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Domingo, 15 de noviembre de 2009
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La experiencia de una cooperativa

De madera recuperada

La Cooperativa de Trabajo Maderera C贸rdoba es una historia de una empresa recuperada que se est谩 desarrollando y s贸lo necesitar铆a de decisiones del Estado para consolidar su proceso de crecimiento.

Por Esteban Magnani *
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Maderera C贸rdoba ten铆a destino de remate y los trabajadores la pusieron a funcionar en 2004 bajo control obrero.

La historia de la Cooperativa de Trabajo Maderera C贸rdoba es muy similar a la de otras recuperadas. En este caso el relato comienza en la d茅cada del 鈥50 con don Vicente, por entonces un joven emprendedor y con mucha vocaci贸n de trabajo que levant贸 una empresa desde la nada hasta llevarla a liderar un sector del mercado. Con el paso de las d茅cadas, ya en los primeros a帽os del siglo XXI, los problemas personales se acumularon junto con las deudas. La hija, quien hab铆a gozado de los estudios a los que su padre no hab铆a podido acceder, no pudo remontar la corriente y la empresa quebr贸 en diciembre de 2003. Las maquinarias ten铆an destino de remate y el terreno, en una muy buena ubicaci贸n sobre el 3165 de Avenida C贸rdoba, probablemente habr铆a terminado cobijando algunos de los impersonales edificios a los que se acostumbr贸 el vecindario. Pero no: los trabajadores ocuparon la empresa y la pusieron a funcionar en 2004 bajo control obrero.

La cooperativa, explican sus socios, cont贸 con el fuerte compromiso de sus doce iniciadores y la suerte de que entre ellos quedara gente con experiencia tanto en ventas como en producci贸n. Sobre estas dos patas, con el m铆nimo paraguas legal que le daba la expropiaci贸n aprobada en septiembre de 2004 y con un pr茅stamo inicial de 6000 pesos, el negocio comenz贸 a prosperar. 鈥淓s que ac谩, por la ubicaci贸n, ten茅s en mostrador no menos de 150 clientes por d铆a. Eso te da efectivo constante, algo poco habitual entre las recuperadas鈥, explica el socio y ex presidente, Guillermo Sabatella, en la oficina de la administraci贸n. El grupo supo aprovechar sus fortalezas y hoy es una prueba tangible de lo que puede permitir el cooperativismo en cuanto a crecimiento econ贸mico y personal de sus socios.

Lejos de las empresas que despiden gente para asegurar ganancias para unos pocos, en la cooperativa la diferencia m谩xima entre los retiros (el equivalente a los sueldos de una empresa) es de s贸lo el 10 por ciento. Es cierto que quien se encarga de las ventas podr铆a, en una empresa privada, llevarse m谩s por las comisiones, pero los dem谩s socios est谩n un 40 por ciento sobre el promedio del rubro, adem谩s de las utilidades que se reparten dos veces por a帽o. Y por reglamento interno est谩 previsto que los actuales 20 socios puedan tomar pr茅stamos de la cooperativa para afrontar gastos especiales, una pr谩ctica que no era tan extra帽a en las empresas de hace unas d茅cadas. En la cooperativa funciona una escuela secundaria y un bachillerato para adultos del Gobierno de la Ciudad (al que concurren cuatro de los socios) y hacen descuentos especiales a instituciones p煤blicas. Todo eso lo lograron en cinco a帽os de gesti贸n. 鈥淐recimos m谩s que los chinos鈥, resume Sabatella.

驴C贸mo se explica que los obreros tengan 茅xito donde fracas贸 un empresario? 鈥淓l negocio en realidad siempre funcion贸, el problema fue el nivel de deudas al que lleg贸 el ex due帽o y lo termin贸 de matar la gesti贸n que realiz贸 su hija鈥, argumenta Sabatella. Cuando todas las decisiones quedan en manos de una sola persona, las cosas se pueden descontrolar r谩pidamente. 鈥淎c谩 las decisiones del d铆a a d铆a las discutimos entre los miembros de la comisi贸n y, si el tema es grande, lo llevamos a la asamblea鈥, explica Celia Rodr铆guez, una socia de la cooperativa que se incorpor贸 luego de la recuperaci贸n.

Por desgracia tanto esfuerzo pende de un hilo legal bastante delgado. Es que las leyes de expropiaci贸n sucesivas que se aprobaron en favor de la cooperativa, la 煤ltima el a帽o pasado, preve铆an que el Estado pagara una indemnizaci贸n a la quiebra, que nunca se efectiviz贸 dentro del plazo, lo que forz贸 nuevas leyes. Las partidas presupuestarias para tal fin fueron aprobadas en todos los presupuestos desde los tiempos de An铆bal Ibarra, pero el dinero siempre termin贸 con otro destino. Una de las excepciones fue, justamente, uno de los terrenos de Maderera C贸rdoba que el Gobierno pag贸 debido a que el juez sigui贸 adelante con la orden de remate ignorando la ley de expropiaci贸n. Lo que necesitar铆a esta cooperativa, al igual que muchas otras, es que se vuelvan a tasar los bienes, sobre todo los costosos inmuebles involucrados, que el Estado los pague y le d茅 25 a帽os a la cooperativa para devolver ese dinero como establece la 煤ltima ley de expropiaci贸n. Mucho m谩s costoso ser铆a para el Estado aumentar la desocupaci贸n. 鈥淣osotros estamos en condiciones de pagar y queremos hacerlo, para que esto sea de nuestros hijos el d铆a de ma帽ana鈥, asegura Sabatella.

* Miembro de la Fundaci贸n La Base.

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