Las acciones y los bonos se encuentran en valores record. El Ãndice MerVal superó los 1700 puntos que Néstor Kirchner pronosticó para fin de año. A mediados de julio, esa proyección era optimista. Para algunos operadores, incluso, el cálculo lucÃa exagerado. Pero lo cierto es que se fueron dando las circunstancias para que los activos financieros se revalorizaran. En el microcentro creen que los papeles todavÃa tienen espacio para sostener esa tendencia ascendente.
Desde que Kirchner hizo su pronóstico en la jornada de festejo del 151º aniversario de la Bolsa, el MerVal lleva ganado el 15 por ciento. Mucho mejor les fueron a los bonos surgidos en la reestructuración de la deuda. Los Discount y los Par acumulan una ganancia de alrededor del 30 por ciento. Frente a este panorama, ¿cuáles son las perspectivas que se abren en el mercado?
Lo primero que debe mencionarse es que hubo una fallida apreciación por parte de quienes percibieron que, tras declarar desierta la licitación de Boden 2015, habrÃa problemas para buscar financiamiento más adelante. Es imposible predecir si finalmente el costo será más bajo que el pretendido por EconomÃa. Pero desde que se tomó la decisión, los bonos siguieron quebrando record, lo que deberÃa abaratar la operación. El contexto internacional ayuda a que asà sea: hay una enorme liquidez en el mercado financiero y las bajas tasas de interés en Estados Unidos y Europa atraen los capitales hacia los emergentes.
A ese escenario se le agregan los datos propios de la Argentina, que también están funcionando como imán para los financistas.
n La mayor inflación de septiembre potenció el ingreso de capitales. Los corredores buscan una ganancia fácil con los bonos del canje, que ajustan con el CER. La expectativa de los operadores es que los precios seguirán ajustándose hasta fin de año. En especial durante diciembre, por cuestiones estacionales. En algunos bancos de primera lÃnea trabajan bajo la hipótesis de que la inflación minorista se mantendrá en torno del 1 por ciento mensual.
n Frente a este escenario de masivo ingreso de capitales en un contexto de aumento de precios, hay operadores convencidos de que, tras las elecciones, el Gobierno dejarÃa caer el dólar a un piso de 2,80 pesos. Especulan que esa medida servirÃa para enfriar las expectativas inflacionarias. Esta posibilidad, que unos meses atrás habÃa sido barajada en el Banco Central, fue desechada por Roberto Lavagna.
n En el microcentro están atentos a otra circunstancia: la próxima negociación con el Fondo Monetario. Algunos creen que habrá una fuerte presión del FMI para habilitar una apreciación del peso frente al dólar. En los despachos oficiales tienen en cuenta que, más allá de los perjuicios por la eventual baja del dólar, la medida exacerbarÃa el ingreso de divisas, provocando un cÃrculo vicioso.
n Respecto de las acciones, los inversores estiman que la tendencia positiva continuará, especialmente con los papeles de los bancos.
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