Los resultados econ贸micos al cierre de 2012 han sido francamente malos, a tal punto que el propio FMI y las calificadoras de riesgo 鈥揻ilos贸ficamente auspiciantes de las pol铆ticas contractivas鈥 contin煤an ajustando para abajo sus pron贸sticos para 2013.
Sin duda Europa es el epicentro de las pol铆ticas neoliberales contractivas. All铆 los efectos de las medidas regresivas ya han llegado a la propia Alemania, baluarte de las recomendaciones de 鈥渁usteridad鈥 para el resto de la Eurozona. El crecimiento del PBI alem谩n en 2012 fue de s贸lo 0,7 por ciento, pero en el cuarto trimestre mostr贸 signo negativo. Las inversiones cayeron el a帽o pasado un 1,3 por ciento. Est谩n disminuyendo las exportaciones, que han sido un motor clave de esa econom铆a, tanto por la contracci贸n promovida por Merkel en Europa, como por el ralentamiento de la econom铆a global. El gobierno, entre tanto, promete no cambiar la pol铆tica econ贸mica (ni la alemana, ni la de la UE).
Mientras se conoc铆a que la producci贸n en la Eurozona se redujo un 0,6 por ciento en el 煤ltimo trimestre 2012, y que el desempleo promedio lleg贸 al 11,8 por ciento en noviembre, en la 煤ltima reuni贸n del Eurogrupo se estableci贸 un pacto fiscal que cristaliza los criterios m谩s contractivos en materia de gasto p煤blico para los pr贸ximos a帽os. Los dirigentes del sur de Europa esperan que 鈥揳l menos en el corto plazo鈥 el triunfo de las tendencias que proponen profundizar la 鈥渁usteridad鈥 agrade a los 鈥渕ercados鈥 y por consiguiente bajen las tasas de inter茅s que les cobran.
En Francia, el principal banco del pa铆s, y segundo de Europa, el Cr茅dit Agricole, cuadruplic贸 sus p茅rdidas en 2012. No es buen negocio prestar al sector privado cuando la recesi贸n derrumba la actividad y la rentabilidad productiva. El presidente Hollande ha tratado infructuosamente de promover a nivel de la Uni贸n Europea medidas de est铆mulo al crecimiento y una pol铆tica cambiaria m谩s competitiva.
Jap贸n termin贸 2012 con una ca铆da del producto del 0,4 por ciento en el 煤ltimo trimestre. El nuevo gobierno de Shinzo Abe ha exigido al Banco Central del Jap贸n que expanda la oferta monetaria y estimule la econom铆a. Es una estrategia devaluatoria, que mereci贸 la amonestaci贸n indirecta del G-20, grupo que teme la profundizaci贸n de una 鈥済uerra de monedas鈥 de todos contra todos. Por otra parte, el ministro de Finanzas japon茅s, Taro Aso, transparentando las l贸gicas humanas impl铆citas en la formaci贸n de los tecn贸cratas financieros, recomend贸 a los ancianos japoneses 鈥渜ue se mueran pronto鈥, dado el elevado costo que representa para la seguridad social la manutenci贸n y cuidado de salud de los mismos. Autoridades monetarias de Jap贸n consideraron en estos d铆as insostenible el nivel de la deuda p煤blica del pa铆s.
Gran Breta帽a, que est谩 sufriendo en las 煤ltimas semanas una corrida contra la libra, y cuya deuda acaba de ser degradada por las calificadoras, amenaza, a su vez, con debilitar su relaci贸n con la UE, e incluso ponerla en duda mediante la convocatoria a un plebiscito nacional. A pesar de ser el Banco de Inglaterra el campe贸n mundial de la expansi贸n monetaria, no logra hacer crecer la econom铆a del pa铆s, afectada por los recortes presupuestarios y la saturaci贸n de endeudamiento. Probablemente ning煤n funcionario conservador asocie que el hecho de que los niveles salariales en 2013 sean iguales a los de 2003 鈥損roducto del congelamiento salarial de hecho y la suba de los precios de los alimentos y la energ铆a鈥 puede estar impidiendo cualquier recuperaci贸n econ贸mica cre铆ble.
En Estados Unidos el PBI mostr贸 un crecimiento insignificante del 0,1 por ciento en el 煤ltimo trimestre de 2012. El gobierno evit贸 el 鈥減recipicio fiscal鈥 (conjunto de medidas autom谩ticas de recorte dr谩stico del gasto p煤blico), sin resolver sustancialmente ning煤n problema. Las ideas contractivas siguen pesando fuertemente entre republicanos y parte de los dem贸cratas, lo que traba cualquier acci贸n de est铆mulo efectivo por parte del gobierno de Obama. Entre los dem贸cratas m谩s activistas, en cambio, florecen ideas para atraer nuevamente hacia Estados Unidos las industrias que migraron, y vender cada vez m谩s productos norteamericanos afuera del pa铆s. Si esta visi贸n se impone, EE.UU. saldr谩 pr贸ximamente a competir con dureza por nuevos espacios comerciales.
Algo tard铆amente, el gobierno de EE.UU. ha promovido un juicio por 5000 millones de d贸lares a Standard and Poor鈥檚 por haber realizado maniobras irregulares antes de la crisis de 2008. Este nuevo episodio judicial se suma a otros procesos que ya han demostrado una amplia participaci贸n del sector financiero en actividades ilegales, incluso en detrimento de sus propios clientes. Tambi茅n est谩n bajo investigaci贸n algunos de los principales bancos suizos, por complicidad con los grandes evasores impositivos norteamericanos. Si se considera la manipulaci贸n de la tasa Libor por un grupo de bancos ingleses, y la abundante cantidad de fraudes econ贸micos comprobados en diversos pa铆ses, la conclusi贸n sensata es que se requerir铆a un amplio saneamiento del sector financiero a nivel global para que recupere alguna funci贸n socialmente 煤til.
