La apelaci贸n a la necesidad de una reforma tributaria se ha transformado en un recurso sobreutilizado, parte integrante de un discurso basado en la correcci贸n pol铆tica y recostado en la comodidad que implica la evidente dificultad de sostener lo contrario. A pesar de que pareciera haber tantas concepciones de reforma tributaria como actores que la reclaman, en la mayor铆a de los casos el convite no logra penetrar su superficie. La exuberancia del discurso y la infaltable combinaci贸n con la palabra 鈥減rogresiva鈥 (aun desde aquellos que no pueden encontrarse m谩s lejos de dicha concepci贸n) son elementos que atraviesan todos los llamamientos. As铆 se arroja la m谩gica sensaci贸n de que sin m谩s tr谩mite que la sanci贸n de una ley, de manera cientificista, y mediante una receta de precisi贸n matem谩tica, se conducir谩 a la Argentina, en un breve lapso, a disponer de un sistema tributario comparable con el existente en los pa铆ses escandinavos.
Pues bien, en primer lugar, una estructura tributaria no puede ni debe pensarse en el vac铆o. Es necesario plantearse unas cuantas preguntas antes de avanzar. Para qu茅, c贸mo, cu谩ndo, son algunos de los interrogantes obligatorios para llevar a cabo cualquier iniciativa, y en especial en esta materia. No es lo mismo definir cu谩les deber铆an ser las caracter铆sticas ideales de un sistema tributario, que decidir cu谩les son las mejores recomendaciones de pol铆tica para modificar uno existente. El punto de partida es insoslayable, comenzando por el contexto macroecon贸mico, la historia reciente, y los intereses que ser谩n afectados por las modificaciones. Todos estos factores obligan a recorrer un camino diferente del pensado desde una especie de big bang tributario, donde todo est谩 por hacerse.
La Argentina es rica en cuanto a las diferentes etapas por las que el sistema ha atravesado, por lo que el camino recorrido es vasto y no ser铆a correcto apelar hoy a una reforma con los mismos clich茅s que aparec铆an formando parte del sentido com煤n pocos lustros atr谩s.
Durante la d茅cada del 鈥90 鈥搚 antes, durante la dictadura鈥, la pol铆tica tributaria estaba limitada al papel de ayudar a reducir la brecha fiscal, al tiempo que se intentaba arribar a lo que la ortodoxia econ贸mica consideraba eficiente en materia tributaria, eliminando ciertos impuestos, denominados distorsivos, porque alteran los precios relativos que determina el sagrado mercado y en consecuencia eran considerados poco menos que sacr铆legos. En ese escenario, el IVA se transform贸 en el 鈥淚mpuesto Vedette Argentino鈥, por permitir la consecuci贸n de ambos objetivos: su ampliaci贸n e incremento fue la contracara de la eliminaci贸n o reducci贸n de los impuestos que gravan el capital y la renta financiera, encargados de imprimirle equidad al sistema. Las modificaciones tuvieron como resultado una nueva estructura tributaria, acorde con el modelo de apertura y liberalizaci贸n financiera instaurado a mediados de los a帽os 鈥70.
Dos d茅cadas m谩s tarde, en la Argentina, como en otros pa铆ses de la regi贸n, se est谩n produciendo acontecimientos que permiten conjeturar un cambio de 茅poca. La reciente crisis a escala global fue la 煤ltima evidencia del fracaso de las pol铆ticas destinadas a redefinir el rol de Estado, que se pueden sintetizar en el dec谩logo de recomendaciones del Consenso de Washington y termin贸 por convalidar la orientaci贸n de las transformaciones iniciadas en gran parte de Latinoam茅rica. En consecuencia, una reforma deber铆a dirigirse a acompa帽ar y sostener el cambio iniciado, y reforzar la funci贸n de los tributos como instrumento de pol铆tica fiscal para incentivar la acumulaci贸n productiva y la generaci贸n de empleo, y morigerar las desigualdades sociales que leg贸 el r茅gimen anterior.
El sistema tributario es una manifestaci贸n de la potencia y la voluntad con la que se encara la lucha por el reparto del excedente. Es ah铆 donde comienza a delinearse el patr贸n de distribuci贸n del ingreso. Es el paraguas del sistema productivo al que habr谩 de adaptarse obligatoriamente el sistema tributario. No es posible separar uno de otro, no por lo menos sin caer en profundas contradicciones.
As铆 las cosas, para proponer una reforma en el sistema tributario deberemos primero dar cuenta de cu谩l es la situaci贸n actual, c贸mo se ha arribado a ella y cu谩l es el sistema productivo al que deber谩 adaptarse.
En este sentido, si bien desde 2003 no se produjeron cambios significativos en la pol铆tica tributaria 鈥揳unque se lograron avances en materia de administraci贸n鈥, no parece correcto menoscabar las diferencias existentes entre el sistema impositivo actual y el vigente en la d茅cada de los a帽os 鈥90.
