Aunque uno de los elementos salientes de los reg铆menes de metas de inflaci贸n como el que est谩 siendo instalado en el Banco Central es su pretensi贸n de transparencia, la flamante Comunicaci贸n A5899 no mereci贸 comentario alguno de las nuevas autoridades. La medida aprobada el jueves pasado por los directivos de la autoridad monetaria profundiz贸 la liberalizaci贸n del mercado cambiario iniciada con la devaluaci贸n de mediados de diciembre. La extensa normativa impulsada por el presidente del organismo, Federico Sturzenegger, es la respuesta a los reclamos y pedidos realizados por los distintos grupos de presi贸n empresariales y bancarios que emergieron como complemento al desmantelamiento inicial del esquema de regulaciones cambiarias. Facilidades para la fuga de capitales, flexibilizaci贸n de las exigencias para la liquidaci贸n de divisas generadas por los exportadores y eliminaci贸n del techo de 2 millones mensuales para las operaciones inmobiliarias son algunos de los elementos incorporados por el BCRA.
La necesidad de avanzar en el proceso de desregulaci贸n refleja que, a pesar de la aparente estabilidad lograda con esos cambios, el mercado cambiario no est谩 normalizado. Desde la oferta no llega el flujo de divisas comprometido por el complejo agroexportador que puja, junto con algunos sectores industriales, por un precio m谩s alto para el d贸lar. Tampoco ingresan las inversiones extranjeras y los d贸lares financieros lo hacen a cuentagotas en un contexto internacional donde se reinstala la incertidumbre. Por su parte, la principal fuente de demanda de moneda extranjera, la importaci贸n, permanece planchada por aspectos estacionales y por la incertidumbre alrededor del mercado interno. Como resultado de las crecientes presiones sobre el precio del d贸lar y la ausencia de intervenci贸n del BCRA para evitar mayores movimientos, la divisa cerr贸 la semana en su m谩xima cotizaci贸n hist贸rica: 14,55 pesos, una suba de 4,9 por ciento en los 煤ltimos treinta d铆as y 47,9 por ciento desde que se 鈥渓evant贸 el cepo鈥.
Como el gobierno de Mauricio Macri est谩 determinado a obtener los d贸lares necesarios a trav茅s del endeudamiento, el primer parche que lograron las autoridades econ贸micas fue un cr茅dito de corto plazo por 5000 millones de d贸lares con los bancos extranjeros HSBC, JP Morgan Chase, Santander, BBVA, Deutsche Bank, Citigroup y UBS. Esas divisas le permitieron al BCRA inflar sus reservas de manera temporaria. Superaron los 30.000 millones de d贸lares pero desde ese momento volvieron a mostrar una lenta pero sostenida trayectoria declinante.
Entre los paliativos para enfrentar un mercado cambiario que no se normaliza pero donde se multiplican los reclamos sectoriales, la normativa A 5899 flexibiliz贸 los plazos para que los exportadores liquiden en el mercado cambiario las divisas producidas por sus operaciones. Las modificaciones le permiten a las empresas especular con el precio del d贸lar ya que podr谩n mantenerlas en su poder m谩s tiempo. A cambio, esas divisas ser谩n depositadas en cuentas en moneda extranjera de las compa帽铆as que el BCRA podr谩 computar en su stock de reservas internacionales. Sin embargo, ese aumento no se traducir谩 en una mejora de su margen de maniobra para intervenir en la plaza cambiaria.
La liberalizaci贸n le ofrece as铆 al BCRA beneficios de corto plazo que suman factores de vulnerabilidad al frente cambiario. Mientras las expectativas de devaluaci贸n est茅n contenidas, la fuga de capitales no representar谩 un problema significativo pero las innovaciones incorporadas en la comunicaci贸n A 5899 rehabilitan al mercado inmobiliario como v铆a para esas operaciones. La eliminaci贸n del l铆mite de los dos millones de d贸lares mensuales para las operaciones inmobiliarias (urbanas o rurales) no solo implica dar por tierra con los escasos pasos datos en materia de desdolarizaci贸n sino que reactiva la posibilidad de fraguar transacciones de compraventa de inmuebles para exceder las restricciones.
El proceso en marcha es un requisito para convertir al endeudamiento externo en la principal fuente generadora de divisas ya que, en un escenario de ca铆da de precios internacionales y insuficiencia global de demanda, dif铆cilmente la devaluaci贸n se traduzca en un salto exportador. Recurrir al financiamiento externo para obtener divisas es una alternativa v谩lida. Hacerlo indiscriminadamente sin un marco regulatorio que oriente y administre esos flujos amplifica la vulnerabilidad del pa铆s y pone en riesgo al resentido mercado interno. Las regulaciones cambiarias y de la cuenta capital son instrumentos relevantes de pol铆tica macroecon贸mica y no medidas extraordinarias de 煤ltimo recurso. La regulaci贸n de la cuenta capital no es un fin en s铆 mismo, sino que est谩 subordinada a los objetivos de crecimiento, industrializaci贸n, creaci贸n de empleo y redistribuci贸n del ingreso.
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