De todos los factores que han sostenido y sostienen el 鈥渕undo del arte鈥 en nuestra sociedad, la figura del artista parece la m谩s s贸lida y duradera, m谩s a煤n que las obras mismas: sigue creciendo en el imaginario social y amenaza desbordar antiguas barreras de g茅nero, raza y clase. La acepci贸n m谩s difundida del t茅rmino 鈥渁rtista鈥 refiere hoy al universo de las artes visuales, en tanto que hasta hace algunas d茅cadas se aplicaba de preferencia a los actores y actrices de teatro y de cine, cantantes, m煤sicos. La excepcionalidad de los artistas, el enigma que los rodea, se sostiene en un di谩logo entre su manera de presentarse 鈥搚 autorrepresentarse鈥 y lo que otros actores (mercado, cr铆tica, p煤blico, instituciones) construyen a su alrededor.
Desde la antig眉edad se han tejido sobre la figura del artista im谩genes y leyendas que est谩n en el entramado mismo de la historia del arte. Sin embargo, en los textos que nos han llegado de poetas, fil贸sofos, ret贸ricos, historiadores de la antig眉edad griega y romana, conocedores y admiradores de numerosas obras de pintura y escultura, la figura del artista visual no fue objeto de reflexi贸n ni despert贸 particular inter茅s. Escultores y pintores fueron considerados como trabajadores manuales (banausos), portadores de una serie de saberes y t茅cnicas racionalmente organizados (techn茅), una actividad mucho menos prestigiosa que la de poetas, fil贸sofos o m煤sicos. No era el genio creador sino la pericia en la observaci贸n de la naturaleza y el manejo de los materiales lo que daba como resultado las obras que asombraban por su perfecci贸n y belleza. Se admiraron las obras pero no a sus creadores.
Pero aun cuando estuvo expl铆citamente prohibido a los pintores y escultores de la Grecia Antigua firmar sus obras, lo hicieron con asiduidad desde el siglo VI a. C.; Fidias fue condenado por una corte ateniense por introducir su autorretrato en el escudo de su estatua de la diosa Atenea. Luciano, que fue aprendiz de escultor, aconsejaba a los j贸venes que no abrazaran ese oficio, ya que aun cuando hicieran obras tan bellas como Fidias o Pol铆cleto, finalmente vivir铆an atados a ganarse la vida con el trabajo de sus manos (Somium, 9). Sostiene Moshe Barasch que fue en la 茅poca helen铆stica tard铆a cuando 鈥渆l pensamiento filos贸fico encar贸 seriamente penetrar en el misterio del acto de creaci贸n de una imagen鈥. No s贸lo comenz贸 a cambiar la posici贸n social de los artistas (es paradigm谩tico el caso de Lisipo en la corte de Alejandro Magno), sino que, sobre todo, la cuesti贸n de la creatividad y la imaginaci贸n empez贸 a ser valorada: el artista que otorga una forma visible a los dioses no traduce solamente ideas o descripciones verbales, crea en su mente una imagen tan poderosa que ser谩 luego imposible separarla de la idea misma de la divinidad. As铆, su facultad creativa para dar forma visible a lo desconocido se vincular谩 con la de aquellos (los dioses) que dieron forma visible a las cosas del mundo. Nada menos.
De modo que en los primeros siglos de nuestra era, la valoraci贸n de la obra terminada como m铆mesis (por su cualidad de imitaci贸n de la naturaleza) comenz贸 a dejar lugar a la valoraci贸n de la creatividad y la fantas铆a y, por ende, al inter茅s por el artista. Las im谩genes mentales dar铆an lugar a la forma: la Idea fue la clave que permiti贸 a los artistas visuales acceder al rango de las artes liberales, las del pensamiento y el esp铆ritu. Este sesgo que comienza a aparecer en algunos textos helen铆sticos, sin embargo, s贸lo dio sus frutos m谩s de mil a帽os despu茅s, en el Renacimiento, cuando una nueva idea de genio creador emancip贸 a los pintores y escultores del anonimato de los gremios y guildas medievales en las primeras ciudades modernas italianas y flamencas. Los grandes nombres, de Giotto a Leonardo y Miguel Angel, persisten como paradigmas del genio creativo: hab铆a nacido la figura del artista moderno.
