Desde hace m谩s de 9000 a帽os que, tras el invenci贸n de la agricultura, la humanidad produce m谩s bienes de los que necesita para reproducirse. A lo largo de la historia las distintas sociedades han organizado la producci贸n, administraci贸n, apropiaci贸n y distribuci贸n del excedente econ贸mico de distintos modos. La administraci贸n olig谩rquica de dicho excedente, es decir su apropiaci贸n en pocas manos, implica necesariamente formas (pr谩cticas, discursos, sistemas de pensamiento) que legitimen dicha apropiaci贸n. En otras palabras, quienes padecen las consecuencias de que el excedente econ贸mico sea manejado por pocos, suelen ver como natural o inevitable tal situaci贸n. En la antig眉edad la mayor铆a de los esclavos pensaba que su condici贸n era natural y que ser esclavizados era lo mejor que les pod铆a pasar. Algo similar pasaba en la Europa feudal entre los nobles y los siervos y vasallos.
En el sistema capitalista neoliberal, dicha legitimaci贸n se construye gracias a un discurso seudocient铆fico que presenta a la escasez y a la eficiencia econ贸mica, que por supuesto se logra con el libre mercado, como 煤nicas categor铆as v谩lidas para pensar la realidad.
No es de extra帽ar que pol铆ticas antipopulares que benefician a peque帽as minor铆as sean presentadas como inevitables y no como proyectos pol铆ticos. Es as铆 que 鈥渁comodar las variables macroecon贸micas鈥, 鈥渟incerar las tarifas y los precios鈥 y 鈥減agar la fiesta y el despilfarro de los gobiernos populistas鈥 sean la avanzada en la disputa por el sentido com煤n de un proyecto pol铆tico que lo que busca es esconder, detr谩s de un discurso tecnocr谩tico, las luchas y las pujas que implica en toda sociedad la producci贸n y apropiaci贸n del excedente econ贸mico.
En las sociedades modernas, un actor central, pero no el 煤nico, es el Estado, que a trav茅s de sus pol铆ticas p煤blicas (impuestos, gastos y (des)regulaciones) interviene en la producci贸n y distribuci贸n del excedente econ贸mico y, por supuesto, de los relatos y discursos que lo legitiman.
Por ejemplo, seg煤n el Centro de Econom铆a Pol铆tica Argentina (CEPA), si cuantificamos la anunciada transferencia directa a los sectores populares v铆a devoluci贸n del IVA a la canasta b谩sica, la ampliaci贸n y actualizaci贸n de la AUH y de los programas Ellas Hacen y Argentina Trabaja representa s贸lo el 17 por ciento del 鈥渁horro fiscal鈥 que soportar谩n familias, industrias y comercios por la quita de subsidios a la electricidad, el gas y el agua. Otros sin embargo gozar谩n de los beneficios de otras pol铆ticas p煤blicas que les permitir谩 apropiarse de mayor parte del excedente econ贸mico. De este modo, la reducci贸n/quita de retenciones, la quita del impuesto de autos de alta gama y el pago de intereses a los fondos buitres implicar谩n una transferencia a los sectores concentrados de m谩s de dos veces y media lo transferido a los sectores populares. El informe concluye que, si se tienen en cuenta los efectos regresivos de la devaluaci贸n, se entregaron 10 pesos a los sectores concentrados por cada peso anunciado a los sectores de menores ingresos.
Dos conclusiones provisorias pueden obtenerse de semejantes datos. La primera es que ni la devaluaci贸n, ni las pol铆ticas p煤blicas, ni las crisis son neutrales, con ellas, algunos ganan y otros pierden. En un sistema de producci贸n y apropiaci贸n del excedente econ贸mico regido por el sistema de precios, cualquier modificaci贸n de los precios relativos (tipo de cambio, salarios reales, intereses, rentas, etc.) implica necesariamente que algunos ganar谩n lo que otros perdieron. Por esto, la determinaci贸n de los precios en una econom铆a es siempre el resultado de una lucha entre actores sociales que pujan a trav茅s de ellos por apropiarse del excedente econ贸mico.
