“En la página final de una copia destrozada de A thieves journal hay una de mis incontables listas de posibles álbumes de covers. Compilada en 1978, nunca se hizo, ni tampoco es la lista que hice al preparar esto. Muchas de las canciones que pensĂ© en grabar de algĂşn modo desaparecieron, y otras inesperadas ocuparon su lugar.” La explicaciĂłn podrĂa ser el apunte en cualquier disco de versiones, pero el gancho es que quien hizo las anotaciones en el libro de Jean Genet, quien años despuĂ©s finalmente llevĂł a la práctica su idea del “posible álbum de covers” es nada menos que Patti Smith. Y la mera idea de Patti haciendo canciones de Neil Young, Nirvana, Jimi Hendrix, Bob Dylan, The Beatles, The Rolling Stones y The Doors –entre otros– ya tiene suficiente atractivo como para zambullirse en Twelve sin más dudas. Cuando alguien con estatura de leyenda se pone a cantar páginas legendarias, lo mejor será parar la oreja.
ÂżPatti Smith haciendo un disco de covers? Por quĂ© no. Las versiones no tienen muy buena prensa, son vistas como un recurso fácil, una trampa cazabobos para el pĂşblico que compra más fácil si sabe que lo que va a escuchar ya posee un aire familiar. Pero la señora Smith no se queda en la relectura fácil, y no es lo mismo cualquier artistillo recreando “Gimme shelter” que Patti, que aborda el clásico de Jagger/Richards con una intensidad que mete miedo. Ese es, sin dudas, el punto más alto del experimento que encararon Patti, el guitarrista Lenny Kaye (que estrenĂł en “Helpless”, de Neil Young, la guitarra española que se comprĂł en San Telmo en noviembre de 2006, hecha por EfraĂn Estrada), el bajista Tony Shanahan y el baterista Jay Dee Dougherty. Pero no es, claro, lo Ăşnico a rescatar: Twelve sorprende envolviendo en nuevos climas a perlas como “Smells like teen spirit” (demostrando que la angustia de Cobain puede encontrar un sĂmil femenino), “Changing of the guards” de Bob Dylan –“el desafĂo más grande de todo el disco”, dice Patti–, la actualizaciĂłn del “Within you without you” de Harrison para Sgt. Pepper y, oh sorpresa, “Everybody wants to rule the world”: “No estaba muy familiarizada con ella, pero su resonancia polĂtica me tocó”, escribe Smith.
Con ello queda demostrado que en el universo del cover todo es posible, hasta que la señora que le puso tetas al punk revisite a Tears for Fears. Casi treinta años después de aquella listita, al fin Smith se dio el gusto de grabar su “posible” disco de versiones. Una leyenda cantando leyendas.
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