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Domingo, 13 de mayo de 2007
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BOOM DE LOS LIBROS Y ALZA DEL PAPEL

Tapa y contratapa

Las editoriales registran un fuerte crecimiento, pero
est谩 en jaque por el oligopolio de los productores de papel.

Por Diego Rubinzal

La 33陋 Feria Internacional del Libro volvi贸 a ser escenario de una de las mayores manifestaciones culturales de Argentina y Am茅rica latina. A pesar de los distintos estudios que revelan una declinaci贸n del h谩bito de la lectura, el 茅xito de la feria parece ir a contramano de dicha tendencia. Ese ambiente favorable para el desarrollo de la actividad editorial es consecuencia, coinciden los empresarios del sector consultados por Cash, de un cambio de rumbo que se registr贸 a partir de la devaluaci贸n.

Durante la vigencia de la convertibilidad, los precios relativos eran favorables a la importaci贸n de libros en desmedro de la producci贸n nacional. Adem谩s, se produjo el traslado parcial de los trabajos de impresi贸n hacia pa铆ses de la regi贸n con menor costo de mano de obra y equipamiento m谩s moderno. Este provoc贸 una reducci贸n en la producci贸n y del empleo incluyendo un menor consumo de papel nacional. A partir del derrumbe de la convertibilidad, se generaron condiciones para el renacimiento de las editoriales. La posibilidad de competir con costos m谩s bajos en d贸lares les permiti贸 aumentar un 16 por ciento las exportaciones en el per铆odo 2002-2005.

Sin embargo, los editores nacionales no dejan de prender luces de alarma. En un reciente documento elaborado por la C谩mara Argentina del Libro (CAL), denominado 鈥淟os costos globales del papel ponen en peligro la competitividad de la industria del libro鈥, se advierte sobre la p茅rdida de competitividad por el incremento de los costos internos de producci贸n. De acuerdo con ese informe, el insumo que lidera las subas es el papel: desde la devaluaci贸n subi贸 224 por ciento, que equivale a que en d贸lares se ubica 10 por ciento por encima al vigente en la d茅cada pasada. A pesar de que los costos de fabricaci贸n del papel argentino son menores a los internacionales, su precio supera los valores de comercializaci贸n a nivel mundial. Por ejemplo, en Espa帽a el kilo de papel se vende a 1,06 d贸lar, mientras que en la Argentina se ofrece a 1,16. De esta manera, el papel duplic贸 su participaci贸n en la estructura de costos, representando actualmente el 39 por ciento del total.

El car谩cter oligop贸lico de la industria papelera argentina determina que pocas empresas tengan una posici贸n dominante frente a una gran cantidad de peque帽as y medianas. Seg煤n la C谩mara Argentina del Libro, existe una visible pol铆tica de acuerdo de precios entre las cuatro compa帽铆as que dominan la oferta de papel. En este contexto, las editoriales locales quedan como pasivos tomadores de precios. La importaci贸n podr铆a desafiar la posici贸n dominante de la oligop贸lica industria papelera nacional y Brasil estar铆a en condiciones de ser el principal proveedor, ya que se trata del principal productor de papel de la regi贸n y, adem谩s, es un exportador relevante a nivel mundial. Sin embargo, el documento de la CAL se帽ala que 鈥渓as importaciones de papel desde Brasil se pagaron m谩s caras que la de otros or铆genes. Este resultado no es casual. Los productores de papel en la Argentina y Brasil vienen realizando acuerdos desde fines de la d茅cada del 鈥90 en cuanto a las cantidades mutuamente exportadas al pa铆s vecino, acordando cupos virtuales鈥. Y agrega que 鈥渆ste acuerdo beneficia a los fabricantes locales de papel por dos v铆as. En primer t茅rmino, mantienen una posici贸n dominante en el mercado dom茅stico que podr铆a ser abastecido en casi su totalidad por Brasil. En segundo t茅rmino, el acuerdo impide un movimiento de los precios a la baja en la Argentina, manteniendo los productores de papel su posici贸n como fijadores de precios, incluso con incrementos que superan los valores internacionales鈥.

Frente a ese panorama, la CAL imagina dos escenarios posibles. El primero es que la tendencia actual contin煤e y que se vuelva al esquema de producci贸n predevaluaci贸n. Esa opci贸n implica el aumento de la proporci贸n de los libros importados en el mercado local y, adem谩s, que parte de la impresi贸n se vuelva a realizar en el extranjero. En este sentido, los editores consultados por Cash se preocupan en aclarar que sus planteos no apuntan a restringir la importaci贸n de libros. Por el contrario, entienden que la difusi贸n del conocimiento no debe tener trabas. Pero intentan advertir que se deben generar las condiciones para que el libro argentino pueda seguir proyect谩ndose fronteras afuera. Aseguran que una de las formas de lograrlo ser铆a arribar a un acuerdo de precios con los proveedores nacionales de papel.

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