Imprimir|Regresar a la nota
Domingo, 2 de septiembre de 2012
logo cash
Mejoras en la distribuci贸n del ingreso

驴Qu茅 pas贸 con la equidad?

Diferentes indicadores revelan que se ha quebrado la tendencia de fines del siglo pasado a una distribuci贸n regresiva del ingreso y que la tendencia progresiva se mantiene.

Por Daniel E. Novak *
/fotos/cash/20120902/notas_c/cs06fo01.jpg
鈥淟a redistribuci贸n en el futuro requerir谩 un mayor consenso social y pol铆tico鈥, indica Novak.

Argentina hizo un importante esfuerzo para reducir la inequidad social en los 煤ltimos a帽os, aunque enfrenta todav铆a grandes desaf铆os para profundizar los avances en un tema que para dar resultados requiere un esfuerzo permanente. Esos desaf铆os a futuro ser谩n m谩s trabajosos que los logros alcanzados hasta ahora.

Utilizando la informaci贸n que brinda el Banco Mundial, se puede ver que en el a帽o 2002 el 20 por ciento de la poblaci贸n con mayores ingresos recib铆a el 57,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de ese a帽o, mientras que el 20 por ciento de menores ingresos percib铆a apenas el 2,8 por ciento. En otras palabras, los ingresos de la quinta parte m谩s rica de la poblaci贸n eran m谩s de veinte veces superiores a los de la quinta parte m谩s pobre.

驴Qu茅 pas贸 en los 煤ltimos a帽os? En 2010 el primer quintil de la pir谩mide de ingresos hab铆a retrocedido en su participaci贸n a 49,4 por ciento, mientras que el 煤ltimo quintil lo hab铆a incrementado a 4,4 por ciento, con lo cual la masa de ingresos de los m谩s ricos con respecto a los m谩s pobres pas贸 a ser once veces superior en lugar de veinte, con una reducci贸n del 45 por ciento en esta brecha.

En porcentajes, la reducci贸n de la participaci贸n del primer quintil entre 2002 y 2010 fue del 14 por ciento y, a pesar de que los quintiles intermedios mejoraron tambi茅n su participaci贸n entre 10 y 30 por ciento, el quintil m谩s bajo experiment贸 una mejora del 57 por ciento en su participaci贸n.

En d贸lares corrientes, es decir no ajustados por inflaci贸n, el PIB per c谩pita del quintil m谩s rico pas贸 de 7790 d贸lares en 2002 a 22.536 en 2010, con un aumento nominal de 189 por ciento, es decir que se multiplic贸 casi por tres en ocho a帽os en valores corrientes. El PIB per c谩pita del quintil m谩s pobre pas贸 en el mismo lapso de 379 d贸lares a 2007, con un aumento nominal del 430 por ciento, o sea que se multiplic贸 por m谩s de cinco.

Si el primer quintil hubiera conservado la participaci贸n del 57,5 por ciento en el ingreso, habr铆a recibido en 2010 treinta mil millones de d贸lares m谩s de los que percibi贸. Casi 6 mil de esos 30 mil fueron a parar el quintil m谩s bajo, 7700 al segundo y al cuarto y 8500 al tercero.

A valores constantes en d贸lares, con un poder adquisitivo internacional similar al de 2002, el quintil m谩s alto mejor贸 su ingreso per c谩pita en alrededor del 40 por ciento entre ese a帽o y 2010, el segundo quintil mejor贸 el suyo en 80 por ciento, el tercero en 95 por ciento, el cuarto en 113 por ciento y el m谩s bajo en cerca del 160 por ciento. Todo eso en un marco de aumento promedio del 76 por ciento en el PIB total durante esos ocho a帽os.

Esto revela que, con un crecimiento sostenido de la actividad econ贸mica no hace falta sacarles a los ricos para darles a los pobres, como Robin Hood, con el fin de mejorar la distribuci贸n del ingreso; basta con aplicar pol铆ticas que hagan que los de abajo mejoren m谩s que los de arriba, pero que todos ganen algo con el crecimiento.

Habr谩 opiniones divididas entre quienes valoren estos avances y quienes sostengan que los logros podr铆an haber sido mayores en materia de distribuci贸n. Pero lo m谩s importante es que estos 煤ltimos a帽os revelan que se ha quebrado la tendencia de fines del siglo pasado a una distribuci贸n regresiva del ingreso y que la tendencia progresiva se mantiene. Y eso ha sido el producto de pol铆ticas activas expl铆citas, ya que no hay mucha evidencia de que las reglas libres de mercado conduzcan por s铆 solas a una distribuci贸n m谩s equitativa de los ingresos.

Una segunda conclusi贸n es que en el futuro los desaf铆os ser谩n mayores para mantener esta tendencia, porque las tasas de crecimiento de la econom铆a argentina ser谩n menores que las de los 煤ltimos ocho a帽os, lo que podr铆a significar un recrudecimiento de la puja distributiva. En otras palabras, agotada la etapa 鈥渇谩cil鈥 de la redistribuci贸n, lo que se haga en el futuro requerir谩 un mayor consenso social y pol铆tico que hasta ahora si se quieren evitar efectos colaterales adversos.

La tercera reflexi贸n es que los instrumentos para esta etapa, m谩s compleja, de la redistribuci贸n ser谩n m谩s controvertidos y generar谩n debates m谩s intensos. Como ejemplos se pueden citar el desmontaje selectivo de subsidios masivos sobre servicios p煤blicos y energ铆a, la fijaci贸n del m铆nimo no imponible en el Impuesto a las Ganancias, la tributaci贸n sobre rentas financieras y ganancias patrimoniales, la eliminaci贸n de la informalidad laboral, la reformulaci贸n integral de la pol铆tica tributaria con un sentido m谩s progresivo, la profundizaci贸n de la universalidad en la asignaci贸n por hijo.

Y la cuarta cuesti贸n es una expresi贸n de deseos: que la meta redistributiva sea un objetivo socialmente consensuado y permanente de la sociedad argentina, es decir que se transforme en una pol铆tica de Estado que trascienda a los gobiernos de turno. Un instrumento adecuado para ello podr铆a ser la creaci贸n e institucionalizaci贸n de un Observatorio de la Equidad, con integraci贸n t茅cnica y pol铆tica diversa, con representaci贸n p煤blica y privada, y que pueda pronunciarse, aunque sea de manera no vinculante, sobre la contribuci贸n a una mayor equidad econ贸mica y social de cada medida de pol铆tica en gestaci贸n

* Economista.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.