La segunda no es menos importante, los Estados siempre intervienen, tanto en los gobiernos de corte populista como en los neoliberales. El libre mercado que pregonan estos 煤ltimos es un libre mercado provocado, sostenido y garantizado por la intervenci贸n estatal.
Los resultados de la disputa por el excedente a nivel planetario pueden verse en el 煤ltimo informe anual de OXFAM denominado 鈥淯na econom铆a al servicio del 1 por ciento鈥. En un extenso informe publicado en enero pasado (puede consultarse en https://www.oxfam.org) esta prestigiosa organizaci贸n detalla las escandalosas desigualdades y c贸mo el poder y los privilegios se utilizan para ampliar la brecha. Lo que sigue son algunas de sus conclusiones.
En 2015, solo 62 personas pose铆an la misma riqueza que 3.600 millones (la mitad m谩s pobre de la humanidad). No hace mucho, en 2010, eran 388 personas.
La riqueza en manos de las 62 personas m谩s ricas del mundo se ha incrementado en un 45 por ciento en apenas cinco a帽os, algo m谩s de medio bill贸n de d贸lares (542.000 millones) desde 2010, hasta alcanzar 1,76 billones de d贸lares. Mientras tanto, la riqueza en manos de la mitad m谩s pobre de la poblaci贸n se redujo en m谩s de un bill贸n de d贸lares en el mismo periodo, un desplome del 38 por ciento.
Desde el inicio del presente siglo, la mitad m谩s pobre de la poblaci贸n mundial s贸lo ha recibido el 1 por ciento del incremento total de la riqueza mundial, mientras que el 50 por ciento de esa 鈥渘ueva riqueza鈥 ha ido a parar a los bolsillos del 1 por ciento m谩s rico.
Casi un tercio (30 por ciento) de la fortuna de los africanos m谩s ricos, un total de 500.000 millones de d贸lares, se encuentra en para铆sos fiscales. Se estima que esto supone para los pa铆ses africanos una p茅rdida de 14.000 millones de d贸lares anuales en concepto de ingresos fiscales, una cantidad que permitir铆a financiar la atenci贸n sanitaria que podr铆a salvar la vida de cuatro millones de ni帽os y ni帽as, y contratar a profesores suficientes para escolarizar a todos los ni帽os y ni帽as africanos. Oxfam ha analizado 200 empresas, entre ellas las m谩s grandes del mundo y las socias estrat茅gicas del Foro Econ贸mico Mundial de Davos, revelando que 9 de cada 10 tienen presencia en para铆sos fiscales. En 2014, la inversi贸n dirigida a para铆sos fiscales fue casi cuatro veces mayor que en 2001.
Despu茅s de conocer estas cifras, 驴puede alguien decir y argumentar que el problema econ贸mico es la escasez? 驴Puede alguien decir que la distribuci贸n llegar谩 cuando ese 1 por ciento derrame el excedente sobre los m谩s pobres? 驴Puede alguien asegurar que los ajustes en contra de los sectores populares son inevitables fruto de variables macroecon贸micas que estaban atrasadas?
La respuesta a todas estas preguntas y a tantas otras, a pesar de que sea dif铆cil creerlo, es que s铆. S铆 pueden afirmar eso y cuentan para reproducir su relato con la complicidad de los medios hegem贸nicos de comunicaci贸n. Precisamente porque la respuesta es un s铆 rotundo, es que cada d铆a hace falta dar la batalla cultural que intente visibilizar el excedente econ贸mico, las luchas por su producci贸n y apropiaci贸n y, en definitiva, devolverle a la econom铆a la historia, la pol铆tica y la 茅tica que supo tener en sus or铆genes, y que por m谩s que algunos traten de ocultar siempre est谩 presente.
* Docente UNLZ FCS. Colectivo Educativo Manuel Ugarte (CEMU).
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