Por Susana Viau
Una partida de 47 toneladas de leche en polvo distribuida gratuitamente por los programas de asistencia social en nueve partidos de la provincia de Buenos Aires fue incautada por las autoridades sanitarias luego de que un análisis demostró que no eran aptas para el consumo humano a causa del alto contenido bacteriano. La leche marca Jorgiano es elaborada por la fábrica Sastre, con sede en Santa Fe y distribuida por la empresa Summum, uno de cuyos propietarios es el asesor presidencial Carlos Spadone.
La partida de 47 toneladas identificada con el código "035" había sido destinada a la Región Sanitaria VII que comprende Tres de Febrero, Morón, Merlo, La Matanza, Moreno, Marcos Paz, General Rodríguez y Luján.
A pesar de que no es apta para el consumo por lactantes, la leche es distribuida de acuerdo con los planes asistenciales contemplados por el Programa Materno-Infantil y la Secretaría de Atención Primaria bonaerense, que la reciben del Ministerio de Salud y Acción Social. La empresa Summum fue la única ofertante en la licitación pública convocada por el ministerio que dirigía Avelino Porto, después de que otras empresas desistieran de presentarse, por razones poco claras. Summum habría vendido al Estado cada kilo de leche en polvo a un precio de entre tres y cuatro dólares. A eventuales compradores privados, según comprobó Página/12, la ofrecía a un precio superior en un dólar.
A mediados de octubre los transportes que periódica y regularmente recorren los puntos de atención fijados por el área de Atención Primaria de la provincia para la cobertura del Programa Materno-Infantil debieron rehacer uno de los circuitos habituales antes de lo previsto. Llegaban a incautar las cajas de leche en polvo distribuidas dos días antes. El punto rojo del recorrido era la región sanitaria VII, llamada "de las M" porque concentra los municipios donde la carencia ha ido profundizándose al pulso de los sucesivos ajustes: Matanza, Merlo y Morón. Un radiograma procedente del Ministerio de Salud y Acción Social había alertado a sus pares provinciales de la necesidad de retirar la partida registrada con el número 035 que los análisis habían detectado como no apta para el consumo, presumiblemente por su alto contenido bacteriano. La urgencia de la comunicación era explicable: es el ministerio nacional el que se encarga de la provisión de vacunas y leche en polvo para el programa provincial.
Los casi cincuenta mil kilos de leche en polvo fueron recuperados en cantidades tranquilizadoras, algo casi milagroso porque las necesidades de la zona hacen que el producto permanezca en los centros de atención tanto como un caramelo en la puerta de un colegio. Un segundo radiograma emitido con posterioridad informó que la alarma había sido injustificada y que los alimentos se encontraban en buen estado. Los funcionarios provinciales habrían exigido la compensación de los gastos extra ocasionados por la fallida distribución pero, de todas formas, la partida 035 no retornó a sus destinatarios. Análisis particulares practicados sobre sus similares numeradas como 023, 025 y 037 harían mostrado la presencia de Escherichia coli, una bacteria causante de trastornos intestinales, diarreas y, en sus formas más graves, infecciones urinarias. La leche bajo sospecha se sigue distribuyendo con el nombre de Jorgiano y su envase remite a la fábrica Sastre, ubicada en la provincia de Santa Fe y a una oficina de ventas con sede en la localidad bonaerense de Lomas del Mirador. Las cajas de cartón de contenido de un kilo llegan a los centros de distribución en containers donde figura el nombre de la firma distribuidora, Summum. En las oficinas que el empresario Carlos Spadone posee en la calle Reconquista, quien atiende el teléfono identifica al lugar como sede de Summum y con amabilidad esa voz femenina agrega que "a Spadone es más sencillo ubicarlo en el teatro". Spadone es productor, entre otros espectáculos, de Los invertidos y Molly Brown, la obra que protagonizaba Susana Giménez. El empresario acaba de regresar de la ex Unión Soviética donde, de acuerdo con lo que su oficina de prensa explica en una gacetilla, obtuvo importantes acuerdos para el país.
No resulta sencillo dar con el fabricante de Jorgiano.