En Italia el resultado de los comicios generales plantea una compleja situaci贸n pol铆tica. El dato sugestivo es que el candidato de los 鈥渕ercados鈥, Monti, termin贸 cuarto en las preferencias de los italianos. La divisi贸n electoral impide formar un gobierno grato al paladar de los prestamistas internacionales. Tanto por la demagogia berlusconiana, por los pruritos sociales del candidato democr谩tico Bersani, o por el rechazo a la politiquer铆a alejada de los problemas del pueblo, representado por Beppe Grillo, ser谩 muy dif铆cil imponer la 鈥渁usteridad鈥 y las privatizaciones reclamadas por 鈥渓os mercados鈥. Esto se refleja en la creciente dificultad de Italia para conseguir financiaci贸n a tasas razonables.
En Espa帽a la deuda externa aument贸 en forma vertiginosa en 2012 鈥揳gregando 146.000 millones de euros a la deuda ya existente鈥, debido a la estrategia de rescate bancario adoptada y apoyada por la troika (FMI, BCE, Comisi贸n Europea). La velocidad de endeudamiento, impulsada por las tasas que le cobran a Espa帽a los capitales globales, crea fuertes interrogantes sobre el escenario de 2013. Diversos banqueros recomiendan que Espa帽a pida ya un rescate financiero a la UE, dada la masa enorme de vencimientos que ocurrir谩n este a帽o, y las dificultades del gobierno del Partido Popular, a pesar de su vocaci贸n antisocial, de poder alcanzarlas. Si el rescate fuera lo suficientemente grande como para garantizar que Espa帽a pague sus compromisos, lo ser谩 a cambio de una profundizaci贸n de las pol铆ticas recesivas. Ello implicar谩 mayores ataques sociales, que deber谩n ser ejecutados por un gobierno desprestigiado tanto por su actuaci贸n como por los graves hechos de corrupci贸n conocidos recientemente.
En Grecia se suceden las escenas sociales desoladoras, las resistencias de los agredidos, y un clima de creciente malestar y violencia. Sin embargo, el ajuste no parece ser suficiente para que la econom铆a vuelva a crecer alguna vez. Algunos analistas suponen que luego de las elecciones de este a帽o en Alemania 鈥損ara no enturbiar el triunfo de Merkel鈥, Grecia podr铆a entrar en default. Los efectos internos y externos son imprevisibles.
Algo parecido sucede estos d铆as en Chipre, donde estall贸 la crisis bancaria y quedaron a la vista las consecuencias de las graves medidas que le impuso al pa铆s la Uni贸n Europea. Chipre es una econom铆a especializada en transacciones bancarias poco transparentes. El impacto del recorte a los dep贸sitos tendr谩 implicancias para la credibilidad de su banca y se extender谩 como una mancha de aceite hacia el resto de la banca europea.
El este de Europa, del cual poco se habla, tambi茅n est谩 pasando por una dif铆cil situaci贸n econ贸mica y social. El caso extremo, en estos d铆as, ha sido Bulgaria, en donde diversas confrontaciones entre manifestantes por la precaria situaci贸n econ贸mica y las fuerzas policiales han precipitado la ca铆da del gobierno.
El actual salvavidas global, China, est谩 mostrando a comienzos de 2013 el crecimiento m谩s bajo en los 煤ltimos 10 a帽os, con reducci贸n del ritmo de crecimiento industrial. La econom铆a china no est谩 sometida a las mismas pol铆ticas econ贸micas destructivas de Occidente, pero no puede aislarse del declive de sus principales mercados de exportaci贸n, de los que a煤n depende fuertemente.
Mientras tanto, la OCDE, a mediados de febrero, ha exhortado a continuar con las 鈥渞eformas en la seguridad social鈥 y 鈥渞eformar los mercados de trabajo鈥, para impulsar el crecimiento. Insisten en ese dogma, a pesar de que los resultados de la 鈥渞eforma鈥 que se viene aplicando dr谩sticamente en Espa帽a ni crea trabajo ni favorece el crecimiento. El desempleo entre los menores de 25 a帽os supera en Espa帽a el 50 por ciento.
El escenario base para el mundo desarrollado en 2013 es de estancamiento, con tendencias declinantes. Sin embargo, cambios cualitativos en el contexto mundial pueden plantear otros escenarios peores. Si se piensa en alguna 鈥損robable鈥 crisis pol铆tico-social en un pa铆s del sur europeo, que derive en la llegada al gobierno de fuerzas que rechacen el ajuste salvaje, o en un estallido de violencia en Asia, producto de los varios conflictos y rivalidades regionales pendientes, o de la injerencia occidental, la crisis se reciclar铆a en la forma de una mayor contracci贸n de la producci贸n, el comercio, el empleo y tambi茅n en nuevas quiebras bancarias y colapsos crediticios.
Los grandes 鈥渢omadores de decisiones鈥 deber铆an comprender que nos encontramos en un escenario muy fluido, en el que las m煤ltiples tensiones que se vienen acumulando desde hace cinco a帽os pueden desembocar en nuevos desequilibrios 鈥搒ociales, econ贸micos, pol铆ticos鈥. Ni la Uni贸n Europea ni los tecn贸cratas financieros globales cuentan con tiempos infinitos para que funcione la 鈥渕agia de los mercados鈥.
A pesar de la abundancia de propuestas alternativas que permitir铆an revertir el curso de los acontecimientos, no aparecen todav铆a en el nivel pol铆tico los actores capaces de formular una soluci贸n internacional cooperativa, expansiva e inclusiva.
* Director del Programa Interdisciplinario de Seguimiento de la Crisis del Orden Mundial (Pisco), de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
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