La promesa es el motorcito que permite desarrollar los v铆nculos personales, los profesionales y los que se construyen entre instituciones o entre pa铆ses. Una parte se obliga a dar o hacer alguna cosa y la contraparte espera que ese compromiso se cumpla. A veces, la promesa es confundida con la ilusi贸n, esa representaci贸n que aparece en la conciencia sin causa real que la motive. En esos casos, lo m谩s probable es que el saldo sea la desesperanza y la sensaci贸n de haber sido enga帽ado. En materia econ贸mica, muchas de las promesas son ilusiones y, pese a ello, una y otra vez una legi贸n creciente de incautos deposita deseos o aspiraciones en discursos que son construcciones te贸ricas que dif铆cilmente se conviertan en realidad. En concreto, las inversiones que prometen liberarse si se cierra un acuerdo por la deuda en default con el Club de Par铆s y las reformas progresistas del FMI con el nuevo titular socialista franc茅s, Dominique Strauss-Kahn, se parecen mucho a ilusiones.
El pasivo impago con el grupo de pa铆ses desarrollados reunidos en el Club de Par铆s por poco m谩s de 6000 millones de d贸lares es un compromiso que tiene la Argentina. Se recibi贸 ese dinero y la obligaci贸n es devolverlo si se quiere ir normalizando las relaciones financieras internacionales. La negociaci贸n tiene que pasar, como en cualquier otra deuda en mora, por las condiciones de la refinanciaci贸n y, en este caso particular, sobre el papel de auditor del FMI que exige ese club de poderosos. Prometer que la clausura de ese cap铆tulo de la deuda impaga es la llave para el arribo de inversiones resulta una excusa pol铆tica para facilitar o presionar el proceso de arreglo con esos acreedores. Como se sabe, las motivaciones en las decisiones de inversi贸n del capital extranjero no est谩n alimentadas por un acuerdo con acreedores. Si bien es mejor tener un horizonte despejado en ese campo, no resulta la clave principal en el flujo de esos capitales. Se trata simplemente de una ilusi贸n presentar un futuro cierre de las negociaciones con el Club de Par铆s como la apertura de la puerta de millonarias inversiones. Como no ser谩 as铆, luego esa ilusi贸n se alentar谩 con la necesidad de ofrecer una propuesta a los bonistas que quedaron fuera del canje. Y despu茅s ser谩 cualquier otra cuesti贸n 鈥渇undamental鈥 para convertirse en un 鈥減a铆s serio鈥, y siempre faltar谩 algo m谩s para terminar de seducir a la esquiva inversi贸n extranjera.
Otra de las promesas que se han presentado con fuerza se refiere a la reforma del Fondo Monetario Internacional para que ese organismo desprestigiado sea 煤til para el desarrollo de los pa铆ses perif茅ricos. Las excesivas expectativas depositadas en la gesti贸n DSK, que recibi贸 el apoyo expl铆cito del Gobierno, desconoce la historia y el actual estado de esa instituci贸n, adem谩s de la extrema dificultad que implica modificar el funcionamiento de una megaestructura burocr谩tica internacional. El viernes pasado se realiz贸 la conferencia 鈥淩eforma del FMI: una perspectiva latinoamericana鈥, organizada por la Fundaci贸n Friedrich Ebert de Argentina y el Grupo F茅nix de la UBA, donde se present贸 un esclarecedor documento elaborado por Roberto Frenkel. En ese paper se presentan los problemas que enfrenta el FMI:
1. No est谩 cumpliendo sus funciones tradicionales y no se vislumbran las nuevas.
2. Los ingresos son insuficientes para cubrir sus costos operativos.
3. No ha jugado un papel relevante en la discusi贸n de los desbalances globales, a pesar de que esa cuesti贸n se encuentran el coraz贸n mismo de la instituci贸n.
4. Adolece de crisis de legitimidad.
5. Se desconf铆a de su orientaci贸n intelectual y de la calidad de sus recomendaciones de pol铆tica.
En las soluciones a esos problemas, con ese diagn贸stico compartido por diversos analistas, Estados Unidos es el actor que define la orientaci贸n m谩s all谩 de que la titularidad del organismo recaiga en un europeo y, en esta oportunidad, en un socialista con ansias de reforma. Por ahora, el due帽o del circo no ha manifestado intenci贸n de encontrarle sentido al funcionamiento del FMI, m谩s a煤n cuando una de las cuestiones m谩s relevantes 鈥搇os desbalances globales鈥 lo tiene como principal responsable. Por el contrario, Frenkel explica que Estados Unidos ha sumado al FMI en la orientaci贸n que tiene sobre ese tema: 鈥淩esponsabilizar a la pol铆tica cambiaria de China y a otros pa铆ses superavitarios por el problema, y presionar para que las supuestas medidas correctivas sean adoptadas exclusivamente por dichos pa铆ses鈥. Y agrega: 鈥渜ue el FMI est茅 ausente de las grandes cuestiones financieras internacionales que afectan a Estados Unidos y los pa铆ses desarrollados est谩 lejos de ser una novedad. El FMI ha sido una instituci贸n enfocada en los pa铆ses en desarrollo y controlada por Estados Unidos鈥. Frenkel, que es uno de los economistas locales m谩s destacados, arrib贸 a una conclusi贸n que transforma la promesa de una eventual reforma del FMI en desilusi贸n: 鈥淢谩s de lo mismo鈥, sostuvo.
Argentina puso en rid铆culo al FMI, a su staff ejecutivo y a sus t茅cnicos. Y el resto de los pa铆ses, con los antecedentes de las traum谩ticas experiencias de las crisis de Rusia, Argentina y Turqu铆a, coincidi贸 en reducir la vulnerabilidad frente a la volatilidad de los flujos de capital y los shocks externos negativos. Para ello, la pol铆tica que aplicaron fue la de una flotaci贸n administrada del tipo de cambio, acumulaci贸n de reservas y super谩vit de cuenta corriente. Frenkel se帽al贸 que 鈥渓a doctrina oficial del FMI no parece reconocer las virtudes del nuevo contexto para los pa铆ses en desarrollo y sigue recomendando pol铆ticas macroecon贸micas de flotaci贸n pura e inflation targeting鈥. Esto significa apreciaci贸n del tipo de cambio y dejar de acumular reservas, con la consiguiente reducci贸n del super谩vit de cuenta corriente y de la tasa de crecimiento. O sea, preparar el camino para otra crisis. Por ese motivo, Frenkel apunt贸 con inteligencia que 鈥渟igo pensando que, por ahora, al Fondo es mejor tenerlo lejos鈥.
En concreto, las dos promesas 鈥搃nversiones luego de acordar con el Club de Par铆s y la reforma del FMI鈥 se unen en la ilusi贸n de que el Fondo firmar谩 un cheque en blanco al actual programa argentino. Ese aval 鈥搒e sostiene鈥 brindar谩 v铆a libre para definir un convenio por la deuda acumulada con las naciones que integran el grupo de los poderosos. En los hechos, el Fondo dar谩 su veredicto en los tradicionales informes anuales del denominado Art铆culo IV, que dif铆cilmente sea elogioso. Despu茅s, en el mejor escenario, el Club de Par铆s podr谩 abrazarlo para justificar un acuerdo de refinanciaci贸n, m谩s como gesto formal y pol铆tico que como respaldo al plan. As铆 quedar谩 otra vez en evidencia que el actual esquema de poder y la concepci贸n sobre la econom铆a que tiene el FMI siguen siendo los conocidos. Como lo expres贸 Frenkel: 鈥淢谩s de lo mismo鈥.
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