En el envase comprado y distribuido por el Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación figura la dirección de su oficina de ventas, instalada en la calle Las Heras 3052 de la localidad bonaerense de Lomas del Mirador. Hay, además, dos teléfonos: el 449-2835 y 2836 que emiten un mensaje extraño de la empresa Movicom que, consultada por Página/12, explica que el mensaje escuchado se emite bien cuando quien contrata el servicio no ha retirado el aparato o bien cuando ha dejado de hacer uso del mismo.
Tampoco responden los teléfonos correspondientes a la fábrica, localizada en la provincia de Santa Fe. Sí existe, en cambio, el galpón de la oficina de ventas de Lomas del Mirador, que tiene sobre la cortina metálica el letrero con el nombre de la bendita leche Jorgiano. A la izquierda, muy cerca del timbre, una inscripción aclara: "Fábrica SASTRE, depósito de quesos". Atiende los llamados un hombre de seguridad armado con una pistola nueve milímetros. Ante la solicitud de un presupuesto acude al encargado de ventas.
-¿Qué precio podrían establecer por kilo de leche en polvo?
-Diecinueve mil australes el kilo más el IVA.
-¿Trabajan con leche maternizada para nursery?
-No, no. Para una nursery hay que utilizar otras leches.
-¿Sólo trabajan con leche entera, entonces?
-Sí.
-¿No serviría para lactantes?
-No, no. Esta leche está preparada para chicos más grandes y adultos. Para lactantes no.
-¿Pero es buena?
-Sí, pero no sirve para los más chiquitos.
-¿No iremos a tener problemas, no?
-Mire, no se murió nadie tomando nuestra leche. Alguna vez que otra puede venir mojada...
-¿Cómo mojada?
-Nuestra fábrica está en Santa Fe y la obtenemos por un procedimiento de secado y... bueno... a veces no sale bien seca, pero no hay problemas, se cambia y listo. Nosotros les vendemos a muchos centros de salud. Hasta el Ministerio de Salud nos compra a nosotros.
En el local todo es nuevo, los pisos de cerámica, la pintura de las paredes y hasta las carpetas y archivadores visibles llevan la etiqueta con el año 1991. Sobre un escritorio, un Movicom hace llegar una llamada de Santa Fe. Resulta curioso, por lo menos, que la oficina de ventas haga saber con tanta claridad que sus productos no sirven para lactantes y se convierten en aptos exactamente en el momento de la licitación abierta por el Estado; tan llamativo como el precio, de menos de dos dólares para particulares que con el 16 por ciento del IVA no llegaría ni por asomo a los tres dólares por kilo que allegados al negocio aseguran son los pagados por el Estado a la empresa ganadora de la licitación. Es más, las mismas versiones indican que parte de la leche sería procedente del exterior, donde se compraría a 0,50 de dólar. Mezclada y envasada en dos usinas locales adquiridas al efecto, la leche en polvo cotizaría para las compras estatales a 4 dólares el kilo y, en ciertos casos, baja a 3 cuando el regateo es firme.
Summum, como se dijo, ha sido la única ofertante en la licitación. Sus competidoras -La Serenísima, SanCor, etcétera- podrían haber resultado fácilmente desalentadas de participar, sensibles al argumento de las deudas fiscales que mantienen con el Estado y que la licitación no haría más que agravar. Por lo tanto, la firma de los hermanos Spadone es la que vende al Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación los 3.700.000 kilos de leche en polvo que se utilizan sólo para el Programa Materno-Infantil. Dado que también se efectúan compras del producto para el Programa de Acción Social, las estimaciones hacen ascender la cifra a 8 millones de kilos provistos por Summum al Estado. A partir de allí, la cuenta se hace relativamente sencilla: si el precio de compra promedio ha sido de 3,50 dólares y el precio de costo promedio -al que siempre hay que adjuntar alguna que otra comisión- fue de 2 dólares, los beneficios obtenidos por Summum podrían rondar los doce millones de dólares, una cifra que haría brillar de entusiasmo por la reactivación los ojos de los hombres del Ministerio de Economía, ahora sorprendidos y preocupados por los 6 millones de dólares en importación de leche en polvo que sorpresivamente han aparecido en sus cuentas.
Informe: Andrés Klipphan, Diego Schurman y Silvina Alonso