Las ruinas de la antigua Biblioteca de AlejandrÃa están hoy bajo el mar egipcio. A pocos metros se encuentra su versión moderna, que hace unos dÃas fue sede de WikimanÃa 2008. AhÃ, en ese sÃmbolo histórico de lo que pueden hacer la cultura y la ignorancia, se desarrolló el encuentro anual de la comunidad wiki. Sin pirómanos a la vista pero con un temario urgente, se debatió alrededor de las posibles formas de corregir la Wikipedia, se presentaron nuevos mecanismos para buscar y elaborar contenido de manera cooperativa y no faltaron las polémicas entre distintas corrientes de la cultura libre. Hubo, además, un final para entusiasmarse, porque en el acto de cierre se presentó oficialmente la próxima edición del evento, que tendrá lugar en Buenos Aires el año que viene.
Lejos ha quedado la época en que tipos de traje remendado tocaban timbre para ver si alguien les querÃa comprar una enciclopedia en cuotas. El éxito de las wikis –colecciones de páginas web en las que cualquiera puede contribuir o hacer modificaciones– están alterando la lógica: Wikipedia, al igual que sus proyectos hermanos (wikiversidad, wikinews, etc), es gratis y de libre acceso y se financia a través de una fundación sin fines de lucro llamada Wikimedia. Hay incluso paÃses que tienen su propia filial, y de hecho el staff nacional ya saca balances sobre las recientes conferencias. “Esta vez se hizo hincapié en la necesidad de alcanzar a las zonas más pobresâ€, recalca Patricio Llorente, presidente del capÃtulo local. Según cuenta, hay indicios de que el uso educativo de Wikipedia está dando resultados impresionantes en las versiones distribuidas por CD o en formato impreso, que llegan donde no hay conexión a la red.
Por su parte, la mayorÃa de los analistas coincidieron en que una de las preocupaciones que recorrieron las salas tuvo que ver con las dificultades para administrar “proyectos abiertosâ€. El ejemplo más ilustrativo es precisamente Wikipedia. Desde su inicio, en 2001, se transformó en uno de los sitios más visitados, y actualmente contiene colaboraciones en más de 250 idiomas. Su arma más potente fue siempre la posibilidad de permitir que los lectores pudieran escribir sus propias entradas y corregir otras. Sin embargo, esa apertura ha empezado a mostrar su lado más inquietante.
No es casualidad que uno de los ejes de las discusiones haya sido una aplicación que se está utilizando para evitar los ataques que sufren permanentemente los textos en alemán. La herramienta se llama FlaggedRev, que viene a significar algo asà como “revisión marcadaâ€. Si su uso se generaliza, definitivamente inaugurará una nueva etapa, porque demorará la publicación de los aportes que hagan los usuarios no registrados hasta que pasen por la revisión de alguien confiable.
Como informa Llorente, mientras esas nuevas ediciones no se encuentren chequeadas, “los visitantes ocasionales no verán los cambios introducidos en el artÃculoâ€. Ahora bien: ¿cómo se hace la selección de estos revisores? Aún no hay una respuesta definitiva. Encima, en el mundo hispanoparlante el horno no está para bollos, ya que hay fuertes cruces por las restricciones que Wikipedia le habrÃa puesto a Rebelion.org. Sue Gardner (directora ejecutiva de la fundación Wikimedia) levantó el guante a propósito de este tipo de incidentes en una de las charlas de la semana pasada, al contrastar la crispación de algunos con lo que para ella es una organización que se mantiene horizontal. “A pesar del crecimiento espectacular que hemos tenido, nunca vi autoridades con menos poder que las nuestrasâ€, bromeó.
En un tono similar opinó Jimmy Wales, el fundador de Wikipedia. “La clave acá es trabajar el concepto de comunidad –sentenció–. Existen sites de interés comercial que tienen comunidades, como YouTube o Ebay. En esos casos siempre está ‘la organización’ por un lado y ‘el público’ por otro. Acá es diferente. No debe haber diferencia entre la institución y los usuarios, y esa caracterÃstica es parte de nuestro espÃritu.â€
El barbudo cuarentón –que está muy enchufado con Wikia, su empresa web– recalcó que nota cierta repetición en los conflictos sobre quién tiene autoridad para cambiar entradas y en las disputas acerca de cómo se tiene que regular a los usuarios molestos. “En este punto es clave que se intercambien experiencias entre personas de diferentes regiones, porque los casos tienden a parecerse bastante. Lo que uno ya superó les puede servir a los demásâ€, destacó. En efecto, se espera que en los próximos meses se habilite una base de datos de voluntarios, para que puedan intercambiar conocimientos y modos de gestión. También se anunció que se está estudiando la posibilidad de empezar a financiar a equipos de usuarios que se propongan cumplir objetivos puntuales. Señales de que la cosa marcha.
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