Después de dos años de ajustes continuos, Estados Unidos estarÃa a un paso de detener el proceso alcista de la tasa de interés de corto plazo. En Wall Street y en la city están convencidos de que dentro de diez dÃas será la última vez, en este ciclo, que la Reserva Federal (banca central estadounidense) suba la tasa. De concretarse, será una buena noticia para la Argentina.
El consenso es que habrá un retoque el próximo miércoles 10, y que una vez que la tasa de corto se ubique en el 5 por ciento, la FED quitará el pie del acelerador. La última semana, el titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dio señales de que serÃa asÃ, aunque dejó la puerta abierta a que continuarÃa con las subas en caso de que se detecten presiones inflacionarias. ¿Habrá tensiones con una economÃa que está creciendo al ritmo más acelerado de los últimos años, impulsada básicamente por el auge del consumo interno, tal como quedó establecido con los últimos datos oficiales conocidos hace 48 horas? Los operadores se siguen jugando a que la tasa subirá un cuarto de punto más y se quedará estacionada en el 5 por ciento anual durante un tiempo.
El hecho de que Estados Unidos detenga la suba de la tasa no debe pasar inadvertida para la Argentina. Es cierto que a diferencia de la década pasada ahora no se necesita cubrir enormes baches financieros. La reestructuración de la deuda y el pago al Fondo Monetario aliviaron notablemente esa carga, al menos en el corto plazo. Pero la verdad es que un fuerte ajuste en los Estados Unidos terminarÃa por impactar negativamente sobre la economÃa de mercados emergentes como el argentino. Es lo que sucedió históricamente. Un escenario internacional positivo como el actual propició, además de beneficios financieros como el canje de la deuda, altos precios en los commodities exportados por la Argentina.
Desde el punto de vista del impacto financiero inmediato, la señal de Bernanke no traerÃa grandes cambios. Desde que el Banco Central alertó sobre transacciones irregulares con los bonos, los negocios en la city se pincharon. Respecto de hace un par de meses, el volumen de operaciones con papeles de la deuda cayó 60 por ciento, y los financistas afirman que poco cambiará hasta que la autoridad monetaria aclare la cuestión.
Seguros de que la Reserva Federal no les deparará demasiadas sorpresas, los corredores pusieron la mirada sobre otras dos cuestiones.
n Por un lado, la evolución de la inflación. La principal atracción de los inversores son los tÃtulos públicos en pesos indexados. La mayor parte de los negocios con bonos se están concentrando en esos papeles. A mayor inflación, mayores ganancias.
n En segundo término, la lupa está puesta sobre lo que ocurre en China. Ese paÃs acaba de subir las tasas de interés, lo que podrÃa enfriar la marcha de la economÃa. No hay que olvidar dos cosas: China es una aspiradora de bonos estadounidenses y una gran demandante de commodities. Si tuviera menos liquidez disponible, esa situación marcarÃa un cambio decisivo en el mercado.
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