21-04-94 / La muerte vestía uniforme
PATRICIO VARELA

"Esa noche nos bailaron"

El soldado Patricio Varela denunció que el día en que desapareció Omar Carrasco fueron sometidos a un "baile de dos horas y media" . Acusó al subteniente Ignacio Canevaro, al sargento Sánchez y a otro de apellido Guardia de "pegarles a los soldados".

Por Carlos Rodríguez, Desde Zapala

Con el viento helado golpeándole el rostro, el soldado sorprendió con sus palabras: "Sí, nos maltrataban de cualquier manera". La sorpresa fue asombro cuando en su relato de "golpes" y "bailes" involucró a sus superiores inmediatos. Precisó que al sargento Carlos Ricardo Sánchez "le daba por pegarles a los conscriptos trompadas en el pecho", que Ignacio Canevaro fue "el peor subteniente que hemos tenido" y que ambos estaban a cargo el día en que vieron a Omar Carrasco por última vez. Ese día bailaron "dos horas y media". También vio cómo tres soldados eran golpeados por otro sargento de apellido Guardia. Tal vez por el asedio que sufrió por parte de la prensa, el conscripto Patricio Varela, de 18 años, incurrió en algunas contradicciones. De todos modos, después de hablar con distintos medios periodísticos, fue llevado al juzgado federal de esta ciudad para que prestara declaración.

-¿Viste violencia dentro del cuartel?

-No, pero que nos bailaban nos bailaban.

-¿Le pegaron a alguien?

-Sí, en la cuadra, sí. Una vez les pegó el sargento Sánchez a dos soldados.

-¿Cómo les pegó?

-Les pegaba en el pecho. Si no, mandaba a otros soldados a que les pegaran.

-¿Con qué les pegaba?

-Con la mano.

-¿Con el puño cerrado?

-Sí.

El diálogo no fue el único que mantuvo Varela con periodistas de medios nacionales y provinciales. Puntualizó que los bailes consistían en hacer "cuerpo a tierra, sentarse y pararse con las manos en la nuca. Todas esas cosas nos hacían hacer, pero ratos largos. A veces nos hacían acostar recién a las doce de la noche o a la una de la mañana. Y nos levantaban a las seis. A veces, de mañana también nos hacían bailar".

-¿Los maltrataban?

-Sí.

-¿Cómo?

-De cualquier manera. A mí nunca me pegaron, pero hubo dos o tres soldados a los que les pegaron. Uno de los que pegaban era el sargento Guardia.

-¿Sánchez?

-No, Guardia, Guardia.

-¿Y Canevaro cómo los trataba?

-Ese día que se escapó Carrasco estaban el sargento Sánchez y el subteniente Canevaro. Ese día nos bailaron. Fue como dos horas y media más o menos. Ahí estaba el subteniente Canevaro. Ese sí nos trataba mal.

-¿Es el que peor los trataba?

-Sí, el peor fue él. El peor subteniente que hemos tenido fue él, Canevaro.

-¿Vos mencionaste que los metieron dentro de un baño?

-Esa noche sí, esa noche nos bailaron. Nos bailaron ahí en el baño. Y nos hicieron acostar así nomás, todos transpirados, sucios.

-¿Los insultaron?

-Sí, esa noche, sí.

-¿Canevaro estaba muy nervioso?

-Sí, pienso que sí.

-¿Y Sánchez?

-No, el sargento Sánchez ese día se portó bien. El que nos trataba mal fue el subteniente Canevaro.

-¿Creés que Canevaro tuvo algo que ver en la muerte de Carrasco?

-Ese día nos mandaron a dormir. Y no los vimos más ni a Canevaro ni a Carrasco...

En un momento de las sucesivas charlas, el conscripto Varela, oriundo de Loncopué, localidad ubicada a 90 kilómetros al oeste de Zapala, dijo que Sánchez "no tocó a nadie". De todos modos es posible que la confusión se deba a que relató distintos casos ocurridos en el cuartel. Dos periodistas notificaron al juez subrogante Luis María Viaut sobre las manifestaciones de Varela. Un funcionario del juzgado, el doctor Osvaldo Mirás, escuchó las distintas grabaciones y se presentó en el cuartel para preservar al soldado de cualquier intento de intimidación. Luego fue llevado al juzgado, adonde se le tomó la declaración testimonial. Mirás comentó que "es importante lograr testimonios detallados porque por lo general nadie quiere hablar".

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