Es com煤n escuchar a los artistas que retoman sus trabajos para generar nuevas series, lo que no es usual es que coloquen esta operaci贸n como eje de exploraci贸n y puesta en escena. Revisitas es el resultado del impulso de esta singular premisa, concebida por los artistas Mart铆n Bonadeo, Paula Senderowicz y Daniel Trama, a partir de la estimulante invitaci贸n de la Galer铆a El Borde, para el desarrollo de un proyecto que logr贸 desviarse del mandato de obra como entidad autosuficiente y exclusivamente como mercanc铆a. Cada vez m谩s museos y galer铆as van tomando distancia de la noci贸n de constituirse en meros contenedores de obras y asumen formas de colaboraci贸n m谩s amplias y expeditas. Pero este paso suele ser engorroso ante las expectativas de cada parte. Si tomamos como logro de Revisitas la ampliaci贸n de los sentidos del arte, la promoci贸n de m煤ltiples perspectivas desde donde mirar y el potencial que surge del agrupar individualidades, esta muestra prueba que las limitaciones alrededor de las convenciones de exhibici贸n pueden revertirse a favor.
No se trata de cualquier invitaci贸n: los artistas idearon la manera para que ingresemos en la intimidad de sus procesos al desplegar sobre nueve mesas las reediciones de sus procesos reflexivos, intr茅pidas transposiciones de g茅neros, alianzas con materiales y t茅cnicas y b煤squedas de sentidos que forjan zonas de encuentro y desencuentro. Cada uno edit贸 tres mesas que se entremezclan en el espacio y coloc贸 una obra bidimensional en la pared, a manera de cita, que refuerza sus procesos. As铆, la visita se torna una experiencia similar a ese momento indeterminado de la sobremesa, 谩mbito liminar de la vida cotidiana situado al final y antes de protocolos sociales. Una inquietante imprecisi贸n late a lo largo de la muestra para reemplazar la manida pregunta 鈥溌縬u茅 vemos?鈥 (驴son dibujos, bocetos, objetos, esculturas y/o pinturas?), por una interpelaci贸n m谩s fruct铆fera: 鈥溌縌u茅 ocasiona o provoca?鈥.
El encuentro de estos artistas no es casual. Sensibles a las dimensiones del espacio y tiempo, en su arte han privilegiado el desarrollo de proyectos ef铆meros in situ, ambientes o emplazamientos que consideraron al lugar como contenido y al tiempo como protagonista. Basta recordar algunas de sus ambiciosas producciones. Bonadeo, para la curadur铆a No Es de Graciela Taquini en el Malba (2004), captur贸 el amanecer del R铆o de la Plata en frascos con agua del oc茅ano Pac铆fico y proyect贸 la puesta del sol de una playa californiana. Trama en el proyecto Hogares para el Museo Sho谩, por invitaci贸n de Irene Jaievsky (2004), dibuj贸 la planta arquitect贸nica de una casa no con l铆neas sino con palabras, testimonios e informaci贸n hist贸rica relativa a la vida en el interior de los hogares de las familias jud铆as durante la Segunda Guerra Mundial. En la curadur铆a Transformaciones azarosas de Corinne Sacca Abadi (Malba, 2005), Senderowicz recre贸 un fragmento de paisaje en hielo.
Al delimitar su campo de trabajo para esta muestra tomaron partido por una obsesi贸n com煤n, la l铆nea imaginaria del horizonte, no como tema sino como experiencia que nos convierte a todos en sujetos transitorios de los ritos de pasaje de la naturaleza. De esta elecci贸n provienen los azules que irradian de sus mesas, que como extra帽as islas componen un archipi茅lago tomado por singulares atm贸sferas, climas y ciclos energ茅ticos. Las resonancias y ondas de estos microlugares son tan intensas que la autor铆a individual es difusa y trabaja a favor de las interrelaciones que se expanden m谩s all谩 de la galer铆a. Uno de los problemas que plantean los archipi茅lagos es la delimitaci贸n de su espacio mar铆timo. En este caso la vaguedad es productiva. Jean-Luc Godard, en Elogio del amor (2001), plantea entre otros temas una reflexi贸n sobre los estadios del amor, el poder del impresionismo en el arte y para evocar el alcance relacional de las im谩genes, incluye un leitmotiv durante el film: 鈥淐uando pienso sobre algo, estoy realmente pensando en algo m谩s. Cuando veo un paisaje, esnuevo para m铆, porque mentalmente lo comparo con otro paisaje que alguna vez conoc铆鈥.