Ahora bien: los estudios ya cl谩sicos acerca de la posici贸n social de los artistas europeos a lo largo de la Edad Media 鈥搖na condici贸n de trabajo colectivo, colaborativo y an贸nimo鈥 hoy est谩n siendo revisados poniendo en foco los innumerables autorretratos medievales que es posible encontrar en manuscritos, vitrales, tallas, tapices, mosaicos, relieves, muros y pavimentos. Los artistas encontraron modos de firmar sus obras introduciendo su autorretrato en ellas de manera expl铆cita: se representaron en el acto de realizar, terminar o dedicarlas a sus comitentes. Esos autorretratos ocultos conmueven como un desaf铆o, una afirmaci贸n del valor de la propia obra y el deseo de aparecer en ella, impulsos que perduran hasta hoy.
Desde el Renacimiento, los artistas visuales se retrataron a s铆 mismos y a otros artistas y con frecuencia en esos autorretratos pusieron en im谩genes no s贸lo su mirada sobre s铆 mismos, sino tambi茅n sus ideas acerca del arte, sus convicciones, sus miedos. Aun cuando no haya en ellos un comitente ni un fin espec铆fico (a menudo esas obras no tuvieron por destino el mercado ni su exhibici贸n), estas obras no plantean una introspecci贸n en solitario, sino que constituyen una de las maneras de dar forma a una vida de artista. Las biograf铆as fueron (y hasta un punto todav铆a lo son) una de las v铆as m谩s difundidas para explicar y organizar un relato para la historia del arte. En una relaci贸n rec铆proca, cada artista se ve (y se representa) a s铆 mismo buscando su lugar en el marco de las tradiciones recibidas, sus convicciones y valores de referencia.
Los t贸picos 鈥搑epetidos una y otra vez bajo diferentes formatos y con ligeras variantes: ausencia de maestros, ni帽ez prodigiosa, el artista como h茅roe o como mago, superando obst谩culos de toda 铆ndole, su rebeld铆a respecto de las normas establecidas y su posici贸n peculiar en la sociedad (y hasta su condici贸n divina)鈥 dieron forma al g茅nero biogr谩fico de las primeras historias del arte (desde Giorgio Vasari en el siglo XVI), pero tambi茅n a los modos en que los artistas se han percibido a s铆 mismos y se han relacionado entre s铆 y con la sociedad. Kris y Kurz analizan en detalle la larga trascendencia de la biograf铆a de Giotto: el peque帽o pastor descubierto por Cimabue al pasar cuando dibujaba en una piedra sus ovejas. Son innumerables tambi茅n las pinturas y esculturas que tomaron ese episodio de las Vidas de Vasari como tema hasta bien entrado el siglo XIX. Entre nosotros, fue el asunto de una escultura temprana de Francisco Cafferata (conservada en el MNBA), cuyo suicidio en 1890 a los 29 a帽os lo llev贸 a ser considerado uno de los primeros m谩rtires de la cruzada por el arte argentino.
Giotto encarna el topos del artista moderno. El modo en que Benito Quinquela Mart铆n, por ejemplo, relata su ni帽ez (como hu茅rfano trabajando en la carboner铆a de su padre en La Boca del Riachuelo de Buenos Aires, donde es descubierto al pasar por el director de la Academia P铆o Collivadino) se encuadra en esos moldes antiguos.
La historia can贸nica del arte moderno se construy贸 identificando una serie de h茅roes y m谩rtires que desafiaron la autoridad (y la democratizaci贸n que supuso) de la ense帽anza acad茅mica entre los siglos XVI y XX. En el siglo XIX fue ganando terreno la imagen del genio moderno como una personalidad no s贸lo creativa, sino tambi茅n apasionada, temperamental y bohemia. El mito del artista rom谩ntico incomprendido por una sociedad materialista, empe帽ado en una lucha desigual contra todo tipo de dificultades, fue creciendo alrededor de figuras emblem谩ticas como Millet, Courbet, Tolouse-Lautrec o Van Gogh. Como sostiene Michael Wilson, 鈥渁rtistas, escritores y cr铆ticos contribuyeron a consolidar la imagen del artista-h茅roe rebelde, aislado y sufriente en su genio, y son pocos los artistas que no se identifican de alg煤n modo con esta figura m铆tica鈥. Tal vez la idea del artista fil贸sofo ha ido ganando cada vez m谩s terreno a la admiraci贸n por el virtuosismo t茅cnico, pero ambos aspectos se sostienen en una ecuaci贸n delicada e inestable. (En el Espacio de Arte de la Fundaci贸n OSDE, Suipacha 658, hasta el 3 de mayo.)
* Doctora en Historia del Arte, investigadora del Conicet y docente universitaria. Fragmento de la introducci贸n del texto escrito para el cat谩logo.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.