Martes, 23 de septiembre de 2014

Por Cristian Vitale

Se conocieron en Córdoba no mucho tiempo atrás: dos años. El daba un concierto junto a Carlos Aguirre, el Negro, y ella lo fue a escuchar. Esperó que terminara y –típico– le regaló un disco. A él le gustó y le devolvió el gesto en un concierto que ella dio en Buenos Aires. El, Quique Sinesi, y ella, Guadalupe Gómez, iniciaron así una amistad musical –y humana– que determinó un dúo sólido y un disco espléndido: Canción hacia vos. “El encuentro se dio de una manera natural y fluida”, encabeza Gómez, cantante y compositora cordobesa, mientras cuenta que la cosa empezó con un mail que le mandó Sinesi con la versión instrumental de “Cada vez que siento tu amor” y que se enamoró de la melodía: “Sentí que las frases ya estaban cantadas, sólo había que estar atenta y escuchar la poesía que latía”, agrega la cantautora. “Yo siempre tuve la idea de hacer composiciones propias y originales para guitarra y voz, y encontré en Guadalupe una compañera ideal. Sí, comencé a enviarle temas con melodías reconocibles y lugar para crear y de ahí no paramos más. Yo le enviaba la música y ella me la devolvía con sus poesías y voz”, agrega Sinesi, sobre los prolegómenos de un final en forma de disco que el dúo estrenará en vivo mañana en Café Vinilo (Gorriti 3780).

Un disco homogéneo, transparente y bello que no escapa a su lógica inicial: –casi– todas músicas de Sinesi, arropadas con –casi– todas letras y voces de Guadalupe. Y alguna excepción que no altera la regla, claro: “Mulher da mar” y “Los amantes”, por caso, ambas bajo la égida estética de Guadalupe. “‘Los amantes’ es una canción que grabé en mi disco pasado y de todo ese disco, siempre la que más amé. Una canción donde se juntaron en mí un cuadro de Chagall, Paolo y Francesca condenados a girar abrazados en uno de los círculos del infierno por toda la eternidad en La Divina Comedia, y los fuegos que se encienden cuando uno ama y se sabe frágil, ante el misterio de la vida y de la muerte”, profundiza ella, sobre el nudo de una de las catorce piezas que pueblan el disco. Un disco que, dicho está, se gestó de un fluido intercambio “virtual”, que partía de las músicas instrumentales de Sinesi y volvía trascrito por la sensibilidad poética de Gómez. “Una vez que se armó el material decidimos meternos al estudio y fuimos grabando de a poco durante casi un año”, comenta Sinesi, que también aportó “excepciones”: temas que sólo llevan su firma, como “Okayoma”, que compuso durante una gira por Japón junto al mismo Negro Aguirre. “Es parte de Siete sueños, disco que saldrá en breve en Argentina y que está inspirado en las siete ciudades que recorrimos. De cada una, traté de reflejar en sonidos algunos recuerdos, gentes, paisajes y situaciones, y ésta es una”, agrega el guitarrista.

–“Alas desplegadas”, como buena parte del resto del disco, sí la compusieron juntos. ¿Hay forma de ponerla en palabras?

Quique Sinesi: –Originalmente compuse este tema dedicado a Markus Stockhausen, un músico que admiro desde hace tiempo y con quien tuve la suerte de grabar en Alemania. También lo grabé en Argentina con otro admirado amigo: Marcelo Moguilevsky. Y ahora estoy muy feliz con esta inspirada versión de Guadalupe.

Guadalupe Gómez: –Para mí en sus acordes vibra el último fulgor del crepúsculo, y la sentí como la despedida de alguien que viaja hacia donde no sabemos, pero en la música, en el arte, y en todo lo que hacemos desde lo profundo de nuestro espíritu y que, a veces, vislumbramos.

–¿Por qué Canción hacia vos? ¿Hacia quién?

Q. S.: –Hacia mi hijo. Es una canción que compuse para él, pero preferí no decirle mucho a Guada sobre la inspiración de cada tema para no limitar su imaginación y que origine algo nuevo y fresco. Canción hacia vos puede ser hacia cada uno que desee escuchar, sumergirse en la música y la poesía. Sería como una carta en forma de canción.

G. G.: –Antes de haberla escuchado, incluso, ya me encantaba ese título, por la idea del movimiento, de la comunicación, de aquello que tiende hacia algo.

–El tono calmo e introspectivo de las canciones debería tener alguna explicación. ¿La tiene?

G. G.: –Creo que esto también se dio naturalmente, sin haberlo premeditado. Son las canciones de Quique que a mí más me conmovieron, y para las que pude encontrar palabras y voz, y un par de canciones mías que él eligió tocar. De ahí en más fue encontrarnos tocándolas, desde la identidad estética de cada uno, sin prácticamente haber intervenido esa corriente continua.

Q. S.: –La sonoridad de voz y guitarra ya genera un tono introspectivo, además de la música y las letras, claro, que se basan en el amor, la vida, la muerte... en una búsqueda de belleza.

–¿Por qué no incluyeron ninguna versión “ajena”? El detalle no es para nada menor, en el contexto de la música popular de hoy.

G. G.: –A ver. Ambos compartimos un gran amor por la música de Spinetta y llegamos a tocar algo de él en vivo, pero el disco se gestó a partir de la música de Quique y las letras que yo escribí para esas músicas, así que eso fue lo que plasmamos en el estudio. Sólo eso.

Q. S.: –Y creo que, definitivamente, teníamos algo que decir desde nuestras composiciones. Son como un cuadro propio.

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