En 2010, la presi贸n tributaria nacional alcanz贸 el 28,8 por ciento del PBI, que significa un record hist贸rico y supera a la existente en el per铆odo 1996-1998 (los a帽os m谩s representativos de la convertibilidad) en 11,9 puntos porcentuales del PBI.
Una proporci贸n muy importante de esta expansi贸n se explica en decisiones de pol铆tica trascendentales aplicadas en este per铆odo: el 27,1 por ciento del aumento (3,2 por ciento del PBI) lo sostienen los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, a partir de la recuperaci贸n de los recursos que se desviaban a las AFJP y el aumento del empleo formal. Y el 26,5 por ciento del crecimiento (3,1 por ciento del PBI) se origina en la recaudaci贸n por Derechos de Exportaci贸n (conocidos como retenciones).
Tambi茅n fueron relevantes los aportes del impuesto a las Ganancias y a la propiedad, con el 20,8 y el 16,8 por ciento de los recursos adicionales (2,5 y 2 por ciento del PBI), respectivamente. El otro dato destacado es que los impuestos al consumo, b谩sicamente el IVA, estuvieron entre los que registraron menores aumentos y s贸lo contribuyeron el 7,9 por ciento del alza (0,9 por ciento del PBI).
Con estas variaciones, la composici贸n de la estructura tributaria es muy distinta de la de los 鈥90. En aquellos a帽os, de cada 100 pesos de recaudaci贸n, 53,2 pesos lo aportaban los impuestos al consumo, mientras que en 2010 aportaron 34,5 pesos. Los grav谩menes al Comercio Exterior en los 鈥90 aportaban apenas 5,5 pesos y con el nuevo modelo lo hacen con 13,8 pesos. Los impuestos sobre la propiedad contribu铆an con 1,6 peso y ahora con 7,9 pesos. En los impuestos a los ingresos (b谩sicamente Ganancias) y en las contribuciones sociales, las diferencias no son tan manifiestas, pero en la actual estructura aportan casi 2 pesos m谩s cada uno.
En consecuencia, para avanzar con la reforma se requiere una revisi贸n integral del sistema tributario que contemple los avances logrados y un an谩lisis profundo de las resistencias al cambio de quienes se sentir谩n perjudicados. Se deben construir los consensos indispensables y esperar a que se den todas las condiciones para poder implementarla. Las modificaciones deben concentrarse en los problemas manifiestos y de indispensable resoluci贸n para la consolidaci贸n del modelo productivo con inclusi贸n social. La pol铆tica econ贸mica dispone de diversos instrumentos para actuar contra la desigualdad, en algunos casos para procurar mejorar la distribuci贸n del ingreso, como lograr mejores condiciones laborales (aumento del salario real, disminuci贸n del trabajo no registrado) y mejores condiciones de vida (vivienda, educaci贸n, salud, previsi贸n social) y en otros actuando sobre sus consecuencias, sin resolver el problema, mediante la asistencia social en general.
Pero si de promover una estructura productiva din谩mica se trata, son pocos los instrumentos disponibles, y por esta raz贸n resaltan los impuestos para intervenir en este aspecto. Uno de los problemas sobre los cuales es necesario avanzar es la tendencia marcada a no reinvertir las ganancias en activos productivos, bloqueando el proceso de desarrollo iniciado en 2003. Salvo algunas excepciones en el debate econ贸mico, durante muchos a帽os se hab铆a instalado un fuerte consenso en contra de la capacidad del sistema impositivo para orientar el desarrollo productivo y morigerar las desigualdades de ingreso y de riqueza. Y no es casualidad. En todo ese per铆odo (desde mediados de los a帽os 鈥70), el r茅gimen de acumulaci贸n, adem谩s de ser decididamente desigual, se bas贸 en la valorizaci贸n financiera y no en la inversi贸n productiva.
As铆, algunos de los pasos posibles y necesarios para transitar hacia un sistema tributario m谩s igualitario ser铆an los siguientes:
- La ampliaci贸n de la base del impuesto a las Ganancias, principalmente mediante la eliminaci贸n de las exenciones a las rentas por colocaciones financieras y burs谩tiles.
- Desandar el camino de la involuci贸n producida durante la dictadura y el menemismo en los impuestos sobre los patrimonios.
- La utilizaci贸n de los impuestos selectivos para gravar el consumo suntuario o superfluo.
- Extender la reducci贸n de la al铆cuota del IVA a m谩s bienes de primera necesidad, previo acuerdo de precios sectoriales y la implementaci贸n de adecuados sistemas de seguimiento.
- Mejorar la articulaci贸n entre la AFIP y las administraciones tributarias subnacionales.
- Un acuerdo para una nueva ley de Coparticipaci贸n Federal.
Estas modificaciones afectar谩n intereses de quienes ostentan el poder real. Entonces, la reforma tributaria requiere elaborar un plan global estructurado por etapas, contrapesar con poder pol铆tico para sostenerla ante sus potenciales detractores, y encontrar el momento oportuno para implementarla
* Economista de la UNLP, investigador del Ciepyc y miembro de AEDA.
** Economista de la UBA y miembro de AEDA.
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