Premiado en el Festival de Sundance y el Hot Docs de Canad谩 (uno de los festivales de punta en el rubro documental), exhibido en selecci贸n oficial de la Berlinale tres a帽os atr谩s, A Film Unfini-shed no es un 鈥渄ocumental de montaje鈥, g茅nero m谩s o menos habitual, sino uno de desmontaje. Lo cual no es tan frecuente, pero cuenta con alg煤n exponente notorio, como el cineasta checo-alem谩n Harun Farocki. En forma muy reciente (fines de los 鈥90) se descubri贸 que todo el material de archivo sobre el gueto de Varsovia que circula en el mundo entero desde fines de la Segunda Guerra, al cual se le hab铆a atribuido la condici贸n de 鈥渄ocumental鈥, fue filmado por los propios nazis con fines propagand铆sticos. Eso se sospechaba. Lo que no se sab铆a, y mucho menos se hab铆a probado, es que muchos fragmentos estaban meticulosamente puestos en escena, dirigidos y actuados por un equipo de rodaje. Y que hab铆an sobrevivido, arrumbados en un dep贸sito jam谩s requisado.
Dirigido por la realizadora israel铆 Yael Hersonski, A Film Unfini-shed ordena, expone y analiza, por primera vez de modo integral, ese material de archivo, practicando as铆 la reconstrucci贸n, el desmontaje, de lo que las SS montaron durante unas semanas de 1942, con la intenci贸n de hacer ver al mundo un gueto enteramente fabricado. A Film Unfinished (Un film inconcluso) debe su t铆tulo a que esa pel铆cula, supervisada en forma directa por Heinz Auerswald 鈥揳bogado y komissar de las SS, a cargo del gueto鈥, no lleg贸 a terminarse: el Reich cay贸 antes de que eso sucediera. Sistem谩tica y minuciosa, Hersonski reproduce cada uno de los cuatro rollos rodados a lo largo de un mes por los nazis, filmando, en cada ocasi贸n, la lata que lo contiene, la etiqueta con el t铆tulo (Das Ghetto), el n煤mero de rollo y el acto mismo de colocar el carrete y proyectarlo.
Es l贸gico que Hersonski se tome ese trabajo. No s贸lo para documentar meticulosamente la existencia de ese material invalorable sino tambi茅n como modo de poner en im谩genes aquello de lo que la pel铆cula habla: toda imagen responde a un proceso de construcci贸n, a una mec谩nica de la manipulaci贸n. 鈥溌緾贸mo puede una imagen, filmada desde el punto de vista del victimario, reflejar la realidad de la v铆ctima?鈥, se pregunta Hersonski en off. Por alg煤n motivo (驴perversidad, un secreto orgullo tal vez, la contraproducente voluntad de registrarlo todo?), los cameramen de Das Ghetto no dejaron de filmar esos fantasmas pura piel y huesos que vagaban por el gueto con sus abrigos ra铆dos, los muertos de hambre tirados en la vereda, la imagen terrible y persistente de la madre con un ni帽o en brazos, que reclama a gritos un mendrugo de pan.
驴C贸mo sabemos qu茅 es lo que pide, si los fragmentos son mudos? Porque un ex vecino reconoce a la mujer y recuerda su ruego cotidiano. Hersonski no proyecta Das Ghetto s贸lo para el espectador com煤n sino para cinco espectadores muy especiales: se trata de sobrevivientes septuagenarios, a quienes el espectador observa mirar im谩genes que les traen recuerdos que no quisieran tener. 鈥溌縌u茅 hago si veo a alg煤n conocido?鈥, se pregunta una mujer frente a la pantalla. Otros se tapan los ojos ante las que tal vez sean las im谩genes m谩s conocidas de este film de propaganda que lleva en s铆 su antipropaganda: las de las fosas comunes sobre las que los verdugos revolean, desliz谩ndolos por el tobog谩n m谩s siniestro que pueda imaginarse, cuerpos que ya son puro hueso.
鈥淪铆, ahora lo recuerdo鈥, admite alguien que no es precisamente la voz de una v铆ctima. Se trata de Willy Wist, camar贸grafo que, seg煤n todo lo indica, ser铆a el autor de esas im谩genes. Y a quien, en los 煤nicos fragmentos ficcionales de A Film Unfinished, encarna Rudiger Vogler, protagonista de Alicia en las ciudades y En el transcurso del tiempo, de Wim Wenders. 鈥淓n alg煤n momento empez贸 a circular el rumor de que nos iban a trasladar a todos鈥, dice una voz. 鈥淓s el fin鈥, anunci贸 a sus allegados Adam Czerniakow, presidente del Judenrat (el Consejo Jud铆o, en el que los jerarcas nazis delegaban amablemente la ejecuci贸n de su 贸rdenes). Era el 23 de julio de 1942, d铆a en que Czerniakow (cuyo desgarrador diario privado tambi茅n forma parte del off de A Film Unfinished) se peg贸 un tiro. La oficialidad acababa de informarle que al d铆a siguiente comenzaban los traslados a los reci茅n inaugurados campos de exterminio.
En un rollo, un par de ni帽os hambrientos observan trozos de carne en la vidriera de una carnicer铆a. Unos rollos m谩s adelante se ve la misma toma desde otros 谩ngulos. Hasta llega a verse a un 鈥渁sistente de direcci贸n鈥 (de uniforme, claro), d谩ndoles indicaciones. Hay en Das Ghetto im谩genes semimontadas, como unas en las que gente hambrienta pide unas monedas que jud铆os ricos, especialmente vestidos para la ocasi贸n, les niegan. Y hay im谩genes montadas por completo, como el inminente m茅nage-脿-trois 鈥搒igno de la decadencia moral del jud铆o rico鈥 que en un interior impecable sugieren dos mujeres y un hombre, mientras toman t茅. O el abarrotado restaurante en el que elegantes comensales, descendientes de David, dan cuenta de todos los manjares de este mundo, mientras afuera desfilan aquellos cad谩veres vivientes.
Ahora s铆, lo que quer铆a pasar por documental queda develado en su condici贸n de constructo, la ficci贸n cinematogr谩fica se torna m谩s perversa que nunca, un pu帽ado de espectadores puede recordar la verdad que yace detr谩s de ella y para el resto queda claro que, como dijo alguna vez Brian de Palma, el cine puede ser la mentira a 24 cuadros por segundo. A Film Finished, entonces.
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