Ya casi no quedan dudas: la Reserva Federal aplicará una pausa en el proceso alcista de la tasa de interés. SerÃa la primera vez en dos años que la FED deje intacto el costo del dinero, actualmente en el 5,25 por ciento anual. Será una buena noticia para los financistas, que hasta hace poco preveÃan un escenario sombrÃo. La calma también podrá ser bien aprovechada por el Gobierno, en su ya manifiesta intención de adelantar las necesidades de financiamiento del próximo año.
Los últimos datos de la economÃa estadounidense son categóricos: se nota una desaceleración del ritmo de crecimiento, que viene acompañada de una debilidad en el campo laboral. Al respecto, fue contundente el dato difundido hace 48 horas, que mostró un alza del Ãndice de desocupación del 4,6 al 4,8 por ciento anual. Pero no fue el único indicio del enfriamiento económico: también se conoció una merma en el consumo y la advertencia de varias cadenas de ventas minoristas de que sus balances vendrán menos robustos.
Janet Yellen, directora de la Reserva Federal por San Francisco, con derecho a voto en el Comité de Mercado Abierto, se mostró en la última semana claramente a favor de dejar la tasa de corto plazo en el actual nivel. En Wall Street, Yellen es considerada como una de las gobernadoras de la FED más conservadoras, y de ahà la mayor importancia de su opinión.
Desde junio del 2004, la Reserva Federal elevó la tasa en 18 oportunidades. En ese momento se encontraba en el 1,0 por ciento anual, un nivel que se mantuvo a lo largo de 12 meses. Hasta hace algunas semanas, los financistas estaban jugados a que la tendencia alcista se prolongarÃa al menos hasta el inicio del verano. Pero la sucesión de datos demostrando el (hasta ahora) aterrizaje suave de la economÃa modificó esa percepción. Aunque en la mayorÃa de los bancos internacionales sigue prevaleciendo la idea de que podrÃa haber algún ajuste adicional antes de que se despida este 2006.
Para la Argentina, la calma internacional juega a favor. Ya no sólo porque la deuda atada a la Libor se mantendrÃa inalterable sino también porque el Gobierno puede empezar a pensar en el 2007 financiero. La idea, que Felisa Miceli dejó entrever entre sus Ãntimos, es cubrir la mayor parte de las necesidades financieras del próximo año antes de que finalice el 2006.
Hay por lo menos dos planes a mano. Por un lado, la extensión de la emisión de la serie de Bonar a diez años de plazo y, por el otro, el lanzamiento del Bono del Sur, a medias con Venezuela, por un total de 5 mil millones de dólares.
En el Banco Central también tomaron nota de la situación. Los funcionarios están atentos a un eventual rebrote del apetito de los inversores extranjeros por bonos en pesos, que termine por presionar sobre el tipo de cambio.
¿Empezará a dibujarse un nuevo marco financiero internacional? Dentro de 48 horas, esa pregunta empezará a tener una respuesta.
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