirigente gremial, una mejora del 15 por ciento no sería satisfactoria. “En términos reales, no sería un cambio de política... Con un 20 por ciento alcanzaría sólo para recuperar el salario frente al aumento de la canasta familiar. Y lo que hace falta es un verdadero cambio para revertir años de deterioro.”

Frente a la inquietud sindical, ayer desde el Ministerio de Educación se intentó transmitir optimismo. Y se recordó que con el sueldo de marzo los universitarios estarán recibiendo parte de las mejoras acordadas entre 2005 y 2006 y llegarán a tener todo el sueldo “en blanco”. “Tenemos varias cosas para hablar con los gremios”, dijo Horacio Fazio, subsecretario de Políticas Universitarias. “Estamos esperando la pauta general del Gobierno para el sector público. Se está hablando de un 15 por ciento para la masa salarial, pero todavía no tenemos certeza. Como la vigencia va a ser a partir de abril, todavía tenemos tiempo por delante. Nos vamos a acercar bastante a lo que piden los gremios.” Fazio insistió en que, además de la discusión salarial, la docencia universitaria se verá beneficiada este año con “la casi segura sanción de una ley jubilatoria” (otorgaría un haber del 82 por ciento a los docentes con dedicaciones simples y semiexclusivas, hoy excluidos de los regímenes especiales de los maestros y de los científicos y profesores con exclusivas) y con el plan para comenzar a rentar a los docentes ad honorem.

Por ahora, ninguna de las federaciones docentes aprobó paros u otras medidas de fuerza. Pero en la próxima semana, en asambleas y plenarios, ya evaluarán las ofertas y las negociaciones que se abran hoy: su resultado determinará el nivel de conflictividad con que empezarán las clases entre estos días y principios de abril, según los cronogramas de cada facultad.