Por Mariana Carbajal
El ministro de Salud, Ginés González García, reveló ayer que "por las últimas estimaciones" aumentó el número de abortos provocados en el país a "más de medio millón al año". "Es una cifra enorme", evaluó. El ministro se refirió al tema para fundamentar la necesidad de implementar el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable -adelantado por Página/12- que firmará el presidente Eduardo Duhalde en los próximos días, a pesar de la oposición de la Conferencia Episcopal Argentina. El problema del aborto es serio porque se está practicando cada vez en peores condiciones, con riesgos cada vez mayores para la salud de las mujeres. Datos oficiales a los que accedió este diario muestran que en cinco años crecieron un 46 por ciento las hospitalizaciones por complicaciones de abortos, con picos de aumento de 148 por ciento en San Luis, 143 por ciento en La Rioja y 103 por ciento en Santiago del Estero. El viernes, en la principal maternidad de Santiago, el banco de sangre quedó completamente vacío por la cantidad de transfusiones que debieron realizar por el excesivo número de abortos.
Ginecólogos y obstetras de las provincias señalaron que el crecimiento se ve particularmente entre adolescentes, muchas de las cuales están perdiendo útero y ovarios por la gravedad de los cuadros con que ingresan a la guardia. Las causas de semejante salto obedecen a la imposibilidad de las mujeres de acceder a anticonceptivos -por falta de información, por no poder comprarlos y por no contar en los hospitales locales con programas que los provean gratuitamente- y por el "uso a granel" de un medicamento para tratar úlcera que se ha convertido en el nuevo método abortivo de los sectores medios empobrecidos que antes podían pagar un aborto seguro en un consultorio clandestino y hoy llegan con hemorragias a las salas hospitalarias.
El incremento surge del análisis de las cifras de egresos hospitalarios del sector público de todo el país que acaba de publicar la Dirección de Estadísticas del Ministerio de Salud y corresponden a 2000, últimos datos disponibles. La información se difunde cada cinco años y detalla las altas en los hospitales según cada diagnóstico médico. Los egresos por complicaciones de aborto se venían manteniendo estables: en 1990 fueron 53.871 y en 1995, 53.978. Pero cinco años después ocurrió el gran salto: los registros de 2000 muestran que llegaron a 78.894, la cifra más alta de la historia argentina. El incremento no fue homogéneo en todo el país: llegó a 148 por ciento en San Luis, a 143 por ciento en La Rioja, a 103 por ciento en Santiago del Estero, a 70 por ciento en la provincia de Buenos Aires, a 69 en Santa Cruz, y a 62 por ciento en Misiones (ver cuadro aparte). Como consecuencia del agravamiento de las condiciones socioeconómicas a partir de diciembre de 2001 es presumible que las cifras actuales sean aún peores.
El aumento está alimentado por un marcado incremento de abortos en menores de 20 años, según señalaron médicos de las principales maternidades provinciales. Del total de egresos por complicaciones de abortos del año 2000, 555 correspondieron a niñas de 10 a 14 años, y 11.015, a adolescentes de 15 a 19.
"Las estimaciones históricas sobre abortos en el país tienen un piso de 250.000 al año y un techo de 450.000. Nunca antes se había calculado que superaran el medio millón", señaló a este diario Silvina Ramos, investigadora en temas de salud reproductiva del Cedes sobre el dato revelado por el ministro. Para Ramos, el notable aumento de las internaciones por abortos responde a dos causas: "una mayor cantidad de abortos y a la vez un aumento de los abortos que se realizan en peores condiciones". En cambio, el número de nacimientos no ha variado a lo largo del tiempo: ronda los 700.000 anuales.