La amplificaci贸n de las singularidades y diferencias y la uni贸n de sus b煤squedas por todo aquello que los separa generan sentidos y afectos mientras caminamos, conversamos, nos internarnos o pensamos en sus pr谩cticas. Como los caminos que abren son muchos, recomiendo tres recorridos posibles y convergentes.
Primero, la frescura del retorno a medios y materiales primigenios del arte y su energ铆a proyectual. En Senderowicz resurge la sutileza en la vieja usanza del l谩piz y el pincel, as铆 como la m谩gica e irreemplazable simbiosis del agua, las sales minerales y el papel. De manera similar, la expresividad del calado (tan arcaica como la incisi贸n, xilograf铆a o talla), en una bell铆sima maquetita que investiga un horizonte a trav茅s del vac铆o, luz y sombra. Trama revela su cuaderno de apuntes y utiliza la b谩sica grilla geom茅trica como infraestructura para org谩nicos paisajes. Por su parte, Bonadeo recupera la antigua t茅cnica de la cianotipia, proceso de impresi贸n negativo-positivo que se basa en la sensibilidad a la luz de las sales ferrosas, por la que se obtiene im谩genes en azul. A trav茅s de esta foto-alquimia traslada el diario 铆ntimo de sus bocetos y proyecciones (dibujos, fotos y notas) a im谩genes que a su vez derivan en seudopinturas de peque帽o formato, bastante abstractas y atmosf茅ricas. Estas im谩genes se cristalizan como retroproyecciones de sus instalaciones interactivas, urbanas y transdisciplinarias.
Otro trayecto puede advertir la transferencia de energ铆as y temperaturas desde las complicidades del arte y la ciencia. Trama despliega un enigm谩tico y complejo sistema autosustentable, basado en leyes alternativas, que sacude el binario fr铆o/calor por medio de reciclajes ficticios. El ciclo se inicia en una cajita de luz que ilumina diapositivas de glaciares, sus siluetas se trasladan a dibujos 鈥搇铆neas鈥 y despu茅s a cables que desembocan en una de las piezas imperdibles de la muestra: una estufa que socava y derrite un bloque de vela donde reaparece la topograf铆a del glaciar. Senderowicz acude a la calidez de la mica. Sus brillantes y finas cascaritas marrones son atesoradas, clasificadas y recicladas para construir una suerte de refugio espiral primigenio. Un escombro, de esos a orillas del r铆o, convive con microsc贸picos paisajes l铆quidos en tubitos, frascos y vasos de vidrio. Las cianotipias de Bonadeo son 铆ndices de luz y de agua, de fr铆o y de calor y todos sus proyectos consideran traducciones energ茅ticas. Por ejemplo, la proyecci贸n monumental que realiz贸 sobre la fachada de un edificio, donde una vela se consum铆a marcando la transici贸n en tiempo real del 2004 al 2005; intervenci贸n producida por el Yerba Buena Center for the Arts en San Francisco.
Tambi茅n podemos acceder a sus universos a trav茅s de los intercambios y disputas por el sentido entre imagen y escritura. El escaso uso de las palabras por Senderowicz, ilumina la deconstrucci贸n del paisaje que Trama realiza a partir del lenguaje. Imprime sobre vidrio las instrucciones enviadas por sus amigos para fotografiar paisajes y las fotos resultantes de su interpretaci贸n. Ingeniosos planteos sobre el uso de la H de horizonte y una sopa de letras regada sobre la mesa, contrastan con el permanente recurso a la escritura de Bonadeo, enunciaciones po茅ticas descriptivas que acent煤an el car谩cter proyectual de su proceso creativo.
La exposici贸n es un banquete para descubrir las reverberaciones de estos tres artistas, frente a la amenaza de lo real y su resistencia al simbolismo y significaci贸n. Quiz谩s esto explique el porqu茅 la falla, p茅rdida o fragilidad acechan en la muestra. Quebrantos generadores de belleza se reflejan en los aguamarinas, 铆ndigos, lavandas, ultramares, turquesas... para intentar dar nombres. (Revisitas, en la Galer铆a El Borde, Uriarte 1356, hasta el 12 de agosto. Recorridos guiados por los artistas, los s谩bados 29 de julio y 5 de agosto, a las 18.)
* Curadora independiente. Doctorada en la UBA, Facultad de Ciencias Sociales.
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