Hay amores que matan. La atracci贸n que ha ejercido el franco suizo sobre inversores globales desde que se desatara la crisis financiera del 2008 se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para la econom铆a de ese pa铆s. La incertidumbre que generan el euro y el d贸lar como reservas de valor ha llevado a que los mercados busquen nuevos horizontes donde refugiarse hasta que se aclare el panorama. El franco suizo, junto con el oro y el yen, se han convertido en oasis transitorios hacia donde los capitales fluyen y reposan a la espera de nuevas oportunidades. Pero tanto cari帽o financiero no es inocuo. El aluvi贸n de divisas recibido durante estos 煤ltimos dos a帽os ha llevado a una apreciaci贸n de la moneda helv茅tica frente al euro estimada en el orden del 40 por ciento, afectando tanto la producci贸n como el nivel de empleo suizo. Entre los damnificados por este mal se encuentran los trabajadores helv茅ticos nucleados en la Uni贸n Sindical, que han alertado que la fortaleza artificial del franco frente al euro amenaza la estabilidad de cerca de 100.000 empleos.
El economista en jefe de esta asociaci贸n gremial, Daniel Lampart, grafica el desfasaje que existe entre el sector financiero y la econom铆a real se帽alando que las transacciones cambiarias que comprenden diariamente a la divisa helv茅tica suman unos 40.000 millones de francos suizos, mientras el intercambio de bienes y servicios ligados al franco s贸lo alcanzan los 1000 millones de francos. Ante este cuadro, los gremios suizos han propuesto gravar la compraventa de divisas para desincentivar maniobras especulativas que producen estas distorsiones. Frente a una situaci贸n similar ocurrida en la d茅cada del 鈥70, el gobierno suizo impuso grav谩menes a los dep贸sitos de no residentes que resultaron en tasas de inter茅s negativas.
Para dimensionar el alcance de la situaci贸n, un informe del banco de inversi贸n Goldman Sachs calific贸 al franco 鈥渃omo la moneda m谩s sobrevaluada en la historia moderna鈥, calculando en un 71 por ciento el nivel de apreciaci贸n de la misma respecto a los valores que su econom铆a real justificar铆a. Con este panorama, el gobierno suizo decidi贸 apoyar a las empresas afectadas por la apreciaci贸n de la moneda otorgando subsidios por un monto cercano a los 1700 millones de euros, explicando que la medida ten铆a como objetivo central 鈥渟alvar empleos鈥. Por su parte, el Banco Central suizo reconoci贸 la necesidad de intervenir dr谩sticamente se帽alando que la fuerte apreciaci贸n amenaza con crear un proceso recesivo y deflacionario.
La situaci贸n de la autoridad monetaria es muy compleja. Por un lado, bajar las tasas de inter茅s resulta insuficiente para frenar el ingreso de divisas, ya que el mismo no se origina solamente en un diferencial de tasas, sino en la huida por parte de inversores de otros activos financieros considerados riesgosos. Por el otro lado, la capacidad de intervenir en el mercado cambiario por parte de la autoridad monetaria se ve limitada debido a que la ca铆da del euro ya le ha provocado p茅rdidas a esa instituci贸n por casi 15.000 millones de d贸lares, debido a las compras de esa moneda que realizara entre fines del 2008 y junio del 2010.
Para enfrentar estos cataclismos, a principios de agosto las autoridades suizas lanzaron una ofensiva monetaria in茅dita en sus proporciones inyectando, en s贸lo diez d铆as, liquidez al mercado por una suma equivalente a nada menos que 20 por ciento del Producto Bruto Interno, prometiendo esta semana aumentar a煤n m谩s la emisi贸n de dinero. En un intento desesperado por frenar el ingreso de capitales, el vicepresidente de la autoridad monetaria dej贸 entrever que la divisa helv茅tica podr铆a atarse al euro para contener su apreciaci贸n, pese a que unos d铆as antes el propio presidente del Banco Central suizo, Philipp Hildebrand, hab铆a se帽alado que pegar el franco suizo en forma permanente al euro resultaba incompatible con el mandato constitucional de conducir la pol铆tica monetaria y cambiaria en forma soberana
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