Un relevamiento realizado por este diario entre médicos de diversas provincias detectó un panorama más negro que el que dejan ver las estadísticas y encontró que una de las causantes del incremento de las internaciones es la droga nisoprostol, que se vende para tratar úlceras, pero que como también se usa para ablandar el cuello uterino en abortos terapéuticos legales, las mujeres de sectores medios empobrecidos -que tal vez antes podían ir a un consultorio privado- la están tomando o colocándola en la vagina para conseguir el mismo efecto y causarse ellas mismas la interrupción del embarazo no deseado. El medicamento debe venderse con receta duplicada o triplicada, según cada jurisdicción, pero las farmacias lo fraccionan y entregan pastillas por unidad a un valor que oscila entre 10 y 30 pesos, lo que lo ha convertido en uno de los métodos abortivos más extendidos de los últimos años.
u El caso más paradigmático es el de Santiago del Estero, donde el gobierno del matrimonio Juárez se opone férreamente a la promoción de políticas de planificación familiar. En la Maternidad Regional Ramón Carrillo, la más grande por cantidad de partos de la provincia, las internaciones por abortos aumentaron 67 por ciento de 1998 a 2002, al pasar de 959 a 1500 en los últimos cuatro años -según una investigación realizada por el jefe del servicio, Martín Costas- cuando se producen 6750 partos anuales. Los registros indican que cada vez son más las adolescentes que abortan. "Esto es consecuencia de la falta de programas de salud reproductiva y del uso a granel del nisoprostol; no hay forma de pararlo. Para colocar un DIU se exige un trámite engorroso y se entregan sólo a las mujeres de más de 35 años y de más de 7 hijos", reveló Miguel Curioni, secretario de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Santiago del Estero. "El viernes último, el jefe de Hemoterapia de la maternidad me informó que no tenía más sangre en el banco porque se había vaciado por la cantidad de transfusiones por abortos que se habían realizado", agregó Curioni (ver aparte).
u En Jujuy, "hemos tenido muchas jóvenes de menos de 20 años que llegan con complicaciones tan graves por abortos provocados que les tenemos que sacar el útero y los ovarios", informó Ricardo Cuevas, jefe de Ginecología del Hospital Pablo Soria, de San Salvador, el más importante de la capital. A la última la atendió la semana pasada: tenía 18 años. Es tal la magnitud de este tipo de cuadros en adolescentes que Cuevas acaba de solicitar a la dirección del hospital la compra para ese grupo etario de tratamientos de reemplazo hormonal con estrógenos habitualmente recomendados para las mujeres que ingresan a la menopausia. El año pasado, el especialista atendió un aborto incompleto de una niña de 10 años y la semana pasada un parto de otra de 14. En 2001, en esa maternidad se produjeron 3300 partos y se atendieron 2501 abortos incompletos. "Los métodos abortivos que se usan son los más primitivos, desde meterse un tallo de perejil hasta una sonda de goma; las más pudientes compran el nisoprostol. El problema es que recién en noviembre recibimos anticonconceptivos de la Nación, antes no teníamos nada para entregarles", detalló.
u En el Hospital Perrando, de Resistencia, que recibe al 40 por ciento de las parturientas de Chaco, tienen 5 a 6 ingresos por aborto diarios, puntualizó Gustavo Agolti, médico de guardia y director del Programa de Salud Reproductiva de la provincia. Allí los egresos por aborto aumentaron un 45 por ciento en 5 años.
"El aborto en las provincias del NOA es una realidad acuciante", evaluó María Mohedano, miembro de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Tucumán. Las estadísticas marcan un aumento de los egresos hospitalarios por aborto del 33 por ciento en esa provincia. Pero para Mohedano, la cifra esconde un importante subregistro. "Seguramente no muestra la realidad, sin dudas debe ser más alto", opinó. "Ante la imposibilidad de poder reglamentar un programa de salud reproductiva en Tucumán hemos decidido en la Sociedad cambiar la metodología y recetar los anticonceptivos como un medicamento más", precisó. Para Jorge Charalambopoulos, jefe del consultorio de Procreación Responsable de la Maternidad Sardá, de Capital Federal, el aumento de internaciones por abortos está estrechamente vinculado a la falta de programas de planificación familiar en las provincias y al deterioro de las condiciones socioeconómicas de la población. "Por razones ideológicas, a los funcionarios les resulta más fácil repartir leche y comida que dar anticonceptivos". En el 2002, en el consultorio que dirige tuvieron un incremento de consultas del 25 por ciento. "Nunca hemos tenido un aumento tan importante. Una de las razones fue que muchas mujeres que pensaban tener otro hijo cambiaron de opinión y resolvieron cuidarse con algún método. Si esta misma situación se da en otras provincias, sin posibilidad de recurrir al sector público para recibir un anticonceptivo, la misma mujer se embaraza y puede abortar", indicó.
