En su art铆culo del 10/1/09, en P谩gina/12, Alfredo Zaiat intentaba explicar los acelerados ciclos econ贸micos de la Argentina por el particular comportamiento de su clase empresaria: 鈥淓n otras palabras, esos rasgos especiales del poder econ贸mico consisten en la obtenci贸n de ganancias extraordinarias en poco tiempo, lo que define la duraci贸n del ciclo de prosperidad y lo que explica en parte la escasa duraci贸n de las ondas de auge鈥. Ser铆a por este motivo que la Argentina tiene una crisis cada pu帽ado de a帽os (1989-1994-2001-2009).
Las causas argumentadas en el art铆culo tuvieron un eco particular en una charla reciente en el Centro Cultural de la Cooperaci贸n. All铆 se hablaba de la nueva ola de empresas recuperadas que recorre el pa铆s: 鈥淓n la Argentina hay un capitalismo predador que estafa a clientes, proveedores y al Estado, vac铆a empresas y genera las condiciones para que los trabajadores intenten recuperar sus fuentes laborales鈥, explicaba Fabi谩n Pierucci, un integrante del Grupo Alav铆o con base en el Hotel Bauen, que ha recorrido los nuevos casos.
Ya en 2001, cuando se hablaba del reducido n煤mero de recuperadas en relaci贸n con la cantidad de empresas en la Argentina, hab铆a quienes respond铆an que si los trabajadores gestionaban bien sus cooperativas servir铆an de ejemplo al llegar la siguiente crisis. El augurio result贸 cierto ya que desde fines de 2008 los trabajadores despedidos que forman cooperativas ha crecido: Arrufat, Esperanza del Plata, Indugraf, Disco de Oro, Textil San Justo, Filobel-Febatex-Filobet (la empresa cambi贸 tantas veces de nombre para licuar deudas que ya no se sabe cu谩l es la recuperada).
Las historias son muy similares: la empresa deja de pagar sueldos, desaparecen m谩quinas, se desv铆an clientes, un d铆a aparece un cartelito de cierre y los trabajadores descubren que ni pueden pedir el seguro de desempleo porque no les estaban haciendo los aportes. La f贸rmula recurrente de los procesos hace pensar que el n煤mero de empresarios que baraja la posibilidad de vaciamiento y quiebra como una alternativa econ贸mica leg铆tima es realmente significativa.
En cualquier caso, es claro que los trabajadores ya cuentan con una nueva herramienta superadora para enfrentar los cierres de empresas. Si en los 鈥90 fueron los piquetes, en el nuevo siglo la lucha pasa por producir bajo control obrero. De hecho, la mayor铆a de las cooperativas parece haber aprendido una lecci贸n de sus antecesoras y comprendieron que los largos tiempos judiciales y pol铆ticos juegan a favor del desgaste de los trabajadores. Por eso, en la actualidad, uno de los principales medios utilizados para consolidar el proceso es iniciar la producci贸n, cuando ello es posible, sin esperar permisos de ning煤n tipo. Una vez que la producci贸n arranca la balanza se revierte y empieza a jugar en favor de los trabajadores.
Lo que a煤n resulta incierto es la actitud que tomar谩 la clase pol铆tica con esta nueva ola. En 2001, atrapados en un cuestionamiento social sin precedentes, los pol铆ticos estaban dispuestos a cualquier cosa para generar legitimidad. Es probable que en aquel entonces pocos creyeran en la supervivencia de las cooperativas a mediano plazo. Con las experiencias exitosas de las recuperadas de la vieja ola es probable que seguir aprobando expropiaciones ya no parezca una salida de compromiso sin costo y por eso se demoran en las distintas c谩maras. Una noticia reciente para el optimismo es la media sanci贸n de la expropiaci贸n de Filobel, aunque la abogada Vanesa Castro Borda, quien maneja la causa de los trabajadores de esa cooperativa y muchas otras, es esc茅ptica al respecto: 鈥淓n cuanto a Leyes de Expropiaciones la verdad es que la provincia de Buenos Aires no ha avanzado. El a帽o pasado en julio se vot贸 la ley 13.828 que indicaba la suspensi贸n por 360 d铆as de las ejecuciones de las unidades productivas recuperadas. Esa ley no fue reglamentada. Por otro lado la provincia sigue sin hacer frente al pago de las indemnizaciones que corresponden por el dictado de una ley de expropiaci贸n鈥.
Las pr谩cticas empresarias de dudosa moralidad ya no juegan siempre en favor de los propietarios, sino que han comenzado a generar las condiciones para que cientos de historias logren torcer el final de desocupaci贸n al que parec铆an condenadas
* Autor del libro sobre empresas recuperadas El cambio silencioso y miembro de la Fundaci贸n La Base/The Working World, que otorga cr茅ditos solidarios a cooperativas.
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