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Domingo, 9 de enero de 2011
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El nivel del tipo de cambio real y la competitividad de la econom铆a

El debate est谩 abierto

La paridad cambiaria registra dos fuerzas opuestas que por ahora se anulan: el alza de los precios internos y la apreciaci贸n de otras monedas. En relaci贸n con los costos y productividad laboral todav铆a conserva margen pese a la queja empresaria.

Por Diego Rubinzal
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El d贸lar subi贸 apenas casi 5 por ciento en 2010, al cerrar a 4,01 pesos por unidad.

El tipo de cambio competitivo es uno de los pilares del actual esquema econ贸mico. Esa pol铆tica opera de manera virtuosa en un doble sentido: promueve las exportaciones, debido a la mejora de la competitividad de los productores de bienes transables, e incentiva la sustituci贸n de importaciones, ya que el tipo de cambio alto funciona como una suerte de barrera cambiaria. De esa manera, el r茅gimen macroecon贸mico genera las condiciones necesarias aunque no suficientes para el crecimiento de la producci贸n y el empleo. Ese proceso fue acompa帽ado con un conjunto de pol铆ticas p煤blicas de recuperaci贸n salarial, disminuci贸n de la pobreza y de mejoras en la distribuci贸n del ingreso.

Ahora algunas voces advierten que el tipo de cambio real ya se encuentra a niveles similares a los de la convertibilidad. El Estudio Broda estima que el tipo de cambio real bilateral se ubica en 1,17 peso (a valores del 2001), luego de haber alcanzado un nivel de 1,93 peso durante el per铆odo 2003-2006. En esa l铆nea, algunos empresarios sostienen que los incrementos salariales medidos en d贸lares terminaron por erosionar la ventaja cambiaria. El titular del grupo Techint, Paolo Rocca, declar贸 que 鈥渓a recuperaci贸n del ingreso real lleg贸 a un l铆mite. No es posible mejorar remuneraciones sin una consistente mejora de la productividad laboral鈥. Rocca se帽al贸 que entre 2002 y 2010 la productividad de la mano de obra creci贸 a una tasa promedio anual del 4 por ciento, mientras que los salarios en d贸lares se incrementaron un 22 por ciento anual.

驴Es correcto afirmar que los costos laborales nominados en moneda extranjera ya se encuentran en los mismos niveles que durante los noventa?

Los economistas Anah铆 Amar, Federico Pastrana y Soledad Villafa帽e se ocuparon de esa cuesti贸n. En su trabajo Lineamientos para un cambio estructural en la econom铆a argentina. Desaf铆os del Bicentenario, los autores analizan el comportamiento del Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM). En el per铆odo 2003-2007, el TCRM mantuvo un valor cercano a un 120 por ciento m谩s alto que en diciembre del 2001. A partir del 2007, el tipo de cambio comenz贸 a apreciarse como consecuencia del mayor ritmo de incremento en el nivel de precios. Esa tendencia se acentu贸 a finales del 2008 a partir del estallido de la crisis internacional que provoc贸 una valorizaci贸n del d贸lar frente a las principales monedas del mundo. Las devaluaciones del real y del euro produjeron una apreciaci贸n del TCRM que fue revertida parcialmente al a帽o siguiente. Esto 煤ltimo se debi贸 a la devaluaci贸n nominal del peso argentino. De esa forma, el TCRM se mantuvo en un valor bastante superior (70 por ciento) al vigente durante la 煤ltima etapa de la convertibilidad.

Esta constataci贸n inicial les permiti贸 a los autores avanzar en el an谩lisis de las variaciones producidas en el salario promedio denominado en moneda extranjera. Ese indicador permite comparar la competitividad 鈥搕omando como 煤nica variable el costo laboral鈥 de los productores de bienes transables. El abandono de la convertibilidad provoc贸 una brusca ca铆da inicial (70 por ciento) del salario en d贸lares. A marzo del 2010, Amar, Pastrana y Villafa帽e calcularon que el salario en d贸lares se ubic贸 un 30 por ciento inferior al nivel del 2001 y entre un 40 y un 50 por ciento por debajo del real y el euro.

Las modificaciones de la productividad laboral es otra variable relevante para ese an谩lisis. Su importante crecimiento durante los 煤ltimos a帽os es un factor adicional de mejora de la competitividad empresaria. Todo esto lleva a los autores a concluir que el costo laboral unitario se sit煤a a valores muy inferiores a los vigentes durante la convertibilidad (aproximadamente un 30 por ciento menor). Aunque esa ca铆da se observa en todas las ramas industriales, los productores de alimentos y bebidas, los refinadores de petr贸leo, los fabricantes de maquinarias y equipos, aparatos el茅ctricos, productos de metal y automotores, se convirtieron en los sectores m谩s beneficiados. 鈥淟as ramas que utilizan intensivamente mano de obra no calificada, como la textil, confecciones o de muebles, que no hab铆an podido hacer frente a la competencia externa en los noventa, si bien hoy mantienen costos laborales unitarios menores que en 2001, siguen resultando las m谩s vulnerables en tanto que las reducciones en el costo laboral real por unidad de producto en moneda extranjera son significativamente menores a las del nivel general de la industria鈥, concluyen los autores

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