"No entregamos anticonceptivos porque el gobierno provincial se opone. A las únicas que se les puede poner un DIU y recién después de un trámite muy engorroso es a las mujeres de más de 35 años y a las que tienen más de 7 hijos. Pero tienen que presentar exámenes de Papanicolaou y colposcopia y para hacérselos tiene que ir al hospital a las 2 de la madrugada a pedir un turno para dentro de 3 o 4 meses. Nunca vuelven. Esa es la realidad en Santiago del Estero." Quien la describe es el secretario de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de la provincia, docente de la Universidad nacional local y médico del servicio de la Maternidad Regional Ramón Carrillo, la más importante de la provincia. Así, Miguel Curioni explica por qué aumentó más de un cien por ciento en 5 años el número de mujeres que en la provincia llega a internarse con complicaciones por abortos provocados.
Sólo en el primer semestre de 2002 hubo 764 internaciones con esas características, el 88 por ciento por abortos incompletos, la mayoría de ellos provocados. La proyeccción para todo el último año marca alrededor de 1500 casos de aborto. Mientras en el año 2000, del total de pacientes con cuadros semejantes, sólo el 14 por ciento eran menores de 20 años, apenas dos años después los casos adolescentes aumentaron al 35 por ciento del total. A su vez, aumentaron las mujeres de sectores urbanos en relación con las que provienen de poblaciones rurales. El jefe del Servicio de Maternidad, Martín Costas, y el residente Ariel Fernández analizaron los datos, realizaron una investigación y llegaron a la conclusión de que el notable incremento responde a "la falta de información y programas de procreación responsable" y al "uso masivo" del nisoprostol, la pastilla para curar úlceras que también sirve para ablandar el útero y provocar un sangrado. "Se está usando a granel" , confirmó Curioni. En realidad, la pastillita "ha aliviado" las complicaciones por abortos, porque causa hemorragias pero menos infecciones que otros métodos precarios utilizados como la introducción de un sonda en el útero. "Tenemos menos infecciones que son más mortales, pero más hemorragias" , detalló Curioni. Una muestra de esta situación es el banco de sangre de la misma maternidad, que el viernes quedó vacío por el repetido número de mujeres que llegaron a hospitalizarse con abortos incompletos provocados con el mismo mecanismo.
"Le he enviado a la gobernadora Juárez infinidad de cartas con estas cifras, las tengo todas guardadas en mi computadora, pero nunca recibí una respuesta. Lo que está pasando en salud reproductiva en Santiago del Estero es de locos. No hay programas de salud reproductiva y los pocos anticonceptivos que se entregan son insuficientes. Lo lamentable es que hay una gran cantidad de gente dispuesta a trabajar como voluntarios para revertir esta situación, pero el gobierno hace oídos sordos o está mal informado" , se despachó Curioni, indignado por los cuadros que le tocan ver a diario y por la impotencia de no poder contar con insumos suficientes para proveer a las mujeres para prevenir un embarazo no deseado. "Como no está previsto un consultorio para asesorar en planificación familiar a las que acaban de dar a luz, los médicos deben hacer un trabajo de hormiga, cama por cama, antes de darles el alta, para que al menos se lleven alguna información" , señaló.