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Miércoles, 5 de abril de 2006
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NUEVO ALBUM DE CERATI

Lo vital no quita la elegancia (pop)

En Ah铆 vamos, con guitarras omnipresentes, Gustavo Cerati logra su mejor trabajo solista.

Por Roque Casciero
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La guitarra carga de energ铆a cada track de Ah铆 vamos.

Tras la disoluci贸n de Soda Stereo, la carrera de Gustavo Cerati se dispar贸 en direcciones diferentes, como si el cantante pudiera darse al fin el gusto de intentar con sonidos e ideas que el cors茅 de la banda le restring铆a. Entonces hizo electr贸nica con Plan V y Ocio, se reinvent贸 como crooner al frente de una orquesta e integr贸 las m谩quinas con canciones (sin estribillo) en el espl茅ndido Bocanada. Pero el 煤ltimo 谩lbum de estudio, Siempre es hoy, hab铆a mostrado una imagen algo desdibujada de un artista central para la historia del rock argentino. Era como si hubiera perdido el foco por un rato. Todo lo contrario sucede con el flamante Ah铆 vamos, un disco de reencuentros, de guitarras, de notable vitalidad y, sobre todo, de muy buenas canciones. Se trata, sin dudas, del mejor trabajo de Cerati como solista, y de uno que pide urgentemente ser tocado en vivo ante un p煤blico encendido por los riffs demoledores. Un vibrante disco de rock, cl谩sico y moderno al mismo tiempo, en alturas similares a las de Canci贸n animal y Dynamo. Y eso, como cualquiera que no sea un sordo o un obtuso lo sabe, es mucho decir.

La guitarra que enarbola Cerati en la tapa del 谩lbum es el arma de destrucci贸n masiva de Ah铆 vamos. La omnipresencia de este instrumento, que hab铆a quedado relegado en los discos anteriores del m煤sico, carga de energ铆a cada track, en especial cuando Cerati se entrega al intercambio de solos, riffs y arreglos con su viejo compinche Richard Coleman. Hay que recordar que esa dupla tiene historia: fue el n煤cleo de Fricci贸n, que Coleman continu贸 cuando su compa帽ero decidi贸 concentrarse en Soda Stereo. La excepci贸n, segundo track de Ah铆 vamos y serio candidato a corte, tiene esa magia distorsionada de Canci贸n animal, con las dos guitarras inventando el camino sobre el que pisa la banda a medida que crece la canci贸n. 鈥淟levame a un lugar con parlantes/ y que nos vuele la sonoridad por el aire鈥, canta Cerati. La producci贸n del propio m煤sico y de Tweety Gonz谩lez (quien toc贸 teclados en la 煤ltima versi贸n de Soda Stereo) es meticulosa en su trabajo de demolici贸n: se superponen decenas de capas con coros y guitarras, con un concepto que hace pensar en el wall of sound de Phil Spector, pero en el que cada instrumento cuenta con el aire suficiente para hacerse notar. Y por encima est谩 la voz, por supuesto. La de un Cerati con ganas de rockear, pero sin ceder ni un cent铆metro de elegancia pop.

Al fin sucede abre el disco con una vitalidad que se le extra帽aba al ex Soda y Uno entre mil trae uno de esos estribillos que le salen como a nadie (y que, en su cadencia, recuerda a Hombre al agua). En esa canci贸n, Cerati tambi茅n recupera su habilidad para poner esos punto y aparte que dejan sin aliento: despu茅s de plantearse 鈥渁brir un hueco en el futuro鈥, cierra con la frase 鈥渕ientras tanto, yo me encargo de evitarlo鈥. Si Caravana reactualiza a aquel viejo fan de The Police en un track burbujeante y cargado de arreglos, en Otra piel sobrevuela la influencia (admitida por el propio Cerati) del Charly Garc铆a de Clics modernos, con una atm贸sfera similar a la de Plateado sobre plateado. El deseo es la tem谩tica de la canci贸n, igual que la 鈥渁menaza鈥 de excesos amorosos de Dios nos libre, que plantea un interesante duelo entre guitarras machacantes y software desequilibrado. 鈥淓stoy condenado a errar/ de amor en amor.../ Pose铆dos por el m谩s all谩鈥, canta Cerati en M茅dium, una canci贸n de trance y esp铆ritus, justo antes de que Bomba de tiempo lo instale en la Londres de Franz Ferdinand, Kaiser Chiefs y Bloc Party, bandas que le deben mucho al pop de los 鈥80.

Justo antes del cierre, la power ballad Crimen (un primer corte poco representativo) trae la impronta de un himno britpopero, que crece en intensidad a partir de un piano desnudo, y una letra que puede imaginarse como una mirada algo acre sobre su separaci贸n de la modelo y cantante Deborah De Corral. Y luego hay lugar para la bella Jugo de luna, en la que el coro final repite 鈥渧oy por m谩s鈥. Es como la reafirmaci贸n de una frase de la balada Me quedo aqu铆 que se convierte en declaraci贸n de principios de un hombre de 45 a帽os y casi 25 de carrera: 鈥淓n mi coraz贸n todav铆a queda tanto por decir...鈥. Ah铆 vamos es la mejor prueba.

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