Desde Londres
El juicio en Londres del operador que hizo tambalear al banco suizo UBS arroja una nueva luz en el oscur铆simo mundo de las finanzas modernas. Todo comenz贸 en 2008, cuando el agente (trader) del equipo ingl茅s del UBS Kweku Adoboli perdi贸 unos 400 mil d贸lares en una transacci贸n leg铆tima. Con su bonificaci贸n anual y reputaci贸n en juego, y en un ambiente que solo admite la victoria en cada apuesta, Adoboli invent贸 una transacci贸n ficticia y manipul贸 las fechas de pago para ganar tiempo y recuperar el dinero.
La inversi贸n en productos altamente especulativos ofrec铆a el atajo m谩s r谩pido, sobre todo si no se compensaba el riesgo con inversiones m谩s seguras. Cuando las apuestas de Adoboli salieron mal, fue una bola de nieve. En septiembre de 2011, Adoboli fue arrestado y el UBS reconoci贸 p茅rdidas por m谩s de dos mil millones de d贸lares.
En el caso que se ventila en los tribunales londinenses de la Southwark Crown Court, la estrategia de la fiscal铆a es probar que todo fue obra de un individuo inescrupuloso. Por el contrario, la defensa argumenta que los superiores de Adoboli sab铆an lo que estaba sucediendo y que hab铆a una cultura general en el banco de tolerancia respecto de la adopci贸n de riesgos excesivos.
Consultado por Cash, el economista John Christensen, director de Tax Justice International y experto en regulaci贸n financiera, opin贸 que es un error concentrarse en la conducta de un individuo. 鈥淪i una sola persona puede perder dos mil millones de d贸lares sin que nadie en el banco se d茅 cuenta, quiere decir que la instituci贸n no ofrece ning煤n tipo de seguridad. Francamente es poco plausible鈥, se帽al贸 Christensen.
Una cosa est谩 clara. Desde que en 1995 el ingl茅s Nick Leeson provoc贸 el derrumbe del banco de inversiones m谩s antiguo del mundo, Baring Brothers, ha habido unas diez estafas que superan los 500 millones de d贸lares cada una, ejecutadas desde el interior mismo de un banco o corporaci贸n, presuntamente por un solo operador. Este ranking del delito financiero no incluye a consultoras como la Bernard L. Maddoff Investment Securities LLC, que se sopl贸 unos 18 mil millones de d贸lares con su esquema piramidal.
Los dos casos m谩s emblem谩ticos de estas estafas en grandes bancos o corporaciones son el mismo Leeson y Jerome Kerviel, de la Soci茅t茅 G茅n茅rale, el fraude m谩s voluminoso hasta 鈥渆l cierre de esta edici贸n鈥: seis mil millones de d贸lares. La mec谩nica de ambos casos es id茅ntica a la de Adoboli. La secuencia de p茅rdida original, ocultamiento en una cuenta ficticia, aparente ignorancia o ineficacia de los controles internos y apuestas descontroladas que crecen como una bola de nieve se dio con Leeson y, once a帽os m谩s tarde, como si nada hubiera sucedido, con Kerviel. Leeson termin贸 en la c谩rcel y Baring fue vendido por el valor nominal de una libra esterlina al ING de Holanda. En octubre de 2010, Kerviel fue sentenciado a cinco a帽os de prisi贸n y una prohibici贸n de por vida para operar en el mundo financiero. En junio de este a帽o apel贸 la sentencia: la corte francesa dar谩 su veredicto el 24 de octubre.
El argumento de Kerviel, desplegado en una autobiograf铆a de t铆tulo sugestivo, L鈥檈ngrenage: M茅moires d鈥檜n trader, es que el banco estaba al tanto de sus operaciones: lejos de ser un llanero solitario, sus superiores sab铆an lo que estaba haciendo. Es lo mismo que argumenta la defensa de Adoboli. Por su parte, la fiscal铆a del caso del UBS usa la misma arma de doble filo que utiliz贸 en el caso de Kerviel. Seg煤n los fiscales, la irresponsabilidad de Adoboli fue tal que estuvo a punto de quebrar el UBS con p茅rdidas superiores al valor mismo de la entidad. John Christensen se encuentra entre los que, sin disculpar a Kerviel o Adoboli, se帽ala que estos montos son tan exorbitantes que los bancos tendr铆an que estar en el banquillo. 鈥淐omo m铆nimo uno puede decir que los controles internos no funcionaron o que los superiores hac铆an la vista gorda o que las dos cosas suced铆an al mismo tiempo. Pero 茅sta ser铆a una interpretaci贸n superficial. En realidad la cultura interna del mundo financiero crea las condiciones para que se den este tipo de casos鈥, se帽al贸 a Cash.
Esta cultura se manifiesta en entidades individuales como UBS o Soci茅t茅 G茅n茅rale, en magos de las finanzas (ajenas) como Bernard Maddoff, en crisis sist茅micas como la del estallido de 2008 o en el reciente esc谩ndalo de la manipulaci贸n de la Libor. 鈥淓l sistema financiero es demasiado opaco y funciona con una expectativa de ganancia tan exorbitante que todas las instancias de una entidad se encuentran bajo extraordinaria presi贸n para asumir grandes riesgos con tal de cumplir con esos objetivos. Nada de esto ha cambiado鈥, concluy贸 Christensen
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