UNIVERSIDAD › LOS ESTUDIANTES DE LA UBA ELIGIERON A SUS CONSEJEROS SUPERIORES
Un frente de radicales y kirchneristas logró la mayoría. La izquierda logró una minoría y perdió una banca con el centroizquierda.
› Por Julián Bruschtein
La asamblea del claustro estudiantil para elegir representantes al Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) fue el cierre de un año electoral en la casa de estudios más grande del país. De los cinco representantes que les corresponden a los estudiantes, tres (la mayoría) quedaron nuevamente para la lista que unió a radicales, kirchneristas e independientes. Por las minorías, un consejero fue para la izquierda que conduce la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). Y la restante banca minoritaria, perdida por la izquierda, fue para una lista con orientación de centroizquierda. Hubo acusaciones de manipulación por parte de las dos listas de minoría.
La asamblea del claustro estudiantil estuvo presidida por el rector, Rubén Hallú, y se realizó el viernes pasado, en el microcine del Colegio Nacional de Buenos Aires, que depende de la UBA. Allí se acreditaron 51 de los 52 consejeros de las trece facultades habilitados para participar de la elección de representantes para el consejo. Por 21 votos fue consagrada la lista Reformistas, que ya contaba con la mayoría, por lo que a partir de abril del año que viene serán consejeros titulares Leandro Guerschberg (Farmacia), Carlos Jara (Económicas) y Cristian Bay (Sociales).
En la mayoría estarán presentes los sectores más cercanos a la gestión de Hallú. Hace ya unos años que estas agrupaciones están enfrentadas a la política que la izquierda lleva adelante en la FUBA. Por eso decidieron unirse para arrebatarles los tres consejeros en el Consejo Superior. Cristian Bay, de la agrupación peronista La Vallese, explicó que su intención “es impulsar un bloque independiente de la interna política que existe en la universidad. Es decir, tener autonomía, pero sin la necesidad de estar en la oposición. Tenemos la idea de llevar las necesidades estudiantiles a la mesa del Consejo”.
Por el lado de las minorías, la izquierda debió resignar un representante, pero logró la elección de Mariela Solesio, vicepresidenta de la FUBA, con 17 votos. Solesio dijo a Página/12 que “después de haber hecho todo tipo de maniobras durante el año, no pudieron sacarnos ni de la FUBA ni del Consejo Superior, e incluso ganaron la mayoría estudiantil por poco margen”. La consejera electa recordó que la “elección de claustros se adelantó con el solo objetivo de contraponerla con el congreso de la FUBA, para mostrar un contraste que al final les salió mal. Mientras la FUBA hizo el congreso sin problemas y con la participación de muchos sectores, todo el proceso de la elección para el Consejo Superior estuvo marcado por irregularidades e impugnaciones”.
El consejero de minoría que antes estaba en manos de la izquierda lo ganó con once sufragios la lista Frente por una Universidad Pública y Gratuita, que contiene varias agrupaciones independientes con una orientación mayoritaria de centroizquierda. Melisa Báez Artaza, que asumirá el cargo en abril, aseguró que la irrupción de su espacio en el seno del órgano de conducción de la universidad se debía a “la imposibilidad de acordar con las políticas estudiantiles existentes hasta el momento. A lo largo de este año vimos, por un lado, las posiciones duras que propone la izquierda hacen muy difícil encontrar un canal de diálogo, y por el otro, un sector que ve a la universidad como un negocio”. Báez Artaza explicó que la orientación del espacio era “independiente de los partidos políticos y con mucha creencia en el diálogo, que es una búsqueda permanente. Somos un bloque nuevo y tenemos la idea de renovar la política estudiantil universitaria”.
Desde los dos espacios minoritarios surgieron denuncias de manipulación. Para Solesio la suspensión de la asamblea del 21 de diciembre, fecha original en que debía realizarse junto a la de graduados (ver aparte) se debió a que “todavía no estaba cerrado el acuerdo entre los radicales y los kirchneristas, y a las irregularidades en la acreditación”. En cambio, los “postreformistas” que representará Báez Artaza observaron que la fallida sesión los hizo sentir “que existió una manipulación para que no se pudiera sesionar correctamente. (El dirigente radical de Ciencias Económicas, Emiliano) Yacobitti quiso manipular la acreditación de dos consejeros suplentes de Sociales, cuando los titulares estaban presentes.
Se evidenció una falta de carácter de parte de las autoridades. Estamos contentos y entusiasmados, pero con la manipulación que vimos el 21, ya sabemos con lo que nos vamos a encontrar el año que viene”.
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