“Si de algo estoy muy orgulloso fue de no haber bajado nunca los brazos”, afirmó ayer Mariano Zabaleta, que el lunes le arrebató un set al número uno del mundo, Roger Federer, y perdió luego de más de dos horas de partido. “Me fui con bronca de la cancha porque me hubiera gustado mucho ganarle. Y lo sentí cerca, creo que tuve chances ciertas para eliminarlo.”
Zabaleta hizo en Key Biscayne lo que muy pocos lograron en los últimos siete meses: ganarle cinco juegos seguidos, con dos breaks incluidos, para ganar 7-5 el segundo set. “Estaba cómodo y pensaba que el partido no había sido para que me ganase 6-2, 6-3. Por momentos, lo vi un poco fuera de sí”, aseguró el tandilense.
“Pero los partidos se definen en dos o tres puntos y fue en esos donde él demostró por qué es el número uno del mundo”, opinó Zabaleta.