En t茅rminos fiscales existe en los 谩mbitos provinciales un discurso que reclama una mayor distribuci贸n de recursos de la Naci贸n hacia las provincias, pero se sostiene un silencio conservador respecto de la distribuci贸n hacia sus municipios. La provincia de Buenos Aires, una de las que m谩s reclamos formulan para modificar el actual esquema de coparticipaci贸n federal, es de las m谩s atrasadas en la distribuci贸n a sus comunas. Su ley de coparticipaci贸n provincial data de 1987, es decir que no refleja los cambios que han tenido lugar en el mapa institucional de asignaci贸n de funciones de los municipios en los 煤ltimos 25 a帽os. En dicho per铆odo tuvo lugar la reforma constitucional nacional de 1994, que proclam贸 la autonom铆a municipal y que no ha sido recogida por la reforma provincial de 1995.
S铆 hubo un intento de modificar la situaci贸n en 1990, con la fallida propuesta de reforma constitucional del ex gobernador Cafiero, que propon铆a aumentar los fondos que se distribuyen a los municipios a un m铆nimo de un 20 por ciento de los recursos provinciales totales. Cabe recordar que ese valor es de 16,14 por ciento desde 1989. Pero m谩s all谩 de lo reducido del valor que la provincia reparte a sus municipios, denominado coeficiente de distribuci贸n primario de la coparticipaci贸n, la forma en que esos recursos se asignan entre los municipios es anacr贸nica e injusta.
Como ejemplo del funcionamiento de la distribuci贸n secundaria entre los 134 municipios bonaerenses, se puede mencionar que un 5 por ciento del total de los recursos se reparte en funci贸n de transferencias de servicios realizadas en 1979, aplicando coeficientes fijados en 1986. Otro 38 por ciento se distribuye seg煤n la oferta de salud de nivel municipal, medida de una forma poco razonable y sin considerar la demanda existente en cada distrito. As铆, municipios donde el peso de la poblaci贸n sin cobertura de salud es muy elevado, reciben una coparticipaci贸n per c谩pita por este concepto mucho menor que otros donde el grueso de la poblaci贸n tiene obra social o prepaga.
El resultado final de esta distribuci贸n secundaria favorece claramente a los municipios rurales en detrimento de los urbanos. No es de extra帽ar entonces que en el per铆odo 2003-2008 los diez municipios que mayor coparticipaci贸n per c谩pita han recibido sean rurales, mientras que los diez que menor cantidad de recursos por habitante han obtenido son urbanos, entre ellos ocho del conurbano. Al interior del conurbano bonaerense se presentan tambi茅n fuertes desigualdades. San Isidro y Vicente L贸pez recibieron casi el doble por habitante que Tres de Febrero e Ituzaing贸, pese a que se trata de los municipios con mayores recursos propios de la regi贸n.
Si bien en los 煤ltimos a帽os se ha creado, como paliativos, una serie de fondos espec铆ficos que distribuyen recursos con criterios alternativos, lo hacen sobre una masa que apenas configura el 15 por ciento del monto total que la provincia gira a sus municipios. En algunos casos, como el del r茅gimen de Descentralizaci贸n Tributaria, se agudiza a煤n m谩s la distribuci贸n a favor de los municipios rurales, con lo que el conjunto de estos fondos termina agravando a煤n m谩s la situaci贸n de asimetr铆a.
Nuestro equipo de investigaci贸n del Instituto de Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento est谩 estimando algunos escenarios de modificaci贸n de los coeficientes de distribuci贸n secundaria, sobre la base de privilegiar variables relacionadas con las condiciones de vida, tales como la necesidad de atenci贸n sanitaria, de financiamiento de bienes y servicios p煤blicos locales y de Necesidades B谩sicas Insatisfechas (NBI), dejando de lado, por ejemplo, el coeficiente de superficie. Ello obedece a que consideramos que las necesidades de gasto de los municipios est谩n vinculadas con la poblaci贸n que sirven, aumentando a medida que avanzan los procesos de urbanizaci贸n y en relaci贸n con la existencia de bolsones de pobreza. As铆, fen贸menos como el de una vasta superficie tienen una incidencia en las variaciones de gasto poco significativas en comparaci贸n con la aglomeraci贸n de poblaci贸n. Utilizando estos nuevos criterios, la brecha entre el municipio que menos recibe y el que m谩s obtiene ser铆a de 1,0 a 2,5, lo que denota un cambio radical, ya que actualmente esa brecha es de 1 a 13.
De esta forma, los municipios del conurbano donde se verifica la mayor densidad de poblaci贸n, que es el dato que evidencia una mayor necesidad de provisi贸n de bienes y servicios p煤blicos (especialmente en presencia de elevados niveles de NBI), obtendr铆an en este nuevo escenario de distribuci贸n una coparticipaci贸n por habitante mayor a la que actualmente reciben. Sin embargo, quien tiene a su cargo los mecanismos institucionales que deber铆an abordar esta problem谩tica (el Poder Legislativo de la provincia de Buenos Aires) se muestra muy ajeno a la misma y sostiene una situaci贸n que nada tiene que ver con las necesidades reales de la poblaci贸n bonaerense. En el pr贸ximo proceso electoral estas cuestiones deber铆an formar parte de la agenda p煤blica, ya que sin una distribuci贸n racional se torna mucho m谩s dif铆cil mejorar las condiciones de vida de la poblaci贸n y la forma de gesti贸n de los recursos
* Investigadores de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
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